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#reAprender Radio: Episodio 4: Enseñanza abierta

El cuarto episodio de esta serie, cuyo tema global son las prácticas educativas abiertas, está enfocado en la enseñanza en cursos abiertos.  En conjunto con Luz Pearson (twitter|blog) y Andrés Chiappe (twitter|blog), conversamos sobre esto, a partir de las experiencias que hemos tenido en diversos cursos en los últimos años.

El episodio inicia con una definición de “enseñanza abierta” que se encuentra en un artículo de David Wiley de 2009 (2:10) y menciona la visibilidad creciente que este tipo de enfoque alcanzó a lo largo de 2011 gracias a iniciativas como la de Stanford y al reportaje en medios como The Chronicle of Higher Education de algunas de las experiencias realizadas en Norte América.

La primera pregunta que abordamos fue: ¿cuál es el efecto de poner el contenido de un curso en espacios públicos y de abrir la experiencia de enseñanza? (4:10).  Desde la perspectiva de Luz, la apertura aporta en varios niveles: para empezar, un docente puede enriquecer sus propias propuestas al observar lo que otros docentes hacen en abierto; segundo, hay un efecto similar al que se observa cuando se trabaja en aula y cuando se sale de excursión:  en el aula puede haber mucho más control, mientras que en la excursión (experiencia abierta) los estímulos a los cuales están expuestos todos los actores son muchos más.  El control se distribuye, y el docente deja de ser el ‘único’ que ‘sabe’.

Ahora, hay niveles adicionales de lo abierto (que han aparecido en otros episodios).  Además de poder enriquecer las ideas de diseño personal, mediante la observación “sobre el hombro del otro”, existe la posibilidad de que los mismos participantes modifiquen los contenidos propuestos por el docente.  Desde mi perspectiva, esto es algo apenas potencial y, de hecho, representa una transformación real de la comprensión que el docente y cada participante tiene sobre su propio rol.

En los dos cursos que Luz ha realizado (7:00), no ha encontrado  modificación de los contenidos por parte de los participantes, pero sí una ‘sensibilidad’ mayor de su parte respecto a las necesidades emergentes de un grupo, representada en cambios en las actividades (no sólo agregar nuevas sino quitar otras que no tenían respuesta), en el orden de los temas y/o recursos propuestos, etc.

En mi opinión (9:20), esto va en contravía con muchas de las ideas del diseño instruccional, en donde se supone que un curso tiene que estar completamente pre-diseñado antes de empezar, con las cosas buenas y malas que esto implica.  También es cierto que esa sensibilidad a lo que es de interés para un grupo no es inherente a los cursos abiertos.  En muchos casos (los norteamericanos, en su mayoría) la estructura del curso la define un conjunto de temas y recursos que son definidos por el líder del curso.  No hay discusión (centralizada) respecto a si esos temas son los que ‘deben’ ser o pueden ser otros (aunque, como es abierto, cada persona puede traer su propias perspectivas al curso).

El asunto es que, cuando todo está predefinido desde el inicio, la flexibilidad para atender necesidades específicas puede reducirse.  De fondo, de lo que se trata es de reconocer que nunca va a haber dos cursos iguales, en la medida en que no hay dos grupos de personas iguales.  En sentido contrario, si no hay dos grupos iguales, ¿por qué pretendemos hacer exactamente lo mismo con todos? Sin duda podemos argumentar que los objetivos, recursos, actividades y lineamientos pueden ser comunes a los grupos, pero el reto está en encontrar mecanismos que le permitan a cada individuo recorrer su propio camino dentro de ese marco común.  Desde mi perspectiva, se trata de encontrar un punto de equilibrio.

Por otro lado, está de por medio el eventual interés de instituciones (e incluso de gobiernos) por escalar una experiencia educativa dada. Para el caso de los cursos abiertos, no se escala (11:30) con el contenido (el mismo para todos), sino con la capacidad que va quedando instalada en los participantes.  Ahora bien, ¿no se supone que esto es lo que se pretende en toda experiencia educativa?

