Category Archives: Educación y Sociedad

Perceptive Pixel

En estos tiempos de constante aparición de aparatos tecnológicos, es fácil empezar a perder la capacidad de asombro. De hecho, pocas veces aparecen cosas que me obligan a detenerme, y decir: "Wow". Y repetir: "Wow".

Las ideas que Jeff Han está desarrollando a través de su empresa Perceptive Pixel son exactamente de ese tipo. Como una imagen vale más que mil palabras, aquí hay un video de demostración, el cual apareció luego de una presentación que realizó en TED 2006 (evento que, por cierto, parece ser sencillamente alucinante):

Me resulta simplemente impresionante. Según un artículo de Fast Company, hay otras empresas que están desarrollando este tipo de tecnología, y un dispositivo de estos puede costar alrededor de US$50.000 (ni idea cuánto costaría el de la demostración, pues es una prueba de concepto solamente).

Por supuesto, el geek que hay en mi se entusiasma y dice: "Imagine las posibilidades de esto para educación (y para entretenimiento)!!", pero el pragmático que hay en mi le recuerda al geek que "Es bastante ingenuo pensar que un artefacto de estos podría difundirse (en el futuro próximo) en nuestro sistema educativo". De hecho, el primer comprador del señor Han fue una rama del ejército estadounidense (la cual no precisó), así que vaya uno a saber cuándo llegará algo así a una escuela.

Sólo para darle gusto a mi geek interno, algunas ideas de uso que me vienen a la mente:

  • (La obvia) El aprendizaje de la geografía NUNCA volvería a ser el mismo. Recuerdo cuando en el colegio me ponían a dibujar y colorear mapas, como ejercicio para aprender de geografía... Nada que ver con esto. Significaría ver la geografía en "tiempo real" (esto gracias a Google Earth).
  • (Otra obvia) La exploración (y construcción?) de taxonomías, como se ve en el video...
  • Construcción y navegación de mapas conceptuales?
  • Con base en lo anterior, esto tiene una aplicación muy interesante en interfaces como la de Visual Thesaurus, la cual propone una nueva manera de ver relaciones lingüísticas (si no lo conoce, no deje de revisarlo!!).
  • Construcción y navegación de genogramas, por ejemplo, y otro sin número de mecanismos de visualización de relaciones (para el caso de foros de discusión, los forogramas).
  • Análisis cualitativo?
  • Y en relación con lo anterior, cualquier tipo de tarea que implique categorización de información?
  • Edición de video! (Qué descreste la manipulación simultánea de ese montón de pantallas de video).
  • Y muchos otros que no se me ocurren en este instante, así que los invito a sugerirlos...

De hecho, algo como esto podría acercarnos algo más a los estilos de navegación por el ciberespacio que sugería William Gibson en Neuromancer, y que fueron explorados de alguna forma en Johnny Mnemonic. Sólo nos falta el puerto de conexión en la nuca, y estaremos ante un mundo estilo "Matrix".

Ahora, hay quienes dicen que este tipo de tecnología no es tan funcional en realidad. Y tal vez tienen razón, si se piensa en los problemas de tendinitis que están siendo reportados por el uso de los controles inalámbricos del Nintendo Wii. Es posible que no tenga sentido trabajar de 8 a 5 de pie en frente de una pantalla. (En Minority Report, Tom Cruise no trabajaba todo el tiempo, sino un ratico mientras descubría en dónde estaba el asesino). Pero sí puede tener sentido trabajar sentado, manipulando una pantalla incrustada en un escritorio, de la forma en la que Han lo demostró en TED2006. Posiblemente no sea una solución adecuada para muchas disciplinas, pero al menos a mi me encantaría tener en mi puesto de trabajo un juguete de estos.

Por lo pronto, seguiré viendo el video hasta que me aburra y, siendo consciente de que es poco probable que llegue a tener uno de estos a mi alcance, me prepararé para su hermanito menor. Cuando salga en Junio, espero tener un iPhone. Después de ver esto, el geek que hay en mi definitivamente QUIERE.UN.IPHONE, tan sólo para hacer zoom mientras navego con Safari (por supuesto, este no sería el único uso que le daría! :D).

