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Ambientes Personales de Aprendizaje: Cómo y para qué de una idea transformadora

El pasado mes de Febrero, por invitación de Gisela Martínez, del Centro Nacional de información de Ciencias Médicas de Cuba, estuve participando en un evento llamado Primer Encuentro Virtual sobre Entornos Personales de Aprendizaje (PLEs) en la Docencia Médica Universitaria.

La presentación que realicé se refiere a la historia del término (lo cual me parece oportuno ahora que tanta gente se está “subiendo al vagón”), una explicación de por qué una perspectiva no enfocada en las herramientas abre posibilidades muy interesantes, y un relato de cómo he llevado esa perspectiva a la práctica en el trabajo realizado con los talleres EduCamp y los cursos abiertos que he ofrecido, para terminar con una exploración de algunas de las tensiones que aparecen al llevar la idea del Ambiente Personal de Aprendizaje a un entorno formal (las cuales estaban presentes en mi última presentación sobre ese tema).

Como tal vez notarán, esa presentación empieza a visibilizar algunos temas que desarrollé de manera más articulada en la presentación sobre redes sociales que realicé durante el mes de Mayo.  Lo cual me resulta interesante porque siento que el tema del Ambiente Personal de Aprendizaje, al menos para mi, se está acercando a un punto en donde ya no tiene sentido hablar del concepto sino de cómo es llevado a la práctica.

Esta es una inquietud que ha ido creciendo a lo largo del año y que queda expresada dentro de la presentación. Es algo importante porque, a medida que pasa el tiempo, más y más personas hablan (o siguen hablando) sobre el potencial de la tecnología (lo cual no es nuevo, sólo que ahora hay más personas haciéndolo), sobre la promesa del futuro, sobre un montón de cosas que ‘tenemos’ que cambiar  y sobre un montón de cosas que, según ellos, van a ocurrir porque tenemos cada vez más aparatos.  Es algo que ha permeado notablemente tanto el discurso educativo como el discurso público.  El problema es que quienes hablan poco se refieren a la práctica que ellos están desarrollando con esos conceptos, y eso nos deja en la misma situación en la que hemos pasado muchos años.

Mi punto? Necesitamos (digo yo) ser mucho más exigentes con aquellos a quienes escuchamos.  Necesitamos más sentido crítico frente a la tecnología no sólo en nuestros profesores sino en las personas que hacen parte de las diversas entidades públicas. Necesitamos ir más allá del hype y de los buzzwords para observar ejemplos concretos de ese potencial del que tanto hablamos, para verificar qué es posible y qué no (o todavía no). Necesitamos más practicantes visibles, que lleven a la práctica aquello de lo que hablan. Necesitamos, como decimos en Colombia, “menos charla y más trabajo”.

Eso no quiere decir que quien apenas se está acercando al tema no pueda expresar su comprensión al respecto, sino que es importante hacer bien la tarea de curaduría y amplificar perspectivas que agreguen valor, en lugar de repetir lo que otros han dicho desde hace rato.  Esto no desconoce que la actividad de traducción sea importante.  Es sólo que no podemos quedarnos sólo allí.

Siento que tengo toda la posibilidad de decir esto, no sólo porque este es mi blog (ja), sino porque mi práctica de los últimos años está en sintonía con las cosas que ‘predico’.  Tal vez por eso no puedo dejar de hablar en cada presentación de los ejemplos que he desarrollado, porque son ellos los que dan validez (o no) a muchas de las ideas que rondan en el entorno, al menos desde mi perspectiva.

Con todo eso dicho, aquí está el video de mi presentación sobre este tema.  Mi sensación personal es que, tal vez, será uno de los últimos dedicados a este tema específico pues, como digo, siento que ya he dicho todo lo que puedo decir (otra forma de decir que estoy aburriéndome de repetir lo mismo una y otra vez, al menos en español :) ), y que una comprensión mayor de las posibilidades del concepto sólo puede encontrarse en otras áreas, que vale la pena empezar a explorar.