Andrés (12:15) señala, con mucha razón, que la definición de Wiley se queda algo corta en cuanto a lo que significa la actividad docente (la enseñanza).  Como no se trata sólo de publicar contenidos y permitir acceso a un curso, es importante explorar aquellas cosas que hacen parte de la enseñanza y preguntarse qué implica adicionarles el adjetivo ‘abierto‘ (algo de esto lo abordé al inicio de la presentación que hice en diciembre de 2010 en el webinar de la Universidad Oberta de Cataluña). La práctica se vuelve algo más amplio que ‘dar clase’.  Por ejemplo, requiere del docente la participación en el diseño y planeación de un proceso formativo, en la producción de material educativo, en la regulación y gestión de la interacción con los estudiantes y en el ejercicio de evaluación y retroalimentación, entre otros.

En lo abierto (19:05), es claro que el tema del contenido es el más desarrollado (en la línea de los Recursos Educativos Abiertos).  Pero desde la perspectiva de Andrés, cuando se observan los otros aspectos aparecen cosas interesantes: ¿Qué pasa cuando cualquier participante puede tomar el papel de ‘profesor’? ¿Es viable? ¿ Es coherente con el ejercicio de lo abierto? ¿Con el ejercicio de la docencia? ¿Esto tiene que ver con liderazgo? ¿con relaciones de poder?

En las experiencias de Luz (21:30) -que no son formales en el sentido institucional de la palabra-, el rol docente se piensa de una forma distinta en cuanto al poder, aunque no ocurrió que un participante asumiera el papel del profesor.  Lo que sí ocurrió es que, a medida que avanzaba la experiencia, los participantes que sabían más sobre un tema dado eran invitados a apoyar a otros.

A partir de la charla (23:45), Luz propone una lista inicial de cosas que un docente tiene que resolver: diseñar, curar contenido, comunicar consignas de una manera particular, facilitar y moderar la intervención/interacción de todos los actores, ser capaz de motivar a los participantes (mantener cautivo al grupo), seguimiento y feedback, explotar las posibilidades de lo abierto, conocimiento técnico (en mi caso personal, a todo esto se suma la creación de herramientas de seguimiento y de análisis de la información proveniente de la red).  Todo esto, claramente, pone al docente en la necesidad de apoyarse en otros.

Desde mi experiencia (26:00), hay una diferencia importante cuando uno pasa de cursos que se ofrecen en un espacio institucional formal (como ELRN, GRYC y DocTIC) a aquellos en donde el esquema es más informal (ArTIC y TRAL).  Frente a lo que señalaba Andrés, no se trata de que todo el mundo se reconozca como profesor, sino de que algunas de las labores que desempeña el docente empiezan a estar  descentralizadas y distribuidas en todo el grupo de participantes. Se trata de pasar de una red centralizada a una descentralizada (en mi presentación sobre redes sociales en educación hablo más acerca de esto) de acuerdo con las habilidades (y necesidades no evidenciadas) de los participantes. Ahora, la descentralización en algunas de las labores de la docencia no omite la importancia de un liderazgo de parte del diseñador de una experiencia de aprendizaje, quien además está a cargo (en parte) de reconocer los patrones que van emergiendo a lo largo del proceso y de ajustar la experiencia en consecuencia.

Andrés (29:45) propone un camino interesante para la conversación: Tal vez una de las posibilidades de la enseñanza abierta tiene que ver con la construcción de comunidad (en especial de comunidades de práctica). Desde mi perspectiva, percibo una curiosa exigencia en el entorno (he hablado de ella en algunas presentaciones) que sugiere que todo docente tendría que tener como derrotero la “creación” de comunidad en su propia disciplina, lo cual es poco realizable, tan sólo considerando la atención limitada que tenemos.

El asunto es diferente, en mi opinión, si se concibe al grupo como a un conjunto de practicantes cuyas prácticas se intersectan durante un período de tiempo y lo que se trata de hacer es aprovechar ese espacio de intersección, del cual podría emerger (o no) algo reconocible como una comunidad de práctica.  Como he mencionado en otras ocasiones, la comunidad de práctica es un punto de llegada, no un punto de partida (algo que más de un “community manager” no parece tener claro).  La pregunta que empieza a aparecer es cuáles serían los efectos de concebir la experiencia de aprendizaje a partir del fomento de las relaciones e interacciones propias de una comunidad de práctica, que excede la duración y alcance de un curso específico.