Qué maravilla vivir en estos tiempos...

Un par de enlaces útiles:



Podcast de radios scolaires

http://podcast.ac-rouen.fr/

Durante el seminario de objetos en el que estuve en Diciembre del año pasado, tuve la oportunidad de escuchar acerca de un proyecto propuesto a la Secretaría de Educación de Bogotá, en el que se proponía la construcción de emisoras estudiantiles en diversos colegios del Distrito. El asunto es que esta actividad consistía en disponer al interior de cada institución la infraestructura necesaria para poder hacer emisión a través de Internet.

Me tomé la libertad de expresar mis reparos respecto al modelo que se estaba proponiendo, pues a mi juicio, si bien un proyecto como estos puede tener un impacto pedagógico importante, el pensarlo como "radio estudiantil", al menos a mi, me genera dudas grandes respecto a lo que significa producir programas de radio, competir por la audiencia, etc. O tal vez es que no estoy lo bastante abierto a otros enfoques... Lo cierto es que no logré expresar de manera clara cuáles eran mis reparos.

A través de un enlace que me envió Ingrid, me encontré hoy con un proyecto francés que opera de la manera que yo traté de sugerir para el proyecto de la Secretaría del Distrito. El proyecto podcast de radios scolaires compila podcasts producidos por estudiantes de diversos colegios de Francia en un sitio en donde los usuarios tienen acceso a programas de emisión periódica, y en donde cada podcast está catalogado mediante tags.

En lo que producen los estudiantes se encuentra de todo. Cuentos, charlas respecto a temas académicos, chistes, actualidad, deporte, y muchos otros temas. Por supuesto, todo está en francés.

Les recomiendo L'emission de l'Amiral (producido por estudiantes de la Escuela Amiral Courbet). En sus diversas emisiones, es un programa muy bien elaborado, y que muestra a qué tipo de cosas pueden llegar los estudiantes sin mucha dificultad.

¿Qué necesita un estudiante para hacer un podcast? Un computador, un micrófono, audacity, ideas y ganas. Con eso basta para tener desde el más sencillo hasta el más sofisticado programa casero de radio. Y para producirlo no se necesita conexión permanente a Internet, ni servidor de streaming, ni un técnico en cada institución que tenga que encargarse de la infraestructura.

Ahora, si bien el sitio se queda un poco corto en cuanto a las posibilidades de consolidación de comunidad en línea que ofrece, es un esfuerzo muy interesante, que de hecho ganó el segundo puesto de los Learning Awards de 2006 en Europa.

Algo de este estilo es lo que me imaginaba como alternativa al proyecto que fue propuesto a la Secretaría de Educación. Pienso que puede lograr los mismos objetivos, con una carga tecnológica mucho más razonable para todos (excepto tal vez para la Secretaría, que tendría que proveer el espacio para almacenar el material producido por los niños y el ancho de banda necesario para garantizar el acceso correspondiente).

Ahora, imaginen que se pudieran establecer convenios con Colorín Colorradio (si es que aún existe), o con radios universitarias, para que este tipo de programas pudieran tener un espacio en la radio masiva. Eso sí que seria motivante para muchos de nuestros niños...

En fin, es fabuloso encontrar un proyecto como este, que muestra que SI es posible involucrar a niños, adultos y escuelas en iniciativas de producción local de contenidos. Sería genial saber quienes están liderando en nuestro país este tipo de iniciativas.


¿Y por qué no?

Hace unos cuantos años, fue medianamente popular una serie de televisión llamada Sliders (Deslizadores). La trama giraba alrededor de cuatro personas que por accidente habían entrado en un agujero de gusano, desplazándose a universos paralelos (muy en la onda de las teorías de Feynman). El gancho de la trama era que estos universos paralelos eran versiones levemente modificadas de nuestra Tierra, lo cual generaba posibilidades argumentales muy interesantes.

