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Sobre el futuro de la educación y otras cosas…

Jorge Peralta, de Universia Perú, me envió hace algún tiempo unas cuantas preguntas que se convirtieron en una entrevista que fue publicada hace varias semanas. Como suele ocurrir, el texto de las respuestas es usado como insumo para construir una nota, y en ese proceso (siento yo) se pueden perder muchas cosas importantes para quien las responde. Por esa razón, aquí están las respuestas completas a las preguntas de Jorge, que tienen toda la cara de un post (un ejercicio interesante que tengo que hacer es leer el texto completo y revisar luego la nota, para analizar con cuidado qué cosas fueron reinterpretadas):

Jorge Peralta.- Dado los avances tecnológicos a la fecha y con las necesidades de profesionales más competentes de parte de las empresas ¿Como visualizas el futuro de la Educación Superior en nuestra región? ¿Más virtual? ¿Más ubicua? ¿Qué esperas de la Universidad como institución ante ello?

Diego Leal.- Puede ser importante recordar que es diferente visualizar lo que podría ser un futuro factible de lo que podría ser un futuro deseable. Por otro lado, es imposible imaginar el futuro sin involucrar como parte integral del mismo la forma en la cual la tecnología y las necesidades de las empresas seguirán cambiando.

En cuanto a lo factible, sin duda uno de los grandes motores de la educación superior a nivel regional ha sido responder a las necesidades del mercado laboral, lo cual ha sido reinterpretado recientemente bajo la frase "responder a las necesidades de la sociedad de la información", y está enmarcado dentro del contexto de la globalización y la competitividad en un entorno global.

En general, uno no podría discutir la validez de tal afirmación. No obstante, cuando se mira con cuidado se encuentra que tiene unas implicaciones muy importantes para el futuro de la Educación Superior, en especial en relación con un segundo gran motor (mucho más reciente), que es el cambio tecnológico.

Un gran reto para la gran mayoría de nuestras instituciones es cómo afrontar el vertiginoso cambio de la tecnología. Y digo afrontar porque es visible el profundo impacto que está teniendo en todos los ámbitos de la sociedad, así que ya no es una opción (como tal vez lo fue hasta hace una década) suponer que se trata de una moda temporal que no tiene relación directa con el quehacer de la Educación Superior.

Sin duda, los efectos más visibles del cambio tecnológico los veremos dentro de poco, en la medida en que la disponibilidad del ancho de banda siga mejorando, y en la medida en que se consolide aún más la convergencia entre los dispositivos de telefonía móvil y los computadores personales. Por ejemplo, el aumento del nivel de penetración de teléfonos celulares de gama alta (en especial los smartphones) en la región es cuestión de tiempo, y es previsible que tenga un impacto mucho más contundente que el que hemos visto hasta el momento en nuestras instituciones educativas. La posibilidad de estar en línea de manera permanente, que hasta ahora ha estado limitada a un pequeño sector de la población, se volverá un lugar común, con las ventajas y desventajas que conlleva.

Entonces, en principio estamos hablando de un acceso ubicuo, y (con suerte) de una relación 'justo a tiempo' con la información y el aprendizaje. A medida que nuevos dispositivos hagan parte de nuestra vida diaria, es posible que la fuerte distinción que hasta el momento hemos visto entre lo presencial y lo virtual deje de ser útil, y que finamente empecemos a hablar del proceso educativo como algo continuo, en lugar de un conjunto de compartimentos separados entre sí.

Sin embargo, como hemos visto en la historia reciente, es muy probable que la integración de estas nuevas herramientas sea llevada a cabo por el sector productivo de una manera mucho más rápida que por el sector educativo. Además, es previsible que las empresas requieran más flexibilidad en cuanto al desarrollo de su capital humano, para poder competir en un entorno cada vez más complejo.

Con eso dicho, tal vez uno de los grandes riesgos para la Educación Superior formal es que, siguiendo la línea creciente de las instituciones de educación corporativa, el sector productivo puede encontrar que es más efectivo (en términos de flexibilidad y oportunidad) gestionar sus propios procesos de formación, en lugar de acudir a un sector de Educación Superior que se ha mostrado resistente a adoptar en su quehacer muchas de las herramientas tecnológicas que hacen parte de la vida cotidiana de sus estudiantes (y trabajadores).

Esto significa que el reto para las instituciones será ofrecer una experiencia presencial que en realidad agregue valor al estudiante, y que esté crecientemente relacionada con su práctica profesional (actual o futura), a través de mecanismos como comunidades de práctica, por ejemplo. Esta búsqueda de valor agregado puede tornarse aún más difícil, cuando se tiene en cuenta que el amplio acceso a la red puede llevar a una competencia directa de las instituciones locales con otras de todo el planeta (tanto de habla hispana como de habla inglesa).