Luego de un intermedio musical en donde escuchamos música de Gaby Cardoso (“Los Eucaliptos“), empezamos (41:45) por hacer claridad sobre los límites que a veces nos ponemos cuando pensamos en experiencias educativas como algo limitado a un curso.  Evidentemente, hay otras opciones más cortas/puntuales (Luz habla de algunas de ellas en su experiencia), pero también es posible pensar en ampliar el alcance de los procesos de creación de comunidad más allá de un curso.  En mi opinión, eso es justamente lo que estamos viendo con la red abierta, y esto nos lleva de regreso a la discusión sobre el papel de las instituciones educativas formales. Pensar en aplicar esta lógica a todo un programa (por ejemplo), hace factible pensar en una comunidad de práctica disciplinar que se desarrolla (a través del crecimiento de cada uno de sus miembros) a lo largo de un plazo mayor de tiempo.

(Llama mi atención que por allá en 2005, poco después de llegar al Ministerio de Educación, vino a mi cabeza esta idea de un sistema educativo organizado alrededor de comunidades de práctica, que servían como puente entre la educación media, la educación superior y la vida profesional. Esa era mi visión para el tema de Objetos de Aprendizaje, de hecho. En la época (y con razón, como el tiempo lo ha mostrado) Claudia Zea me dijo que era algo demasiado ambicioso, así que teníamos que concentrarnos en algo más concreto -OA, en ese momento-. En retrospectiva, lo que percibo es que todo el tema del Ambiente Personal de Aprendizaje (APA) y de las experiencias abiertas como intersecciones de los APA de diversas personas apunta a esa visión de hace años. Es curioso que este tema aparezca justo en este episodio)

Todo esto (53:00) organizado alrededor del desarrollo del Ambiente Personal de Aprendizaje de los participantes, así como de sus habilidades de gestión del aprendizaje. Concebir el ambiente de aprendizaje de una experiencia específica como la intersección entre los ambientes personales de aprendizaje de los participantes, en donde cada individuo tiene la responsabilidad de ampliar y fortalecer su red y la  labor docente corresponde al fomento de nuevas conexiones y la generación de sentido en cada actor, cambia completamente el panorama.  Ahora, es claro que desarrollar nuevas concepciones respecto al aprendizaje (reaprender, de hecho) es un proceso que no se logra en unas cuantas semanas, lo que pone énfasis en la importancia de contar con iniciativas que excedan la duración de un curso.

Y aquí damos la vuelta y regresamos a la dificultad inherente a escalar este tipo de prácticas (55:00). ¿Cómo entusiasmar a nuevas personas, nuevos docentes, en estos temas, en estas prácticas?  ¿Cómo lograr mostrar otras posibilidades para todo el sistema?

Luz sugiere, además, algo que involucra de manera directa nuestras concepciones respecto a los resultados de aprendizaje.  En estos cursos, una medida de que las cosas están funcionando (57:50) es observar que los participantes efectivamente están contando con nuevas herramientas, están ampliando sus redes y están desarrollando nuevas prácticas.  No se trata sólo de contenido disciplinar, sino de objetivos que en ocasiones no aparecen de manera explícita en un currículo.

Para cerrar el episodio, hablamos acerca de algunas de las habilidades de un docente que quiera enfrentarse a este tipo de experiencias (59:00): En el diseño hay que decidir sobre lo tecnológico (cuáles plataformas, cómo se usan y se articulan); a nivel de contenidos se sigue requiriendo una propuesta temática (con ideas, obviamente, sobre cómo se desarrolla); también es necesario pensar en cómo generar propuestas de actividades claras y en cómo divulgar el curso. Esto último obliga al docente a ser practicante y usuario de las redes y herramientas, o mejor, ser ejemplo de las prácticas que pretende promover en los participantes (modelar prácticas).  Por otro lado, la creatividad es importante, a partir de la utilización de las ideas que otros practicantes están desarrollando.

Otro aspecto importante que aparece en la conversación es la transparencia del proceso de aprendizaje (67:00), entendido como la labor de un docente (y de todos los participantes) de hacer visibles sus propias estrategias de aprendizaje. Esto genera un riesgo enorme pues, como lo pone Luz, deja de “haber secreto”.  Y cuando no hay secreto, no hay control.  Sin secreto, ¿deja de haber autoridad? Esto implica un re-conocimiento del propio rol docente.  Un enorme reto, que corresponde a cada individuo.

El episodio cierra con una reflexión respecto al proceso que estamos viviendo. De alguna manera, estamos recorriendo un proceso en espiral: Partimos de una comprensión específica sobre un asunto y, después de la discusión, volvemos al asunto inicial, pero con una nueva comprensión, desde un punto de vista más “alto”.