Por cierto, me encantó que la imagen que aparece sea justamente la del EduCamp de 2009 en Bogotá. Si de algo se trata este asunto, es justamente de interacción entre personas.  Las máquinas son sólo una herramienta.

Los recursos completos pueden encontrarse en el wiki de Conectivismo.

Como de costumbre, comentarios y sugerencias (públicos o privados) son muy bien recibidos.

#ArTIC: Networked Learning with ICT: An open blended workshop

Aprendizaje en Red con uso de TICArTIC (Spanish acronym for "Networked Learning with Information and Communication Technologies") is the name of a teacher professional development experience that started this month in Uruguay, as part of the activities of the Ceibal Center for supporting children and adolescents' education.  Ceibal Center is in charge of the deployment of the Plan Ceibal, the nation-wide One Laptop per Child initiative, which started in 2007 and at the end of last year started to get into secondary education classrooms.

As it has been pointed out once and again, teacher training remains a critical issue in any program involving the provision of computers for each student in the classroom (referred to as 1:1). This is true in Uruguay and in any place where such initiatives are being implemented. Not due to lack of options, though, because there's a huge amount of programs about the use of technology in the classroom, aimed both to in-service and in-training teachers, face-to-face and online.

However, even though a lot of programs have a quite coherent discourse around networked learning (the same you get to hear at every single conference), the practices they model either underuse the possibilities of the tools and media available keeping teachers inside LMS or proprietary platforms, or focus too much on the features of the different tools.  So it is hard to expect transformations in teacher's practices, when the practice they're exposed to remains unchanged.  This (as far as I know) has been an issue with teacher training programs developed so far in Uruguay, so the Ceibal Center wanted to explore different options for the secondary education level.

Because of my work with the EduCamp workshops (documented here and here) and the open online courses I've led since 2009 (documented here and here), the Ceibal Center invited me to design a blended course/workshop aimed to secondary school teachers, concerning the development of network learning skills.  Something important about the EduCamp workshops (as well as the open courses) is that content is not the main focus.  Instead, the most important thing is the possibility to explore first-hand what is networked learning, and what does it look like in practice.  This was interesting, but it was the possibility of articulating the two things in one single process that made me jump in.

After spending some time discussing scope and possible narratives, we ended up with a six-week workshop, in which participants explore and experiment with different media, blending this exploration with application in their own classrooms.  The process starts with an EduCamp (face-to-face) in which each participant identifies his/her personal learning environment and start to expand it with the support of other participants.  This is followed by six weeks of online activities (anyone anywhere can join at this point) and a final meeting at the end, in which participants do a balance of the things learned and identify new learning paths and eventual projects to be developed.

PLEs of paticipants in ArTIC

ArTIC draws a lot of ideas from #ds106, the open online course offered by Jim Groom in the first semester of 2011. However, it places those ideas about permanent creation and media experimentation in a context of professional development for teachers, taking into account also the socio-economic and technological environment of participants, which is quite different from those found in North America (which means that the local 'zeitgeist' might not produce things such as #ds106radio, for example).  The challenge in ArTIC is to go beyond experimentation and application, and to promote a reflective process about what networked learning means, and what it brings to the classroom.  All that in a very short timeframe and with many teachers with limited tech skills.

Right now we're in the middle of the first ArTIC, in which 50 social sciences teachers from Uruguay (as well as a few from Venezuela, México and Argentina) are going through this learning experiment. Given that it's the first time we're doing this, there are several Ceibal Center staff participating, learning about what it means to 'teach' in this environment, and learning along with the rest of participants.  This is the first time I have an opportunity to share responsibility in this area, so in fact we are developing installed capacity for rethinking a lot of the teacher training activities developed by the Ceibal Center (I like to think that).


