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El inicio de #ArTIC!

Hoy di inicio a un nuevo experimento de trabajo con docentes que busca sembrar las bases de comunidades de práctica disciplinares y ‘contagiar’ a los participantes con el virus “Yo puedo”.

Aprendizaje en Red con uso de TIC (o #ArTiC, para los amigos) es una mezcla de las dos cosas más interesantes que he puesto en marcha en el pasado:  los talleres EduCamp y los cursos abiertos en línea.  Pero no es una simple mezcla de esas dos cosas.  El proceso que se inicia con un EduCamp tiene una continuidad de 6 semanas de actividades en línea, y al final de la experiencia se realiza un nuevo encuentro presencial en el que hacemos balance e identificamos posibles caminos futuros. Uno potencia y construye sobre el otro.

A eso hay que sumarle que no se trata de un curso “formal”, sino de un taller más práctico que está algo contagiado de lo que Jim Groom hizo en #ds106.  Por supuesto, aquí hay unos objetivos un tanto diferentes, pero la idea es conseguir que los docentes participantes pongan en marcha pequeños experimentos diseñados por ellos mismos con sus estudiantes, mientras viven la experiencia de exponerse a una red más amplia en actividades muy abiertas, que permitan la aparición de múltiples caminos de desarrollo.

La primera cohorte de #ArTiC está dirigida a docentes de Ciencias Sociales de educación media, con quienes tenemos el gran reto de empezar a descubrir qué funciona y qué no funciona en el experimento.  Aunque hay actividades presenciales dirigidas a los docentes de Ceibal, el esquema del curso hace posible que cualquier persona pueda participar.  Así que si está interesado, o conoce a un docente de Ciencias Sociales que desee participar, lo invito a dirigirse al wiki de ArTiC, el punto de partida de las actividades que desarrollaremos durante las próximas seis semanas (empezando el 3 de Junio).   Como de costumbre, todo lo que necesita es un blog, suscribirse a los diarios del curso, y muchas ganas para acompañarnos en esta aventura.

#ArTiC es posible gracias a la Dirección de Educación del Centro Ceibal para el apoyo a la educación de la niñez y la adolescencia (Uruguay), con el liderazgo de Mónica Baez y Martina Bailón. El diseño de la experiencia y la coordinación del equipo de facilitación está a mi cargo.  En la primera cohorte participan en modalidad formal alrededor de 70 docentes de colegios y liceos de todo Uruguay.

La importancia de ArTiC radica en que Uruguay fue el primer país del planeta en llegar a un computador por niño a nivel nacional.  Después de varios años, los computadores están llegando al nivel de educación media, lo cual ha llevado al Centro Ceibal a explorar otras formas de hacer formación docente para aprovechar la tecnología disponible.  Es una oportunidad única de participar en una iniciativa de alcance nacional.  Los logros que obtengamos serán perfectamente un ejemplo en temas de formación docente para experiencias 1:1 de gran alcance.  Por supuesto, eso me entusiasma un montón!

El propósito de la educación #purposedes

(Este post hace parte de #purposedes, por una gentil invitación de Linda Castañeda. 500 palabras no fueron suficientes. 😉 )

Detrás del título de este post parece existir una curiosa premisa: hay un sólo propósito para una sola educación.

Pero, ¿hay una única educación? Basta con mirar alrededor para notar que no es así. ¿Hay un único propósito para ella? Por el contrario, pareciera que hay tantos propósitos (muchos de ellos no discutidos) como visiones (muchas de ellas ni siquiera conscientes). Mientras algunos tipos de educación (habitualmente privados) forman líderes, otros (habitualmente públicos) forman empleados.  Mientras algunos protegen valores y expresiones culturales que consideran esenciales, otros se concentran en los “contenidos” que “hay que saber”. No toda la educación está en crisis, pues muchas instituciones están desarrollando a cabalidad su tarea de formar a los ciudadanos que podrán ser parte activa del mundo al que estamos entrando. Ahora, que la mayoría de las personas no tengan acceso a este tipo de educación es un problema muy diferente.

