Las certezas…

A medida que pasa el tiempo, me inquietan cada vez más las certezas...

Vorbis volvió a sentarse.

"Qué es lo que temen?" dijo. "Aquí en el desierto, con sus... dioses? No será que, en el fondo de sus almas, saben que sus dioses son tan cambiantes como la arena?"

"Oh, si," dijo el Tirano. "Sabemos eso. Siempre ha sido un punto a su favor. Conocemos la arena. Y tu dios es una roca, y conocemos las rocas."

Terry Pratchett, Dioses Menores

"Pero todo esto es cierto?" dijo Brutha.

Didáctilos se encogió de hombros. "Podría serlo. Podría serlo. Estamos aquí y es ahora. De la manera en que lo veo, todo tiende hacia la suposición."

"Quieres decir que no sabes si es verdad?" dijo Brutha.

"Pienso que podría serlo," respondió Didáctilos. "Podría estar equivocado. Ser filósofo se trata de no tener certeza."

Terry Pratchett, Dioses Menores

Las certezas son peligrosas. Lo son porque un exceso de certeza te puede cegar ante otras posiblidades. Un exceso de certeza te puede llevar al fundamentalismo, y a descalificar a quienes no piensan como tú. Un exceso de certeza puede llevarte a creer que debes mostrarle a otros cuán equivocados están.

Pero entonces, ¿a qué nos aferramos? A aquello que parezca tener sentido, hasta que aparezca algo que cuestione esa certeza. Tal vez el secreto está en mantener la mente abierta frente a nuevas ideas, nuevas posiblidades. Y desconfiar de tener la razón. Todo el tiempo.

¿Un profesor requiere tener certezas?

A un nivel físico fundamental (de nuestra realidad material) aplica un principio que ha sido llamado "de incertidumbre" (no es posible saber la posición y la velocidad de una partícula a la vez). Curiosamente, los físicos más brillantes son los primeros en reconocer que no sabemos muchas cosas acerca del mundo que nos rodea.

¿No deberíamos aprender esa incertidumbre en la escuela? Curiosamente, algo que recuerdo de mis años de colegio y de universidad (un poco menos, pero igual estaba presente) es haber memorizado y tratado de comprender muchas cosas que parecían certezas totales. Al salir de la universidad (y peor aún siendo ingeniero, con el debido respeto para mis colegas), en realidad estaba convencido de saber cómo funcionaba el mundo, y qué técnica/metodología/procedimiento era requerido para resolver cualquier problema. Así que probablemente podría decir que la mayor parte de mis profesores tenían grandes, inmensas certezas.

Curiosamente, empecé a encontrar esas certezas en otras áreas muy rápidamente. Certezas como "el conductismo es 'malo'" o "el constructivismo ES la manera" o "dado que este profesor lleva tantos años enseñando lo mismo, sin duda es un experto en la manera adecuada de enseñarlo" (pero lo es objetivamente?). Curiosamente, ahora veo que quienes no tenían esas certezas eran en realidad algunas de las personas más críticas que he conocido.

Pero sólo durante mi estadía en el MEN, llegué a tomar conciencia respecto a cuán poco sabemos sobre el mundo, y cuán poca información usamos para tomar decisiones. Descubrí que a menudo, decisiones muy importantes son tomadas a partir de la experiencia personal (exclusivamente) o, en el caso aún más inquietante, pero más visible en nuestra sociedad, a partir de la conveniencia personal, o en nombre de la conveniencia de un colectivo que no corresponde a toda la sociedad.

Así que ahora veo, no con desconfianza, sino con curiosidad a quienes expresan de manera contundente sus certezas. Y digo curiosidad porque, en lo personal, siento que sé tan poco sobre el mundo, sobre cómo funcionamos los humanos, sobre qué tiene sentido para otros, que encontrar a alguien que cree tener 'la' respuesta es fascinante.

¿Eso me hace un profesional menos competente? Pienso que no, pues la falta de certeza me mueve permanentemente a tratar de comprender un poco más mi entorno, a tratar de mejorar aquellas cosas que parecieran estar en orden, y a buscar conexiones entre cosas que parecen no estar conectadas.

Este asunto de las certezas se ha hecho especialmente evidente en estos últimos meses en los cuales, por causa de haber estado en un congreso de estudios de ciencia, tecnología y sociedad, he empezado a percibir una parte de algunas peligrosas certezas sobre la tecnología informática, que hace tres meses no habría logrado ver. Certezas como que la brecha digital es algo que tenemos que resolver a como de lugar, o que la sociedad de la información es el estado deseable y factible para lograr desarrollo económico y bienestar.

Sin estarme volviendo tecnófobo (un tecnófobo con un blog?? :D ), sí tengo curiosidad por saber más de esas historias que no nos han contado. Por entender más acerca de las motivaciones detrás de muchos fenómenos que vemos y aceptamos por completo en estos días. Tengo curiosidad de entender por qué creo lo que creo, para decidir si tiene o no sentido creerlo.

Por eso, en este momento me gusta más la arena. Porque las certezas son rocas, y todos conocemos a las rocas.


  • Laura Esqueda

    Excelente artículo, sin duda un exceso de certezas puede obnibular nuestras perspectivas y no explorar nuestras potencialidades, y si estamos en equipo es más aún el rango. No tenemos todas las respuestas, cada dia es un aprendizaje y más en tiempos donde el desafio puede ser una constante. Cuestionar, escuchar y reflexionar son buenos compañeros para este camino de aprendizaje. gracias me encantó.