En este punto es posible que lleguemos a ver una creciente tensión política frente al problema de la certificación, debido a una eventual (e inesperada) competencia entre el sector productivo y el sector educativo formal, y a aspectos como la necesidad de una homologación ágil de títulos ocasionada por el acceso de los estudiantes a un mercado educativo global.

En general, lo que sin duda podemos esperar en los próximos años es una proliferación de soluciones de aprendizaje mixto (blended learning), a medida que las distintas instituciones exploren diversas formas de ofrecer a sus estudiantes una experiencia que integre tanto actividades presenciales como en línea, y que justifique la alta inversión que la Educación Superior representa para buena parte de nuestra población.

Por supuesto, un cambio de este tipo no sólo tomará tiempo, sino que estará marcado por muchos experimentos tanto educativos como políticos, y por una creciente depreciación de la información especializada, a medida que el acceso a la misma aumente. Sin duda, exigirá repensar el sentido del currículo y sus procesos de actualización los cuales, para seguir siendo relevantes en un entorno cambiante, tendrán que exhibir una creciente flexibilidad. Por supuesto, esto ofrece una alternativa a las instituciones educativas, y es concentrarse más en la conservación y propagación del conocimiento existente, y menos en la innovación y la creación de conocimiento nuevo. Esta decisión, consciente o no, tendrá un fuerte efecto en el futuro de cada institución.

Ahora bien, si quisiéramos hablar de lo deseable, tal vez tendríamos que detenernos a reflexionar sobre cuál es el papel que la Educación Superior podría (o debería) jugar para los próximos 100 años de nuestra especie, no sólo para los próximos 10 o 15 años.

Los complejos problemas de nuestro tiempo, que progresivamente se hacen más visibles requieren, desde mi perspectiva, que la visión del sistema educativo trascienda los meros asuntos de competitividad económica, para concentrarse en el desarrollo de las habilidades no sólo intelectuales sino éticas que nos permitan dar soluciones locales efectivas a los problemas globales. En ese sentido, hablar de lo deseable significa hablar de los fines de la educación, y entenderlos como un asunto de largo plazo, que trasciende muchas de las barreras artificiales que hemos creado.

Lo que uno esperaría de las Universidades, sin duda, es que tuvieran la visión suficiente para ofrecer soluciones concretas a estos temas. No se puede desconocer que existen debates en curso al respecto, pero tampoco se puede desconocer el limitado alcance que estos debates han tenido en la práctica de las instituciones. La responsabilidad de instituciones como las Universidades sería, a mi juicio, estar a la altura del momento histórico que nos correspondió vivir. Estar a la altura de la responsabilidad de crear un futuro viable para nuestra especie, y para nuestro planeta.

JP.- En tu opinión..¿Qué elementos conforman el futuro del aprendizaje en línea? (Leí tu traducción del artículo de Downes pero quiero tu interpretación)

DL.- Evidentemente, la forma que tome el aprendizaje en línea está íntimamente ligada a la evolución de la tecnología. En ese sentido, tal vez los factores más decisivos serán la disponibilidad de conectividad de alta calidad, ubicua y continua (bien sea a través de redes celulares o de otro tipo), y la convergencia de diversos dispositivos en productos de bajo costo, que estén al alcance de la mayor parte de la población. Tan sólo eso, tendrá un impacto inestimable en todas las áreas de nuestra sociedad.

Sin embargo, hay otros factores específicos a tener en cuenta, que de algún modo se han vuelto muy visibles gracias al cambio tecnológico. Por un lado, los asuntos de propiedad intelectual, que siguen siendo objeto de debate continuo en relación con la compensación y su relación con el derecho de acceso a la información, por ejemplo. Lo que hemos visto hasta el momento es una gran cautela de parte de los gobiernos frente a este tema, en contraposición a un creciente movimiento de producción y distribución de contenidos de todo tipo publicados bajo varias alternativas de licenciamiento (entre las que se encuentra, por supuesto, Creative Commons).

Esta discusión apenas está empezando a tomar fuerza en las instituciones educativas, y a medida que se haga más amplia, empezarán a aparecer inquietudes como las que vemos con alguna frecuencia en instituciones de otras regiones, frente al papel que juegan (y deberían jugar) quienes actúan como intermediarios en la distribución de publicaciones científicas y revistas indexadas. En especial, es probable que aumenten las dudas respecto a la necesidad de pagar por suscripciones a material especializado, y que se sigan explorando alternativas igualmente efectivas y menos costosas.

