Category Archives: Animación

The Maker / El creador

En 2012, durante Anima Mundi en Rio, me encontré con un corto animado que me conmovió profundamente.  Supongo que, en parte, por haberlo visto en pantalla gigante y con un buen sonido (eso siempre ayuda).

Hace un par de semanas, no recuerdo por qué, el corto reapareció en mi cabeza.  Descubrí que ya había sido publicado en YouTube (antes sólo estaba el trailer) y volví a verlo, ahora con audífonos, una y otra vez.  Como me atraen bastante las bandas sonoras, encontré que la música de esta animación era parte de la obra de un fantástico compositor australiano llamado Paul Halley.

La pieza se llama Winter (Invierno), y es en sí misma una especie de ágil historia que cuenta de manera mágica el paso del otoño al frío del invierno y que, luego de incluir una serie de melodías que se vuelven rápidamente reconocibles, concluye en un emocionante e inesperado solo de violín que, con toda la esperanza, anuncia el cierre de un ciclo y la llegada de la primavera.

The Maker (El creador/hacedor) es un corto dirigido por Christopher Kezelos, otro australiano.  Está basado en Winter (por eso empecé hablando de la música) y, sin más preámbulos, aquí está.  Busque el mejor sonido y la mejor pantalla que tenga, por favor. Y no deje de verlo antes de seguir (pues voy a hablar de lo que pasa y no quiero arruinarlo):

Como decía, hace un par de semanas The Maker reapareció en mi campo de percepción. Poca idea tenía yo (“Little did he know“, como decían en Stranger than fiction) que cobraría un sentido fundamental días después, con la muerte de mi abuelita.

La frase con la que era promocionado el corto era “Life is what you make it” (algo como “La vida es lo que haces de ella”) y la historia que cuenta muestra a una extraña criatura (un conejo bizarro, diría yo) que, sin mayor información, nota que un reloj de arena se pone en marcha poniendo al tiempo en su contra.  A partir de un plano general contenido en un libro y usando los materiales que tiene a su alrededor, esta extraña criatura empieza a preparar a alguien semejante a él, aunque no idéntico. Un semejante que, luego descubre él, todavía no tiene vida.  Poner las piezas juntas no es suficiente.  Algo falta. Y el tiempo corre.

Ese algo no es educación, un buen libro, clases magistrales o demostraciones mecánicas. Después de mirar con cuidado, nuestro personaje encuentra en su libro la partitura de Winter  y, en ese momento, hace un nuevo intento de despertar a su creación, pero esta vez con música.  El solo de violín que está cerca del final de la pieza es el momento clave del corto, en el que finalmente la nueva criatura cobra vida.

Las pistas visuales sugieren que esto se trata de crear a una compañera, y eso pone un tinte romántico a la historia inicial. El abrazo que se dan los dos personajes parece reforzar esto. Pero, de manera inesperada, los últimos 30 segundos del corto cambian todo:  El personaje no estaba creando una compañera, sino a alguien que prosiguiera la tarea. Solo. El acto de creación se convierte así en un afán sin interés personal, en un intento desesperado de mantener el ciclo andando. De mantener la rueda girando. De darle la oportunidad al que sigue…

Nada más cercano a mis sentimientos frente a la muerte de mi abuelita.  Así como el texto de Holland me da esperanza, The Maker me ayuda a encontrar sentido. El indescriptible desprendimiento que tiene este personaje es exactamente lo que yo he recibido de mi abuelita y de mi mamá.  No sólo con música sino con cuidado y afecto han animado mi vida. Y aunque no me entregaron un manual de instrucciones (desde pequeño pienso que sería muy conveniente!), sí han vivido contra el tiempo (como todos lo hacemos sin saberlo) ayudándome a volar.

En el caso de mi abuelita, su momento de convertirse en un haz de luz ha llegado. Hizo lo necesario por nosotros. Nos animó (en el sentido del corto), nos enseñó. Deja dentro de nosotros un libro entero de recomendaciones para vivir, con señalización de cosas que funcionan y otras que puede ser mejor evitar. Por lo cual nunca dejaré de agradecerle. Así que ya tenemos los materiales. Tenemos la creatividad. Y el tiempo corre. Es hora de empezar a crear (o mejor, de seguir creando) caminos para que otros, parecidos a nosotros pero no iguales, los recorran. Solos de violín para animar e inspirar a otros. Para que la rueda siga girando.

