Televisión educativa?

En un post anterior empecé a poner en limpio algunas ideas respecto al tema de la convergencia de medios, a partir de las propuesta de Henry Jenkins al respecto. De las nociones de Jenkins me gusta muchísimo lo referente a la cultura popular participativa, pues es algo que finalmente nos permite abandonar el papel de simples comsumidores, para tener un efecto real en nuestra sociedad (estoy convencido del papel que juegan los blogs en esto, y por eso trato de mantener vivo este espacio).

Como mencionaba en el anterior post, en el MEN se viene hablando desde hace algún tiempo de la idea de convergencia de medios, lo cual en términos concretos se relaciona con los proyectos de medios (impresos, televisión y radio educativa), y con el proyecto de uso de nuevas tecnologías. Tiene que vercon la forma como estos dos proyectos "convergen".

Ahora, parece natural que hablemos de "televisión educativa". Es obvio que es difícil encontrar un medio de acceso tan masivo como la televisión. Así que tiene mucho sentido hablar de cómo usamos la televisión para apoyar la labor educativa. Sin embargo, al hablar de televisión educativa, ¿por definición no nos estaríamos restringiendo a ese canal?

Me explico: La televisión (broadcast television) es un medio de difusión de información que en nuestro medio, tradicionalmente (si exceptuamos el robo de nuestros programadores con las llamadas telefónicas para "votar" y "hacer oir nuestra opinión"), es de una sola vía. La "caja tonta" nos convierte en consumidores pasivos, en la mayoría de los casos. Pero lo que fluye a través de ese canal (de la televisión), son contenidos audiovisuales (audio y video) los cuales, tradicionalmente, han sido producidos por aquellas organizaciones e individuos con los recursos suficientes para generarlos.

Entra Internet. Y nos da la posibilidad de opinar respecto al contenido que fluye por otros medios. Nos ofrece la oportunidad de elegir más. Y en esa medida nos convierte en actores activos, en lugar de consumidores. Los computadores e Internet nos dan también la posibilidad de contar con un nuevo canal para transmitir contenidos. La transformación de bits en átomos (convergencia tecnológica), nos permite acceder a audio y video a través de otros canales (la pantalla de nuestro computador). Adicionalmente, disminuye los costos de producción de estos contenidos, de modo que cualquier persona puede producir ahora video y audio digital.

Así que, por lo pronto, pareciera que podríamos empezar a cuestionar la noción de "televisión educativa". Un poquito de descreste:

Y un ejemplo de lo que ya se está haciendo con esto (el video corresponde a prototipos presentados por Sony en la feria CES (Computer Entertainment Expo) realizada en Enero. El televisor de 27", basado en tecnología OLED, tiene 10mm de grosor... Hay imágenes adicionales aquí):

De modo que ya ni siquiera estamos hablando de televisión, o de una pantalla de computador. Estamos hablando de láminas flexibles (una tecnología llamada OLED -Organic Light Emitting Diode-) a través de las cuales podemos ver video. Súmese esto a las propuestas de interacción de Jeff Han (reseñadas anteriormente aquí y aqui), y tenemos unos dispositivos extremadamente interesantes...

Ahora, otros elementos interesantes que encontré en un Webcast de IN3 (International Informatics Institute de Brooklyn, New York). Aquí está un video que muestra un resumen de algunas de las diapositivas usadas en el webcast:

La información más detallada del Webcast (y otro montón de textos interesantes) se encuentran en http://www.in3.org/tv/index.htm.

Todo lo anterior me lleva a preguntarme si no tiene sentido que dejemos de hablar de "televisión educativa" o "radio educativa", y empecemos a hablar de "video educativo" y "audio educativo". Creo que omitir de manera deliberada de la discusión al canal de transmisión nos puede ayudar a pensar formas creativas de aprovechar los contenidos audiovisuales existentes tanto en formato análogo como en formato digital. Y me refiero de manera específica a los contenidos porque cuando incluimos en la discusión al canal, necesariamente terminamos restringidos a su naturaleza (parrillas de programación fijas con horarios preestablecidos, por ejemplo), y podemos dejar de ver oportunidades más interesantes (videocasts y podcasts, por ejemplo), con todo el potencial que tienen, de manera que podamos profundizar más en los aspectos de convergencia económica, social y cultural, que a mi juicio son los más interesantes.

Um, este post quedó con una línea argumental algo dispersa, pero ni modo... :D