Aquí está el Episodio 4 de Radio reAprender:

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Propósitos de Año Nuevo

Algunos propósitos de año nuevo:

1. “Menos charla y más trabajo”: Espero seguir en este nuevo año con una actitud muy lanzada al hacer (como ya es costumbre), y manteniendo una postura crítica frente a quienes siguen diciendo cómo debería ser el mundo, pero sin mostrar evidencia alguna de sus experimentos personales.  No quiero que me hablen de innovación.  Quiero ver innovación.  Ya hemos tenido suficientes discursos que nos dicen lo mismo de siempre, pero que no nos muestran caminos para recorrer.  Así que no me hable de tendencias.  Muéstreme cómo está cambiando su mundo.

2. Sentido crítico: Es importante (y necesario) seguir depurando mi cabeza.  Al percibir un poco más cuáles parecen ser los intereses de fondo detrás de muchas de las ‘buenas ideas’ a nuestro alrededor, sigo alejándome de los discursos tecno-utópicos y del entusiasmo ingenuo (del tipo feel good), que al final buscan seguir manteniendo el status quo. Quiero evitar ser una simple caja de resonancia, y para ello es indispensable seguir buscando un sentido de mayor alcance.  Nuestro sistema tiene fallas fundamentales que no se van a resolver mientras sigamos jugando el juego.  Al mismo tiempo, es necesario empezar a ser crítico frente a la crítica.  Estar ‘en contra de’ no significa tener la razón. Es mucho lo que no sé.  Es mucho lo que no sabemos. Y en consecuencia no es lógico suponer que tenemos la razón.

3. Si voy, que valga la pena: Aunque es ingenuo suponer que por no hacer un viaje en avión se reduce la huella ecológica macro, sí tiene sentido tratar de aprovechar al máximo cada viaje aéreo que sea necesario hacer, cuando sea indispensable hacerlo.  En estos días de abundancia de información, cada vez es menos justificable el turismo académico, sobre todo si no aporta nada. Si se trata de una conferencia, debería tratar de ofrecer una perspectiva nueva, basada en mi propia experiencia y en las características del público.  Si se trata de un taller, que sea algo que la gente no ha vivido antes y que pueda ser usado en su realidad. El deslumbramiento con dispositivos y tecnologías que están fuera de nuestro alcance no pasa de ser eso: un deslumbramiento que nos impide ver.  Está muy bien viajar, pero que no sea para decir lo mismo de siempre (como tantos parecen hacerlo en estos días).

4. Si lo hago, que tenga un impacto positivo: A lo largo de este año me he sentido en conflicto con mi propia actividad y la de otras personas.  Durante mi estancia en Brasil he conocido a muchas personas que, por un lado, siguen desafiando la definición de nativos digitales (ja) y, por otro, de manera decidida invierten su esfuerzo (y su vida?) en formación profesional técnica con el fin de terminar trabajando en una petrolera (ingenieros de todo tipo), o están comprometidas con venderle a otros lo que sea que el trabajo requiera (publicidad? marketing? ventas?) sin importar consideraciones de orden ético.

Si bien es cierto que es inimaginable prescindir del petróleo para nuestra sociedad, me resulta llamativo que decenas (e incluso cientos) de nuestros nuevos doctores no tengan en cuenta las implicaciones ambientales macro de su actividad profesional.  Esto lo digo, por supuesto, desde una posición aparentemente cómoda, pues la educación es una de esas cosas que parece no hacer ‘daño’ (aunque en esencia sirva para mantener el status quo con algunos de los valores que transmite). No obstante, de manera deliberada intento promover el sentido crítico en las experiencias que propongo y trato de exponer a las personas a información que muestra un panorama mucho más amplio, con el que no necesariamente están en contacto. Ante todo, busco cómo mostrar  a cada persona que su papel es mucho más importante de lo que cree. Espero seguir haciendo eso en el año que entra.

(Ahora, es sano decir que nunca hay garantía de que el impacto de lo que hacemos sea positivo, pero sí podríamos intentar reducir el daño macro que podemos generar con lo que hacemos y decimos. Recordar que no se trata sólo de tener un trabajo bien pago, sino de la responsabilidad personal que cada uno tiene)

5. Si lo digo, que valga la pena: Este último, más que un propósito, es una duda que tiene que ver con el tema de los memes y lleva dos años en mi cabeza, como lo decía aquí.  Se trata de tener mayor conciencia acerca de lo que ponemos en el mundo (en términos así de amplios), y sigue siendo un elemento contradictorio con la posibilidad que da la tecnología actual para difundir a los memes.  Es una mirada bastante extraña del mundo, sobre la que me gustaría entender más.