The EduCamp that jumpstarted ArTIC

So far, it's a fascinating and inspiring experience.  Many teachers who hadn't previous experience with using technology are exploring new ways to produce content in images, audio and video, and many others are taking the risk of proposing to their students activities based on content creation.  Ideas come and go between blogs, and many people report how their "neurons have been shaken".  We are experiencing slowly the power of network effects, and encouraging local experiments that recognize the limitations they have.  We're not just talking about the potential or the possibilities.  We are creating them, while growing together in the process.

Obviously, there are a lot of things that can (and will) be improved in the weeks we have left, as well as in future editions of ArTIC.  My expectation is that ArTIC will grow from a course into a platform that makes possible the growth of a distributed community of practice and experimentation sustained in time.  With time, I expect to see projects of a larger scope, and an emerging understanding of how curriculum is affected by new purposes and new possibilities.

It's worth saying that implications go further. If ArTIC gets there, we will have a proved, functional experience that could be used anywhere 1:1 projects are being developed.  Even though both the EduCamp workshops and the open courses have shown its value, we are talking here about a chance to effectively foster a paradigm change in many teachers, something that you hear about a lot, but that still remains quite difficult to achieve.

There's another important thing that I'd love to see happening because of ArTIC.  In my view, Uruguay has a historic opportunity to grow into a country where technology is not used only to foster 'competitiveness'. There's a tangible chance of using those computers to empower a generation in the search for the local answers that we'll need in the very near future.

But that won't happen just because of technology.  We need to help people rediscover their curiosity and sense of awe and wonder.  We need strong role models to show our kids how to squeeze technology as a tool to solve the problems we find every day in our environment.  We need to get in touch with our own ability to learn and to improve the world we live in.  We need to help every single person to find his/her own voice.

That's what ArTIC is all about.  And I'm happy to be part of it! :)

¿Una teoría de aprendizaje para nuestro tiempo?

Durante el evento de Marzo en São Paulo, en el que realicé una presentación sobre Conectivismo (mi primera presentación completa en portugués para un auditorio grande), conocí a Lourdes Adie, quien es representante de un grupo editorial brasilero llamado GrupoA.

GrupoA publica, entre muchas otras cosas, una revista llamada Pátio, dirigida a educación media.  Lourdes me invitó a escribir un artículo corto para la revista sobre el conectivismo, en la línea de la presentación a la que ella asistió.  Aquí está la versión original en español, que será publicada en portugués en un próximo número de la revista Pátio:

El ejercicio fue interesante pues aunque  mi aproximación a este tema ha quedado reflejada principalmente en las diversas presentaciones que he realizado, por alguna razón me he abstenido de ponerlo “por escrito” (aunque mi trabajo sobre los talleres EduCamp y los cursos abiertos involucran de manera directa algunos elementos que podrían llamarse ‘conectivistas’).  Tal vez no me convence que las cosas que hago queden atrapadas en una etiqueta específica (en ese sentido, ni soy ‘edupunk’, ni soy ‘conectivista’, ni me adhiero a ningún tipo de ‘manifiesto’ de los muchos que andan por ahí…). Prefiero hacer, experimentar y después ver a qué se parece lo que hago. :-)

Con la perspectiva que tengo más recientemente, cada vez me siento más ajeno a la discusión respecto a si el conectivismo es o no una teoría de aprendizaje en el sentido estricto del término. Lo que sí veo es que muchos de los principios que provienen de la teoría de la complejidad son muy útiles para abordar el diseño de ambientes de aprendizaje (enfoque que antecede al término conectivismo’ en varios años), y que la virtud de las ideas de George y Stephen está en la síntesis que hicieron de muy diversas perspectivas, unido a su capacidad de convocar personas alrededor de ellas.