Por otro lado, está el componente político de la Educación Superior. Hay al menos dos factores que intervienen aquí: primero, el creciente acceso al contenido producido por instituciones de la región, sea en la forma de grabaciones de clases o de materiales como los que se encuentran en iniciativas como Open CourseWare o Connexions, por ejemplo; y segundo, la creciente participación en línea de muchas instituciones de la región, que les permitirá alcanzar cada vez más a estudiantes de otros lugares.

Es posible que estos dos factores generen alguna presión sobre los gobiernos nacionales, tendiente a facilitar procesos de homologación y certificación de competencias y conocimientos. Es probable que la forma en la que los gobiernos respondan a tal presión sea muy variada, y que pueda configurar distintas posibilidades para el aprendizaje en línea, en lugar de un único esquema para toda la región.

Ahora, aunque podemos considerar también la posibilidad de un proceso de integración regional que facilite el tránsito de estudiantes y de certificaciones profesionales entre países, esta es una ruta en la que no se ha avanzado mucho aún, y que puede tomar más tiempo. Lo que seguramente veremos es la aparición de nuevos convenios bilaterales tendientes a la homologación de programas profesionales específicos, pero es posible que incluso esto sea insuficiente ante una creciente demanda de parte de los estudiantes.

Hay un factor adicional que en realidad tiene mucho que ver con lo cultural, y es el referente a la personalización de la educación. La tecnología ofrece, cada vez más, la posibilidad de permitir a cualquier persona aprender por su cuenta cualquier tema, así como de interactuar con amplias comunidades profesionales. Pero este es un potencial que, para ser aprovechado, requiere una percepción personal que entienda el aprendizaje como mucho más que la carrera de obstáculos en la que se han convertido muchos de nuestros programas académicos. Una de mis grandes dudas es si llegaremos a aprovechar este potencial de la mejor manera posible. Si lograremos ir más allá de los usos básicos de socialización y entretenimiento. Este puede ser un fértil terreno de diferenciación para muchas instituciones: la creación de aprendices efectivos, y no sólo de estudiantes y profesionales.

JP.- Cual crees que debe ser el rol del docente universitario actual. ¿Mediador, facilitador o transmisor? ¿Que competencias debe tener este docente?

DL.- Quisiera detenerme aquí en el sentido del lenguaje que utilizamos. Para empezar, diría que no hay un único rol que deberían desempeñar todos los docentes, y que tal rol no debería ser una respuesta a un asunto tecnológico o metodológico, sino que debería estar completamente ligado al sentido social e histórico del trabajo que desarrollan. Cabe preguntarnos cuántos de nosotros entendemos la labor docente como un acto de conservación cultural, o como un acto de innovación creativa. Es probable que los roles que un docente juega cambien en función de estas creencias fundamentales.

En esa línea, pienso que vale la pena evidenciar que las metáforas que usamos para referirnos a la actividad docente, reflejan en realidad nuestros propios convencimientos respecto a lo que significa aprender. Tomemos por ejemplo, el rol de 'transmisor'. ¿Transmisor de qué? ¿Es relevante este rol, considerando las posibilidades de almacenamiento y reproducción que ofrece la tecnología hoy?

Sir Arthur C. Clarke mencionaba en una reunión de UNESCO en 1970 que "cualquier profesor que pueda ser reemplazado por una máquina debería serlo". En ese sentido, tal vez cabe preguntarnos qué valor estamos agregando como docentes a la experiencia de aprendizaje, y tendríamos que intentar que fuese mucho más que la mera transmisión de información. Curiosamente, el fuerte énfasis que muchos de nosotros ponemos en los contenidos es un claro reflejo del gran valor que damos a esta labor de transmisión de información.

Para otras personas, el rol de 'facilitador' es polémico porque (para ellas) el acto educativo no se trata de facilitar nada sino de, por el contrario, de problematizar de manera efectiva. Es importante notar aquí que el sentido que se le da a la palabra 'facilitador' es 'aquel que facilita'.

Para el caso del rol de 'mediador' la pregunta inmediata sería, ¿mediador entre qué cosas? ¿Estamos hablando del docente como 'intermediario'? Esta es una duda válida cuando pensamos que la tecnología ha facilitado, también, el acceso directo a fuentes primarias de información, con el efecto de eliminación de los intermediarios que hemos visto en diversas industrias.

Desde mi perspectiva, tal vez el rol más importante que podría jugar el profesor es el de demostrar maneras efectivas de aprender. Una idea muy sencilla que he utilizado en diversos talleres con docentes de educación superior es que "todos somos aprendices". Mi impresión es que entender esta sencilla idea a fondo tiene un fuerte efecto en la práctica profesional, en la medida en que reconocemos que como docentes no podemos (ni tenemos que) conocer todas las respuestas y que en realidad somos, así como nuestros estudiantes, miembros de una comunidad mucho más amplia que está tratando de construir tales respuestas.

