En los últimos tiempos me he cuestionado bastante respecto a las cosas que soy capaz de tolerar en otras personas y las que no. La poca claridad que he logrado al respecto me indica que no consigo sentirme cómodo con las personas que no son completamente honestas...
Como uno ve el diablo donde quiere verlo, via David Wiley me encontré el otro día un ejemplo de un curso OCW montado sobre la plataforma desarrollada por USU (educommons). Una de las descripciones de clase incluía un diálogo entre el profesor y un estudiante:
B. So trust is somehow the product of a person's past interactions with you?
A. Something like that.
B. Would knowing the record of a person's past interactions with *other* people influence your willingness to trust them?
A. You mean like if it turned out they had been stealing from their boss or cheating on their wife or something?
B. Or if they won a Nobel Peace prize, etc.
A. Well, sure. If I've never met a person before, then I don't have that history of interactions with him. I guess finding out how he had interacted with others in the past would be all I had to go on.
B. So knowing a person's reputation can be a substitute for your own personal history of interactions with them?
A. To some extent. I don't think I would trust other people's experience as much as I would trust my own, but it's better than nothing.
Ahora, un escenario "y si...". Suponga que X ha ganado la confianza de Z, pero Z encuentra que la imagen que tenía de X estaba basada en información incompleta. Al conocer la información completa (que incluye hechos que demuestran falta de integridad en X), es natural que Z pierda la confianza que tenía en X. Ahora, qué tal si la reputación que tiene X depende en buena medida de aquella información incompleta? Qué tan sencillo es para Z ver el engaño al cual X tiene sometidos a quienes están a su alrededor?
Complicada situación. Y me ha permitido ver de cerca lo que mi mamá solía decirme cuando estaba pequeño. Ella me recomendaba que no mintiera y que si lo hacía, no permitiera que ella se enterara, pues si lo hacía, su confianza en mi sufriría un daño irreparable. Tal vez es ese mensaje el que no me permite asumir de manera despreocupada la mentira en otras personas. Simplemente, la confianza que tengo en ellas se ve afectada (al parecer irremediablemente).
Puede ser un síntoma de psicorrigidez, pero considero que la importancia de ser transparente a todo nivel es indiscutible. Si no soy transparente desde lo personal, y no soy íntegro en mis relaciones personales, cómo puedo serlo desde lo laboral? Por eso mis dudas respecto a si somos inherentemente buenos o no. Y la necesidad de observarme a mi mismo para ver qué tan consecuente soy en realidad con el discurso que predico. Me gusta pensar que soy transparente, y que por eso me choca tanto la gente de quienes sé con certeza que no lo son.
Y termino viéndome a mi mismo en un intento constante por ser una buena persona, por no engañar a otros, por no maltratar a otros...
Lo que no logro entender todavía es cómo el carisma puede ocultar por completo el engaño. Es un curioso efecto psicológico. Así como es igualmente curioso, cómo la manipulación puede volvernos ciegos frente a cosas que claramente están mal. Sea como sea, debo reconocer que me gustaría ser mucho más carismático. Una cosa más por aprender.
Percibo un cambio en mi relación con mi blog, en la medida en que me estoy atreviendo a escribir cosas mucho más personales. Y de momento, parece un cambio positivo.