Las últimas semanas han sido bastante distintas a lo que yo esperaba… Bueno, no tanto en realidad, pues leyendo el post en el que contaba en dónde iba a estar la diferencia no es grande, pero lo cierto es que sí han estado llenas de pequeños detalles que me han llevado a consecuencias insospechadas.
Para empezar, regresé a Colombia el 5 de julio, y apenas un par de días después de llegar, mi tablet (con menos de seis meses) decidió sin razón aparente, que la pantalla se vería de esta manera:
Como puede verse, apenas un tercio de la pantalla funcionaba. Y la primera vez que esto ocurrió fue poco antes de un comité importante, así que no fue nada divertido (por cierto, es un error que varios usuarios del HP TouchSmart TX2 han reportado, y que requiere hacer uso de la garantía de la máquina. Así que cuidado si usted no está cubierto por la garantía global de HP, como me ocurrió a mi).
Afortunadamente, tenía un monitor viejo en casa, así que de repente mi portátil se convirtió en un computador de escritorio. Y no en un buen momento, pues tanto TEDGlobal como Open Education estaban en camino, así como una presentación pendiente para el Congreso en línea organizado por Midas Educa de Chile. El efecto neto? Nada de blog, nada de Twitter, y un gran dolor de cabeza (y de espalda, si a eso vamos).
Una alternativa temporal fue volver a usar el Eee (lo mismo que tuve que hacer a principios de año). El Eee funciona razonablemente bien, aunque el teclado en inglés puede ser un dolor de cabeza por la dificultad de configurar distintas configuraciones de teclado en Xandros (la instalación de Linux que trae el Eee que tengo). Así que escribir largo rato se vuelve bastante incómodo, y ni se diga si se trata de reportar un evento en vivo. Para completar, en un netbook usted tiene que olvidarse de hacer edición de video, la edición de audio puede ser un tanto dispendiosa, y el tamaño de la pantalla tampoco ayuda a hacer operaciones complejas en sitios web que se benefician con una pantalla más o menos amplia. Ah, adicionalmente, uno termina por extrañar la facilidad con la que Windows detecta y se conecta a redes inalámbricas, así como algunas utilidades básicas de Office 2007, o aplicaciones como MindManager (alguna persona dirá que para eso está Freemind pero, caramba, MM tiene tantas posibilidades!).
Así que un netbook está bien, pero definitivamente tiene sentido si usted no requiere de aplicaciones muy demandantes en términos de procesamiento, o si tiene su información ubicada en servicios en línea (la nube, que llaman).
A eso sumemos problemas que tuve con mi servidor de correo, la ingenua idea que una reinstalación completa del sistema operativo solucionaría el problema de mi laptop (con pérdida de datos incluida por el camino), la diferencia horaria con TEDGlobal (realizado en Inglaterra) y el tiempo que se tomó la embajada de Canadá para procesar mi solicitud de visa, y será muy claro que mi realidad se volvió mucho más compleja de lo que esperaba.
Pero la historia tiene un final (o al menos un desarrollo) feliz, así que después de mucho estrés y desespero, tengo un nuevo computador. Después de postergarlo durante mucho, me arriesgué y decidí convertirme en usuario Mac. Así que este es el primer post que escribo desde este nuevo (y espero MUY duradero) aparato. Cómo llegué hasta aquí, es otra historia, para contar en otro post.
De cualquier modo, sea este un momento para disculparme con varias personas que han estado pendientes de noticias mías en las últimas semanas. Tengo una cantidad espantosa de correos por procesar, pero espero finalmente retomar el curso y ponerme al día poco a poco con los pendientes, pues quedan un montón de cosas interesantes por ocurrir en este año. Vamos a ver si es posible tenerlas más o menos bajo control!