Así que la premisa no es válida.  Sin embargo, en estos días en los que la distancia desaparece gracias a nuestras herramientas de comunicación, pareciera que cuando hablamos del “estado de la educación” o de su “situación de relevancia en un mundo tan cambiante”, nos estamos refiriendo a una única educación, a un único nivel, a un único sistema educativo.  Tal vez por eso terminamos suponiendo que este único sistema educativo debería tener un propósito claro, que atendiera a las necesidades de una sociedad y un ciudadano más globalizados, en un entorno muy diferente a aquel que vió la proliferación de los sistemas educativos formales en el siglo 19. ¿No?

De hecho, en nuestro discurso solemos suponer que existe un único propósito. ¿Y quién piensa en él? Me temo que este elusivo tema se va construyendo a retazos en las decisiones diarias y el lenguaje (aparentemente inocuos) de organizaciones y personas de todos los sectores y niveles de la sociedad. Mientras unos claman por competitividad, otros claman por competencias digitales. Mientras unos buscan empleados competentes, otros suponen que el manejo efectivo de los “juguetes” que tenemos actualmente será suficiente.  Todos suponen (¿suponemos?) que saben cuál es el verdadero propósito.

Pero, a pesar de no existir un único propósito o una idea única de educación, sí hay algo común a cualquier expresión, antigua o moderna, de la misma: siempre ha sido organizada alrededor de aquello que debe ser transmitido a las nuevas generaciones, que debe ser protegido, según el parecer de un grupo pequeño con una ideología, creencias e intereses específicos. Aquel que está siendo educado nunca ha tenido mucho poder de decisión frente a lo que está viviendo, y el proceso siempre ha generado una diferencia tangible entre los ‘educados’ y los no ‘educados’. En esa medida, el ejercicio de hablar acerca del propósito de la educación nos lleva a exponer las creencias más profundas que cada cual tiene sobre lo que debe ser transmitido a las nuevas generaciones: valores, dogmas, status quo, modelos económicos, etc. En parte por eso me cuesta trabajo pensar cuál es el propósito de la educación, pues significaría asumir que aquellas cosas que yo (o un colectivo del que hago parte consciente o inconscientemente) considero como buenas/útiles/importantes deben serlo también para muchas otras personas.

La educación por y para un grupo minoritario es tan recurrente en la historia de nuestra especie, que la obsesión moderna con la alfabetización universal (¿o con la escolarización universal?) en una aparente búsqueda por la equidad resulta completamente atípica. Esa obsesión ha generado un sistema educativo que cuestionamos y cuyo propósito discutimos, pero que es el que nos ha traído hasta aquí con todo lo bueno (esperanza de vida, alguna seguridad social, posibilidades de comunicación y aprendizaje imposibles hace sólo 10 años) y lo malo (profunda inequidad social, crisis energética y climática).

Y en medio de ese proceso olvidamos que los actuales propósitos y narrativas centralizados que hemos asumido como únicos, sólo funcionan en un mundo con petróleo barato.  En el mundo en transición que se avecina, esas narrativas tambalean. En tal mundo, las visiones particulares y los propósitos múltiples, las narrativas distribuidas y locales, no son sólo inevitables sino indispensables. El gran reto que tenemos es hacerlas visibles, reconocerlas y reconstruirlas.

Cabe preguntarse qué podrían tener en común esas múltiples narrativas.  Mark Federman argumenta que estamos en la mitad de un proceso de transición histórica que no empezó con los computadores sino con la demostración (en 1844) de la primera tecnología de comunicación eléctrica: el telégrafo. Según Federman, si la aparición de la escritura y de la imprenta sirven de indicadores, simplemente no tenemos idea de cuál será la configuración “estable” que se produzca al final de este período.  ¿Cómo planear entonces para un futuro indeterminado?