Una breve historia del aprendizaje en red

Volar durante varias horas sin red a veces ayuda a despachar pendientes que quedan sepultados bajo la avalancha de cosas del día a día.  Esta es otra traducción que estaba a medio camino (como la de Mark Federman que publiqué hace algunas semanas), y que necesitaba sólo un rato de atención continua para ser terminada.

Aunque es un documento de 2008, contiene información de entrada muy interesante y un buen conjunto de referencias para seguir profundizando en el tema, lo cual justificó su traducción.  Es el segundo documento de Siemens que traduzco (el primero fue el artículo seminal sobre conectivismo) y muchas cosas han ocurrido desde mi primer encuentro con estas ideas.

Por un lado, cada vez pienso más que la discusión acerca de si el conectivismo es o no una teoría de aprendizaje es algo estéril.  Tal vez me pongo bastante pragmático, pero llegar a un acuerdo acerca de si lo es o no consume recursos importantes, y tal vez nos distrae de la posibilidad de lanzarnos a experimentar (liberarnos de los límites de la teoría, tal vez?), algo que veo cada vez más relevante después de la experiencia que he tenido en este año con ArTIC.  De poco nos sirve contar con personas convencidas de una teoría específica, si su práctica sigue siendo la misma de siempre.  Con ArTIC he visto la utilidad de iniciar por lo práctico, para luego nombrar las experiencias vividas y sustentarlas desde lo teórico.  En ese sentido, lo teórico se convierte en algo que permite comprender mejor la práctica y que la potencia, no en un marco que limita sus posibilidades (como me temo que ocurre en más de un caso en nuestra región).  En síntesis, en lo personal prefiero ver al conectivismo como un conjunto interesante de principios de diseño, que proponen un énfasis distinto al que parece acompañarnos en los espacios educativos durante tanto tiempo.  Un énfasis más orientado al aprendizaje.

Tal vez lo que menos me convence del documento a esta altura es lo que indica al final del penúltimo párrafo: ¿será que en realidad necesitamos que los educadores comuniquen los conceptos del conectivismo?  Yo tengo mis dudas, pues no veo mucho sentido a que el cambio en la forma en la cual se concibe el aprendizaje (que pasa más por razones socio-culturales) tenga que estar atado a un término específico.  Lo que me incomoda de la denominación ‘conectivismo’ es que, como cualquier otra etiqueta, termina generando clasificaciones artificiales.

El riesgo de quedar encasillado como ‘conectivista’ es que fácilmente pueden perderse de vista muchas otras perspectivas que marcan una práctica específica. En lo personal, me temo que mi práctica es bastante ecléctica.  Como no estoy casado con ninguna teoría, uso lo que mejor me ayude a lograr los efectos que busco en mi práctica personal.   Eso no quiere decir que la teoría no sea importante sino que no tendría por qué convertirse en una camisa de fuerza, mucho menos en un área como el aprendizaje, sobre la que aún sabemos poco (lo cual hace que me pregunte acerca del valor real de la conceptualización en algunas áreas que son excesivamente dinámicas y cambiantes, pero quedará para otro post).

Otra cosa llamativa en el documento son las etapas que propone, y la forma en la cual se refiere a algunas de ellas, como si fuesen parte del pasado.  Es importante mantener presente que este documento (al igual que cualquier otro producido por Siemens) se genera en el contexto social, cultural y económico de un país como Canadá, con una cercanía e influencia enorme de los Estados Unidos, con lo cual muchas de sus afirmaciones tienen que ser matizadas con las características específicas (a veces ignoradas) de nuestros contextos locales.