Por otro lado, al hablar de una teoría para nuestro tiempo, el énfasis no está puesto en lo tecnológico, sino en la creciente complejidad del mundo en el que vivimos y en las nuevas comprensiones que tenemos respecto al funcionamiento de nuestro cerebro y de muchos otros fenómemos.  Como digo al final del texto, no podemos desconocer esas nuevas comprensiones, así como no podemos desconocer que otras explicaciones provienen de otras épocas (tal vez un poco más sencillas que la que estamos viviendo actualmente) y en esa medida representan miradas incompletas de la realidad.   Ese es el sentido de la incertidumbre, desde mi perspectiva.  Recordar que no tenemos todas las respuestas. Que podemos entender mucho mejor.  Que podemos hacer las cosas mucho mejor.  Y de eso depende todo..

#ArTIC: ¿Tecnología para qué?

Este es un cross-post, proveniente de “Cosa P’ArTICular“, mi blog para la primera edición del curso-taller Aprendizaje en Red con uso de TIC (ArTIC)

UPDATE: Lo que sigue no está dirigido a nadie en particular. Aunque el tono puede ser un poco confrontador, es la manera en la que suelo escribir en mi blog personal. 😉

Estaba leyendo el primer post del Diario de Campo de Andrea Tejera, y un comentario que pensé hacer se fue volviendo poco a poco un post más largo.  Me suele ocurrir.. :-)

Frente al relato de Andrea, más allá de reconocer dificultades y logros, lo que empecé a preguntarme fue cómo podría involucrarse al grupo “a-ceibal” (aquellos que no están usando el computador) de manera más decidida.  Lo digo porque resulta algo curioso que, en el único país del planeta en donde prácticamente todos los niños tienen un computador, sean justamente ellos quienes no lo quieran usar, tal vez por percibirlo sólo como un medio más de hacer las mismas tareas que siempre han tenido que hacer.

Aunque mi experiencia con estudiantes como los de Andrea es limitada, lo que sí tengo presente es que les gusta mucho (al igual que a todos nosotros, me atrevo a pensar) la posibilidad de crear.  Pienso en la reacción de los estudiantes de Lara, que interpreto como verdadera sorpresa (Lara habla de asombro y desconcierto!): “podemos elegir nosotros a que [le] sacamos [foto?]“.  La reacción es especialmente llamativa pues parece reflejar que, aunque las ceibalitas son de su propiedad, las cosas que ellos hacen con las máquinas todavía están muy ligadas a lo mismo que siempre han hecho: lo que el profesor les pide. Recuerdo aquí lo que mencionaba en mi presentación de 2009 en el K-12Online Conference: ¿será que seguimos generando copistas sin darnos cuenta, y eso explica la sorpresa ante la posibilidad de crear?

Aquí entra en juego, obviamente, el problema del sentido al que se refiere Michael Wesch en Anti-enseñanza.  ¿Cuál es el punto de hacer una tarea cualquiera? ¿Simplemente entregarla a quien la pidió? ¿Para qué molestarse cuando el impacto obtenido con el tiempo que se invierte es tan pequeño? ¿Para qué aprender todas estas cosas?  Tal vez muchos adultos pueden encontrar el sentido más allá de una tarea específica (me pregunto si tal cosa ocurre con ArTIC, ojalá que así sea!), pero me temo que para la mayoría de jóvenes puede no ser tan claro cuál es el punto de aprender acerca del suelo, por ejemplo.  ¿Qué gano con eso?

¿Y si uno trata de repensar el sentido de ese aprendizaje? Entrando en modo especulativo, ¿serviría de algo el plantear la misma actividad que propone Andrea (tome una foto del suelo del lugar en el que vive) pero cambiando su alcance? ¿Qué tal si en lugar de enviar una tarea a mi profesor por correo electrónico, mi misión es contribuir en la creación de un mapa que muestre el estado del suelo en mi región?