Pero en fin, había un episodio de esta seríe (el séptimo de la primera temporada) llamado Eggheads, el cual mostraba una tierra en la cual los intelectuales eran las celebridades, tal como los deportistas lo son en nuestra sociedad. Recuerdo claramente que en una escena en la que mostraban la ciudad, aparecía una valla de GAP en la cual el modelo de los pantalones era Einstein, y en algún momento aparecía el slogan de una empresa equivalente a Nike: Just think it. Lamentablemente, la trama mostraba que el asunto no era tan prometedor como parecía, y que los vicios asociados a la fama eran los mismos que en nuestra sociedad. Sin embargo, quisiera obviar eso en este post.

¿A dónde voy con todo esto? Me pregunto por qué no podemos pensar en una sociedad en la cual la educación es el valor más apreciado. ¿Y por qué no? Imaginen estar esperando un bus en un paradero en Bogotá y tener al lado, en lugar del anuncio de licor, un gran cartel del Portal Educativo Colombia Aprende, por ejemplo. Imaginen que el concurso de ortografía que organiza El Tiempo tuviera una convocatoria igual a la de los espantosos realities con los cuales nos deleitan cada noche nuestros canales privados, y que la final fuera un evento tan importante como el reinado de Cartagena. Imaginen bibliotecas públicas abiertas las 24 horas del día, para safisfacer la demanda de todos los aprendices. Imaginen cobertura educativa universal, pero de verdad. Imaginen que cada uno de nosotros entendiera la educación como un medio para alcanzar nuestros sueños. Imaginen que nuestros sueños fueran tratar de mejorar al mundo, en lugar de enriquecernos a pesar de los demás.

¿Y por qué no? Tal como lo veo en este momento, lo que hay de fondo con todo esto es, simple y llanamente, propaganda. ¿Cuáles son los mensajes que estamos implantando en nuestros niños y jóvenes? La respuesta a esa pregunta nos lleva a la eterna discusión acerca de la responsabilidad de los medios en todo este proceso. Victor Solano comentó en detalle el cuestionable caso de una emisora colombiana que está ofreciendo mamoplastia a sus oyentes mujeres. Y, a pesar de la respuesta de la directora de la emisora, la respuesta automática que reciben quienes se inscriben deja todo qué desear. Yo no me detendría en este asunto mucho, pues estoy convencido de que los medios masivos tienen una incidencia definitiva en esta situación (un documental como Bowling for Columbine es un muy buen ejemplo de esto).

Pero es sencillo unirse a la protesta, sin proponer alternativas. ¿Qué pasaría si el gobierno reconociera el poder de los medios en este sentido y, por ejemplo, la Comisión Nacional de Televisión financiara anuncios para entidades como Colciencias, el Ministerio de Educación o el Ministerio de Cultura? Hay una interesante campaña en este momento (precisamente de la CNTV, y creo que es necesario reconocer que han mejorado bastante en el estilo de anuncios que generan) respecto a las competencias matemáticas, y han aparecido en horario triple A anuncios de convocatorias de Colciencias (un tanto somníferos aún, pero algo es algo). Así que algo está pasando. ¿Y si como sociedad empezáramos a dirigirnos hacia allá? ¿Y si alguien encontrara una manera de generar rating con lo intelectual (y no me refiero a ese desastre que fue el programa este de La bella y el nerdo)? ¿Y si lo intelectual fuera rentable?

El efecto neto de esto, a mi juicio, sería que una buena parte de nuestra población estaría expuesta a mensajes que hablan acerca del valor del estudio y de la educación. Es sólo una hipótesis, pero estoy casi seguro de que, a mediano plazo, podríamos empezar a ver efectos positivos en nuestra sociedad.

¿Y por qué no?


Nadie sabe para quién trabaja…

El lanzamiento de las licencias Creative Commons para Colombia me produjo (y me dejó con) un montón de inquietudes respecto al tema de la propiedad intelectual. Tuve la fortuna de conversar un rato con Lawrence Lessig durante su visita a Bogotá, y la charla me sirvió para aterrizar un poco más mis ideas.

Mi conflicto con el tema de los derechos de autor empezó con el post en el cual dejé un archivo adjunto con ideas respecto a la iniciativa de objetos de aprendizaje en Colombia. La duda que apareció fue: ¿Yo puedo decidir bajo qué licencia publicar ese documento? Y eso obligó a remitirme a un tema del cual poco nos ocupamos a nivel académico: los términos de nuestro contrato.

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