Lo malo de presentar las etapas de manera lineal es que se sugiere que hay un proceso progresivo en ellas (como el mismo documento parece proponerlo).  Pensando en mi percepción del asunto (obviamente limitada y anclada en mi propia experiencia) hay algunas cosas para decir sobre cada etapa propuesta:

Etapa uno: Me atrevería a decir que buena parte de nuestras iniciativas públicas todavía están bastante orientadas a esta etapa, y siguen empeñadas en concebir la ausencia de dispositivos como una carencia (brecha) que hay que resolver a toda costa.  Por otro lado, dada la rápida rotación y aparición de nuevos dispositivos, la infraestructura física sigue siendo teniendo un atractivo valor político para más de un dirigente de nuestra región.  En cualquier caso, según sugiere Siemens, las siguientes etapas construyen sobre esta.

Etapa dos: No logro ver todavía esta ‘fusión’ con áreas existentes en una gran escala, al menos en el sector educativo. Mi impresión es que hay un desconocimiento importante, no sólo de la base de investigación existente en las áreas que Siemens menciona, sino incluso de los libros de divulgación que indica como ‘populares’.  La barrera del idioma sigue siendo un factor importante aquí.  Y si bien puede haber algo de adopción del lenguaje de las redes, pareciera que ocurre sin un conocimiento de los lugares de los cuáles proviene.

Etapa tres: Aunque es cierto que Vygotsky es muy citado, la verdad no sé si hay una reflexión de fondo acerca de las transformaciones del aprendizaje, la cognición y el conocimiento ocasionadas por una perspectiva de red. De nuevo, me atrevo a decir que cuesta bastante trabajo hablar de conocimiento distribuido, y un síntoma interesante de ello es la limitada visibilidad (al menos yo la percibo limitada) de las ideas de Downes sobre conocimiento conectivo, que por momentos parecen un apéndice del término ‘conectivismo’.  Esto es llamativo para mi, pues pienso que la perspectiva de Stephen tiene unas implicaciones mucho más profundas que la de George.  Por otro lado, mi impresión es que buena parte del movimiento actual está todavía enfocado en las herramientas tecnológicas y en las técnicas de enseñanza, y muy poco en las concepciones sobre el aprendizaje que subyacen a ellas.

Etapa cuatro: Sin duda esta es la etapa más reconocible en nuestro entorno, gracias justamente a la predominancia de servicios como Facebook.   Ahora, aunque George habla de un “beneficio secundario potencial” (el “desarrollo de habilidades de pensamiento de red” por parte de los aprendices), la verdad me detengo a pensar en la mayoría de los usuarios frecuentes de servicios como Facebook que conozco y, francamente, no veo una comprensión mayor de tales habilidades a partir del uso de los servicios.  Yo lo dejaría en potencial deseable pero, como ocurre con frecuencia con los potenciales y promesas de la tecnología, ligado a otro tipo de acciones más allá del simple uso. En otras palabras, tales habilidades (que son MUY importantes!) no se van a desarrollar de manera automática.

Etapa cinco: La descripción de Siemens sugería que, para 2008, este proceso de exploración de las redes en la enseñanza y el aprendizaje era incipiente (a juzgar por las referencias que utiliza). Yo diría que el cambio en este sentido es marginal todavía. Es cierto que cosas como los cursos abiertos han generado un enorme interés recientemente, pero asociar esto con una comprensión de los principios de redes parece bastante optimista (sin olvidar que los distintos cursos abiertos -incluyendo a los MOOC- pueden ser MUY distintos entre sí en términos de diseño y objetivos).

Al final, creo importante señalar que gran parte de nuestros esfuerzos parecieran estar todavía enfocados en los contenidos (cómo producirlos, cómo almacenarlos, cómo ‘virtualizarlos’ -ouch-) o en la discusión entre contenidos y competencias (cómo transformar los currículos, cómo evaluar las competencias). Así que, en general, el desarrollo de una “comprensión desde las redes” (lo que yo llamo “pensar en red“) está, en el mejor de los casos, apenas empezando en nuestros espacios educativos y de aprendizaje.  El gran problema es que, como dice George, el término ha sido usado para decir tantas cosas que discutir al respecto se vuelve muy difícil. Todavía hay quienes piensan que una red se define con un ‘documento marco’ que expresa el eventual interés de instituciones por colaborar entre sí. Y mientras tanto, la práctica sigue igual.