Una herramienta de creación de mapas como Zeemaps podría funcionar bien aquí, y de hecho podría usarse para compilar información de diversos tipos, que puede ser enriquecida por nuevos grupos de estudiantes, quienes podrían llegar a hacer análisis comparativos de los cambios en el suelo de una región a lo largo del tiempo. ¿Cambiar el alcance percibido ayudaría en algo? A priori, pienso que sí.  Por supuesto, tal cosa tendría que estar acompañada de un proceso de socialización con otras comunidades, o de articulación con la Educación Superior, por ejemplo.  El punto es que, si las pequeñas acciones que cada uno realiza tienen un impacto mayor, cobran un sentido completamente nuevo.  Lo del mapa es sólo un ejemplo.

Y, ojo, se trata aquí de cambiar dos tipos distintos de alcance:  Primero, la visión del trabajo que se está realizando (no se trata de cualquier foto, sino de contribuir en un estudio de gran escala); segundo, el alcance temporal, cuando a través de la tecnología un grupo puede construir/enriquecer/aprovechar lo que el grupo del año anterior hizo.

Por otro lado, me pregunto si hay un elemento aquí que empieza a generar una necesidad más tangible de uso de la tecnología.  ¿Será que la visibilidad (o falta de ella) en la red podría motivarlos un poco?

¿A qué me refiero? Y si en lugar de enviar imágenes al correo electrónico del profesor o de contribuir a un mapa, ¿las enviaran a una dirección de Flickr que recopile los trabajos de todos? Esa funcionalidad de Flickr permite cambiar la dirección de envío, así que podría cambiarse de una tarea a otra.  Además, permite asignar tags automáticos a las imágenes recibidas, con lo cual se pueden hacer cosas como la siguiente:

Las imágenes fueron generadas y compiladas, siguiendo los pasos indicados arriba, durante el taller EduCamp que dió inicio a ArTIC.  ¿Ventajas? Los estudiantes NO necesitan crear una cuenta en Flickr, sino que todo queda en el usuario del profesor.  Además, el muro se va construyendo a medida que las imágenes van llegando (en tiempo real, de hecho), con lo que es visible para TODOS quién entregó y quién no.  En ese sentido (y así suene un poco crudo) se trata de usar la visualización como un mecanismo de presión social (un papel similar al que los grafos de conversación jugaron en ELRN y DocTIC).  Para completar, cada imagen puede ser comentada y anotada por los distintos participantes. ¿Nada mal, no?

Con todo esto, de lo que se trata es de usar la tecnología para hacer posibles alcances mayores que agreguen nuevos sentidos al aprendizaje disciplinar.  Con todo esto el objetivo no es, en realidad, “motivar” o “divertir más” a los estudiantes, o “usar” la tecnología porque hay que usarla.  Se trata de aprovechar medios existentes para ampliar el impacto y alcance del trabajo original que es producido por los participantes en una experiencia de aprendizaje, aunque entendiendo que no es algo que se hace de manera automática, sino que también se aprende poco a poco.

Desde mi perspectiva, de eso se trata justamente la famosa innovación educativa.  No de usar un nuevo aparato/herramienta/tecnología, sino de hacerlo para dar sentido y significado al acto de aprender.  Ese es el gran reto que tenemos: Transformar nuestra relación con el aprendizaje, con lo que significa aprender, y estimular la curiosidad y la creatividad natural que tenemos como humanos (y que puede terminar tan atenuada por los entornos formales).

Pero, ¿esto tiene sentido? ¿Es demasiado romántico? ¿Qué obstáculos reales aparecen al tratar de llevar cosas así a la práctica? ¿Es posible hacerlo como parte de ArTIC? ¿Qué opinan?

Un enorme agradecimiento a Andrea y a Lara por provocar estas reflexiones. Este es un ejemplo de cómo las ideas de dos personas pueden generar un impacto inesperado en otra más.  Sólo más adelante podremos ver cómo esta reflexión llega a otros.  De esa positiva incertidumbre se trata el aprendizaje en red. De conectar ideas, personas y neuronas, y generar nuevos significados personales que puedan (o no) ser de utilidad para otros.  De eso se trata ArTIC. :-)