Desde mi perspectiva, las nuevas narrativas tendrían que recordarnos que somos mucho más que la tecnología o los productos de moda, mucho más que el dinero o el prestigio que tenemos o no tenemos, mucho más que competencias, competitividad, puestos en un ranking o indicadores en un estudio, mucho más que una sola perspectiva o un único propósito. Tal vez lo que tendría que ser común a cualquier educación que mire hacia el futuro no tiene que ver con las competencias o los saberes (sean digitales o de cualquier tipo), sino con la comprensión de cuál es nuestro lugar en la historia (global y local) de nuestra especie, y cuáles son las cosas por las que vale la pena luchar, aquellas que nos ennoblecen como seres humanos y que nos hacen verdaderamente únicos como individuos.  Esto es, si lo consideramos algo tan valioso como para querer aprenderlo y conservarlo.

NOTA: Este post está inspirado en ideas mucho mejor expresadas en el pasado por Neil Postman, Ivan Illich, Marshall McLuhan y John Holt. Muchos otros referentes importantes pueden haber sido omitidos sin intención. Gracias enormes a Marie por su invaluable ayuda en la revisión y edición.

Razones para un doctorado..

Las personas cercanas saben que, a finales del año pasado, fui aceptado en un programa de doctorado en Informática en la Universidad Federal de Rio de Janeiro.  Lo interesante del asunto es que, aunque es en informática, la línea específica en la que me inscribí es la de Análisis de Sistemas Complejos.  ¿Por qué esta línea? Porque una red social (humana, no su representación o una plataforma específica) es una forma de sistema complejo.

La oportunidad de inscribirme en el programa apareció en un momento en el que sentía que estaba llegando a un límite en cuanto al uso que puedo hacer de la teoría de redes sociales en mi práctica.  La exploración que he realizado en los últimos años en la construcción de ambientes de aprendizaje que reflejan teorías de aprendizaje en red me muestran que necesito aprender nuevos elementos que me ayuden a comprender cómo ocurren los fenómenos de interacción en las redes sociales que se generan dentro de los procesos de aprendizaje.  Por esa razón se vuelve útil disponer de un espacio para entrenar mis ojos para ver cosas que no pueden ver aún.  Eso es fabuloso, pues ahora tengo un área y una pregunta de interés más clara.

Hace cinco años tuve la oportunidad de ingresar a un programa doctoral pero decidí no hacerlo porque, si iba a dedicar a algo varios años de mi vida, era imperativo que estuviera convencido de ello.  No me interesaba mucho ingresar a un programa porque mi institución educativa (la Universidad de los Andes) me lo exigía como requisito, y menos hacerlo para terminar en una especie de pregrado extendido, trabajando en el ‘sueño’ de otro investigador.  Aunque suena poco académico, quería identificar mi propio ‘sueño’ (o al menos sentirme genuinamente interesado en lo que fuera que estuviera haciendo…  En todo caso, esa decisión me llevó por un camino lleno de muchas sorpresas y aprendizaje). Así que en esta ocasión mi interés por un programa de doctorado se debe al trabajo que he venido realizando en los últimos años, por lo que está completamente articulado.  No es algo diferente, sino que me permite profundizar y avanzar en mis comprensiones actuales.  Tengo una necesidad y un interés claro por aprender cosas específicas.

Hay un detalle, en todo caso, y es que estoy asumiendo este proceso de manera muy tranquila.  Esté o no en un programa de doctorado, no voy a dejar de aprender, así que si en algún momento siento que mi camino es otro, sencillamente lo seguiré.  Para lo último que quiero un doctorado es para “lavar” mi experiencia y tener un ‘cartón’ que me acredita como ‘doctor’.  Tal cosa sería absolutamente inconsecuente con mis convencimientos respecto al cambio progresivo que nuestros sistemas están (y estarán) experimentando.