Luego de esa reflexión, aquí está la traducción (finalmente, dirán algunos :) ):

Una breve historia del aprendizaje en red

George Siemens, 2008 (original en inglés)

Traducción: Diego Leal, 2011 (PDF, permite descarga y comentarios en línea)

Comentarios y sugerencias pueden ser incluidos aquí, o directamente en el documento. :)

Sobre la relevancia de la educación…

Hace dos años, cuando estuve en Open Education 2009, tuve la oportunidad de reencontrarme con varias personas a quienes conocí durante mi estancia en el Ministerio de Educación de Colombia, así como de ‘desvirtualizar’ a muchas otras a quienes habia conocido en línea.  Tuve también la oportunidad de preguntar a varios de ellos acerca de la relevancia de la educación: ¿es importante? ¿por qué? ¿cómo hacerla más relevante?

Las personas a quienes entrevisté son parte de un grupo muy especial, del cual he aprendido muchísimo en los años anteriores y que en conjunto reflejan el tipo de práctica que he intentado emular desde lo que me gusta llamar “el gran cambio de 2006″.  De estas personas, entre otras, provienen muchas de las ideas, comprensiones y retos que he podido explorar en este tiempo, así como el ethos bajo el cual intento desarrollar mi trabajo. Estas personas son, de algún modo, parte integral de la comunidad de la cual me siento parte. :)

Por eso estas entrevistas fueron especiales. El asunto es que, como para variar, el tiempo fue pasando y, aunque las entrevistas fueron publicadas, nunca llegué a realizar la traducción correspondiente.

En días pasados, gracias a Verónica Perrone (via #ArTIC), volvió a mi atención Universal Subtitles (UnSub), un proyecto apoyado por la Fundación Mozilla, que plantea una lógica parecida a la de DotSub (transcribir y subtitular videos) pero con un giro interesante: Al contrario de DotSub, UnSub no incluye los videos en su propia plataforma sino que simplemente los referencia a través de un reproductor, el cual es complementdo con una sencilla interfaz de subtítulos basada en HTML5.  Nada mal.

El gran diferencial de UnSub? Su interfaz de transcripción/sincronización, que es MUY superior a la de DotSub (en términos de simplicidad).  Lo que era un proceso bastante dispendioso (obviametne, si uno quería que quedara bien) se simplifica enormemente.  Además, UnSub facilita la resincronización de traducciones, y no bloquea la transcripción original una vez ha sido terminada, lo que quiere decir que cualquier conjunto de subtítulos puede ser mejorado en cualquier momento.

Pensando en el momento en el que nos encontramos en la 3a cohorte de ArTIC (pensando en el “para qué”), decidí cacharrear un rato con UnSub, y terminé completando las traducciones de las entrevistas que hice en OpenEd en 2009. Lo bueno de ellas es que no pierden vigencia.  ¿Lo interesante? Que en conjunto muestran una perspectiva muy amplia frente a este tema, que pasa por los recursos usados, los problemas de la evaluación, la distinción entre “la” educación y “una” educación (sutil pero importante), su función cultural, la diferencia entre educación y aprendizaje y su papel en el mundo del trabajo.  Además, las entrevistas contienen algunas ideas sencillas pero poderosas respecto a elementos que ayudan a repensar la labor de la docencia.

Si pudiera volver en el tiempo, aprovecharía para incluir algunas entrevistas que no tuve oportunidad de hacer: Scott Leslie, Alec Couros, Alan Levine y Jim Groom, o a Nancy White, que no llegó a OpenEd por causa de un resfriado.  Por lo pronto, las que hice son igualmente valiosas:  Stephen Downes, David Wiley, D’Arcy Norman, Sylvia Currie, Gardner Campbell, Brian Lamb, Leigh Blackall y Tony Bates.  Un verdadero lujo. :)

Y bueno, ojalá sirvan para disparar ideas, comprensiones, curiosidad y discusiones. Para eso fueron realizadas.  Por cierto, no está de más decir que, como las grabaciones son de 2009, varias de estas personas ya no están en los cargos o instituciones que están en los videos (es el caso de David Wiley y Leigh Blackall). Con eso dicho, aquí están las entrevistas, usando la interfaz provista por Universal Subtitles, y organizadas alfabéticamente por apellido:

(Me temo que los códigos embed de Universal Subtitles aún no funcionan tan bien como esperaba -al menos en WordPress-, así que fue necesario poner enlaces en lugar de videos. Ni modo.)

Cosas que definitivamente le faltan a Universal Subtitles todavía: la posibilidad de hacer playlists, un reproductor menos temperamental e inclusión automática/sencilla (como en VopPod) de videos alojados en otros servicios.  Sin embargo, queda logrado un pendiente menos. :)