La vida es lo que hacemos de ella. Lo que dejamos para los demás. Y la desaparición de uno de nosotros es sólo la oportunidad de que el ciclo siga ocurriendo. El reto, supongo, es vivir de manera generosa, para que los que vengan puedan hacer las cosas mejor que nosotros.

Little did he know…

Anima Mundi 2010 (Cortos 10)

(Hacía mucho tiempo no escribía en este blog... :-/ )

En esta semana se lleva a cabo en Rio de Janeiro la 18a edición del Festival Internacional de Animación Anima Mundi, que junto con el Annecy (Francia) son de los más reconocidos y antiguos del planeta.

Así que a lo largo de 10 días, en distintas salas de cine de la ciudad, es posible asistir a una oferta muy amplia de cortos, comerciales, largometrajes, muestras de distintos países, trabajos de estudiantes y en general, trabajos que dan cuenta del panorama internacional de la animación.

Hace dos años asistí a varias sesiones del evento, el año pasado no lo logré, y anoche estuve en una de las sesiones de cortos, que inició con Kinematograf (CGI), un corto polaco de una calidad técnica muy alta, aunque la historia resultó un tanto predecible:






Luego fue presentado "Benigni", un corto stop-motion de estudiantes finlandeses, bastante extraño y algo grotesco, de hecho.  Sin embargo, plantea en el fondo una crítica interesante a la fuerte soledad que viven muchos adultos europeos (o al menos, eso percibo yo).  No encontré un video en línea de este corto.

El siguiente fue The Mouse that soared, animación CGI bastante light, digo yo.  Una historia entretenida y divertida, sin mucha pretensión, y unos pocos momentos de bullet time muy bien manejados.  Sencillo, agradable.  Lo que no me gustó tanto fue la mezcla de la música, pero en general fue lo más divertido de la sesión.






El siguiente fue bastante diferente.  Der Da Vinci Timecode toma una muy conocida imagen y usa fragmentos de ella para generar una narrativa diferente sincronizada con la música usada.  Las imágenes generan una ilusión muy interesante de movimiento y de actividad.  Al final, todos se quedan "quietos para la foto".  No encontré el video en la red.

Norit Krupi fue el siguiente corto, de Letonia.  Muy extraño.  Animación basada en dibujos con colores, y que parece tener más niveles de discusión de los que parecen inicialmente.  El título en inglés (To swallow a toad) hace referencia a una expresión letona, que se refiere a "tolerar lo intolerable".  Algo así como, "después de tragarse un sapo, cualquier otra cosa es tolerable".  El asunto es que, alrededor de esta idea, el corto se vuelve bastante confrontador pero al mismo tiempo un tanto confuso.  Poco a poco, el tragarse las cosas desfigura completamente a las personas, y eventualmente fortalece la sombra de la sociedad (representada en el descenso de los protagonistas al subterráneo), hasta que se sale de control, emergiendo para destruir toda la superficie.   Ahora, perfectamente esta puede ser una lectura subjetiva, y el corto no es más que una historia bastante extraña.  Supongo que depende de cada cual.






Para continuar fue presentado Playtime, un corto de Steven Woloshen.  Esta es animación direct-to-film, estilo en el que cada cuadro de la animación es elaborado/pintado directamente sobre la película (film).  Para este caso, se sincroniza con un música de Oscar Perterson.  Técnicamente es un trabajo impresionante, pero no es mi tipo favorito de animación.  No he encontrado el video, pero aquí hay un ejemplo del trabajo de Woloshen:






Y para cerrar la sesión, fue exhibido el corto ganador del Premio Oscar de 2010 en la categoría de Mejor Corto Animado: Logorama, dirigido por el colectivo francés H5.  Es un trabajo que, como se indica aquí, se debate entre la sátira crítica a una sociedad atrapada en el consumo, o un excelente ejemplo de product placement.  Al menos desde mi perspectiva, ver a Ronald McDonald como un psicótico que toma rehenes parece más sátira que otra cosa.  Un muy merecido Oscar, por cierto.  Excelente guión muy enfocado en los detalles y  una ejecución muy ingeniosa, que hacen que cada logo tenga un sentido en la pantalla.






Vamos a ver si logro asistir a más sesiones.  Por lo pronto, otro video que encontré, que no hace parte del Festival.  Este es un video musical, un ejemplo fantástico (y muy bonito) de stop motion, con muy, muy  buenas ideas:






 

Creative Commons License: Attribution, Share-AlikeA excepción de que se indique lo contrario, este contenido está publicado bajo una licencia Creative Commons.