Como parte del proceso, tuve que escribir una propuesta inicial de investigación, que delimitara de alguna manera mis intereses.  Así que aquí está.  Hay una versión de ese mismo documento en portugués, para quien prefiera ese idioma:

Esto significa que tendré que profundizar en un montón de temas que sólo he abordado superficialmente hasta ahora, pero que espero sean un aporte realmente útil para mi área.  En la revisión que he hecho hasta ahora, al menos, no hay todavía tanto trabajo en esta área (al menos trabajo que cualquier docente pueda aprovechar en su práctica), por lo cual encuentro muy estimulante explorarla un poco más.

Como de costumbre, comentarios, recomendaciones y sugerencia son muy bien recibidos!

En qué ando?

Como estoy tratando de retomar algún ritmo de escritura, una buena excusa es hacer el inventario periódico de las cosas en las que ando, pues algunas de ellas pueden ser de interés para otras personas.  Así que, de lo más nuevo a lo que ya pasó, esto es lo que he estado haciendo:

En la última semana de Mayo, iniciaremos en coordinación con la dirección de educación del Centro Ceibal de Uruguay (los encargados de la ejecución de la iniciativa 1:1 a nivel nacional), un proceso piloto de formación para docentes de enseñanza media, quienes desde este año tienen en sus aulas un computador para cada estudiante.

Lo que queremos hacer es una evolución del EduCamp y de los cursos abiertos que he realizado en el pasado, poniendo en marcha un proceso de exploración y aprendizaje en línea de seis semanas, que aborde la integración de diferentes medios y tecnologías en el aula de clase, con algo de reflexión en paralelo.  Aunque todavía no tiene nombre oficial y el diseño está en camino, sí puedo adelantar que, aprovechando que no es un curso formal (como ELRN, GRYC o DocTIC), vamos a hacer algunas cosas que van en la línea del muy interesante ds106, mucho más lanzadas hacia la práctica. Tendremos un encuentro (EduCamp) inicial de apertura en Montevideo y otro más al final de la sexta semana.  En el intermedio, realizaremos actividades en línea en formato abierto (cualquier persona puede participar).

Para este primer experimento, los participantes serán docentes de historia, así que si usted está interesado en saber más al respecto puede pre-inscribirse usando este formulario, para recibir información adicional en el momento en el que las inscripciones estén abiertas.  Por supuesto, si conoce a algún docente que pueda estar interesado en las actividades en línea, puede invitarlo a participar.

Esta va a ser una experiencia fantástica, pues no sólo podremos darle continuidad a lo que ocurre en un EduCamp, sino que será una oportunidad de contribuir de primera mano al proceso que está viviendo Uruguay.  En mis últimas visitas, siempre ha sido fascinante ver lo que ocurre cuando la discusión no tiene que ver con comprar o no computadores, sino qué hacer con ellos.  Debo decir que es muy grato para mi que el Centro Ceibal encuentre que, la labor que iniciamos en Colombia en 2007 para Educación Superior, puede ser útil para su contexto.

En una línea similar, estoy trabajando con la Universidad del Valle en el diseño de un taller abierto en línea que será ofrecido en el segundo semestre de este año, y que estará enfocado en procesos de consolidación de redes personales y profesionales.  En su momento hablaré más al respecto.

En la segunda semana de Mayo estaré en la ciudad de Morelia, en México, atendiendo una invitación de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo y el Sistema Nacional de Educación a Distancia.  Ellos están organizando un coloquio internacional que servirá de arranque para un proceso de conceptualización, definición de marco jurídico y de normatividad de la educación a distancia en el país.   No parece que vaya a tener mucho tiempo disponible, pues la agenda está algo apretada, pero será una buena oportunidad de regresar a México (no he estado antes en Michoacán), y de aprender acerca de la experiencia de otros lugares frente a este tema.  También será una buena excusa para mirar con otros ojos el proceso de discusión alrededor de la reforma de la Ley de Educación Superior en Colombia.

Hace poco concluí una colaboración en un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, que tenía como propósito hacer un estado del arte de la incorporación de TIC en el nivel de educación básica y media en los países de la región latinoamericana.  Me correspondió indagar y construir un panorama de la situación en Costa Rica y Venezuela, lo cual fue muy interesante a la hora de establecer comparaciones entre los discursos y las iniciativas que los llevan a la práctica.  También me permitió familizarizarme con un conjunto de indicadores de impacto propuestos por la UNESCO y ampliados por el BID, y preguntarme una vez más cuál es el efecto de pretender medir unas cosas y otras no, y cómo la presencia de un documento y un estudio termina por tener un impacto tangible en la forma en la cual se conciben y desarrollan las actividades de toda una nación.  En otras palabras, me deja con la duda del poder que tiene un organismo para moldear realidades que le son ajenas (por más estudios que haga) a partir de una visión parcializada del mundo (al final, todos tenemos una de esas, no?).

Estuve en Lima en la última semana de Marzo, facilitando un taller organizado por el International Development Research Centre de Canadá (IDRC) y Consumers International (CI).  CI es una organización que agrupa a diversas asociaciones de consumidores alrededor del planeta, y está iniciando un proyecto piloto sobre temas de uso de TIC como mecanismo para promover la participación ciudadana en el tema específico de regulación de agua en Perú y El Salvador.  En el taller participaron representantes de asociaciones de varios países de la región, con quienes exploramos durante día y medio distintos aspectos del uso de la tecnología desde una perspectiva personal y organizacional.   Fue una experiencia muy interesante (y reveladora), sobre la cual espero tener la oportunidad de escribir más.

A mediados de Marzo estuve en Sao Paulo, invitado por la Universidad Anhembi Morumbi a un evento llamado People.NET em educação organizado por Carlos Valente, a quien conocí en São Paulo el año anterior.  En el evento tuve la oportunidad de hacer mi primera conferencia pública completa en portugués, que estuvo dedicada al conectivismo (slides aquí). Lamentablemente no pude estar presente durante todo el evento, pero debo decir que las conversaciones que tuve y las personas a las que conocí me demostraron un excelente nivel de discusión en la audiencia.  Fue un evento memorable por muchas razones.  De mi participación quedó una entrevista en el Diario O Estado de São Paulo (versión impresa).

También a mediados de Marzo, inicié un doctorado en la Universidad Federal de Rio de Janeiro.  Este es un proceso que me está generando (de nuevo) sentimientos encontrados en muy diversos aspectos, y que todavía necesito articular mejor con mi práctica actual.  Mi blog va a convertirse, hasta cierto punto, en mi diario de notas de lo que voy aprendiendo en este programa.

Desde inicios de Marzo estoy asesorando a la Dirección de Fomento de la Educación Superior y a la Oficina de Innovación Educativa del  Ministerio de Educación, acompañando la definición de las actividades relacionadas con el fomento al uso de TIC en Educación Superior para este cuatrenio.  Aunque es muy gratificante ver el balance positivo de muchas de las cosas que nos imaginamos en 2007,  también es un poco inquietante identificar algunas tendencias (que desde mi perspectiva son caminos sin salida) que siguen su camino ignorando las necesidades más apremiantes de nuestro entorno.

Por último, a inicios de Marzo estuve en Lima, facilitando el primer EduCamp que hicimos en Perú en conjunto con Universia, en la Pontificia Universidad Católica del Perú.  Un público nuevo, una cultura nueva, y un taller dividido en dos mañanas que resultó bastante bien y que, como de costumbre, genera nuevas ideas y posibilidades.  Con la experiencia adquirida, esperamos poder realizar nuevos talleres en otras instituciones educativas peruanas.

En eso he estado en las últimas semanas.  Muchas cosas como de costumbre, y muchas otras por venir. Felizmente, todas son oportunidades de realizar nuevos experimentos y seguir avanzando en mi camino de aprendizaje, por lo cual me siento muy agradecido.  :)