Desde esta mirada, uno podría encontrar un nuevo significado para los roles mencionados en la pregunta. Un docente sería 'transmisor' no de contenidos, sino de prácticas específicas de aprendizaje (mediante el ejemplo); sería un 'mediador' entre un conjunto de aprendices y una comunidad profesional global, sin convertirse en el centro de ella; y sería un 'facilitador' en la construcción de soluciones a problemas importantes, a partir de su propia experiencia profesional.

El detalle importante es que desarrollar este tipo de habilidades no se logrará mediante un proceso de formación tradicional, sino que requerirá repensar las experiencias de aprendizaje a las cuales nos exponemos, de manera que nos veamos obligados a evidenciar y confrontar nuestros propios imaginarios sobre la educación y el aprendizaje.

JP.- ¿Como se debe gestionar la calidad en la Educación Superior? (Por favor, detalla si tienen estándares de calidad en Educación a distancia o virtual o sobre las acreditaciones)

DL.- De nuevo, hay un detalle importante en la pregunta, y es que parece suponer que existe una visión común sobre lo que significa la calidad, lo cual a menudo no es cierto. Para el caso colombiano, la calidad de todos los programas académicos se regula mediante la Ley 1118 de 2008, que establece seis condiciones de carácter institucional y nueve condiciones de calidad para los programas. Esta Ley está en proceso de ser reglamentada mediante un Decreto que, al parecer, incluirá secciones específicas referentes a la evaluación de programas a distancia, así como para aquellos que realicen incorporación de TIC.

Ahora, más allá de estos aspectos normativos, que definen el marco en el cual se desarrollan las actividades específicas de las instituciones, hay diversas iniciativas de fomento al desarrollo de una gestión de calidad, desde una perspectiva de aseguramiento de la calidad de los procesos, que busca conducir a certificaciones y acreditaciones de calidad, tanto de agencias locales como internacionales.

En esta línea hay iniciativas como el trabajo desarrollado por el ISO/IEC, a través del Comité conjunto JTC1/SC36, en el cual el único país de la región que participa (como observador) es Colombia, y que ha publicado ya normas como la 19796, referente precisamente a la gestión, aseguramiento y métricas de la calidad de la educación y el aprendizaje apoyados con tecnología.

En lugar de contestar la pregunta referente al cómo, prefiero recordar que la forma en la que se concibe la calidad depende en buena medida de cuáles son los fines que persiguen los diversos actores del sistema, y esto significa que tal vez no existe una única forma de gestionarla. También es importante señalar que lo que comprendemos como 'calidad', con frecuencia se refiere a conjuntos de buenas prácticas identificados a partir de actividades realizadas en el pasado, y que no contemplan necesariamente las prácticas emergentes producto de cambios en el entorno y de innovaciones organizacionales.

En ese sentido, la forma de gestionar la calidad tendría que estar precedida por un análisis sobre cómo es entendida, lo cual sólo puede ser respondido por cada institución, involucrando la participación efectiva de sus distintos miembros, y la identificación clara tanto de los objetivos como de los fines últimos que la institución persigue.

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Gracias a Jorge por la oportunidad de poner en limpio un montón de ideas recientes. :)


Comercial, o no comercial?

Este es un post originado en una discusión que se desarrolla en la lista elearningcolombia, sobre la conveniencia específica de usar o no una red en Ning, considerando los términos de servicio que Ning establece. Es n crosspost, pero prefiero dejarlo aquí para referencia futura.

La respuesta está dirigida en principio a un mensaje de Offray Luna, referente a una invitación para mantener una discusión en una comunidad de Ning (llamada Educamp Colombia).

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Hola Offray,

Muy valioso mensaje. Desde el inicio mi intención era dar más de una opción para quienes estuvieran interesados pues entiendo perfectamente que algunas discusiones pueden no ser de interés para algunos miembros. Ahora, tal vez vale la pena aclarar que mi intención personal es poder seguir creando espacios que construyan sobre la experiencia de los talleres EduCamp, pues hay muchas personas haciendo cosas sobre las que todos nos podríamos beneficiar de conocerlas. Esto, manteniendo el espíritu "demostrativo" que ponemos en juego en los talleres.

Estoy completamente de acuerdo en la importancia de reflexionas de manera crítica sobre estas herramientas, pues al fin y al cabo estamos confiando en ellas con nuestra información. Frente a eso, dos perspectivas que encuentro relevantes.

Primera, sin ser abogado (ni mucho menos representante de Ning, jaja), sí quisiera llamar la atención sobre algo que encontré cuando leí los términos de servicio (TOS) del sitio. Para empezar, Ning hace una diferencia clara entre "Your Content" ("Su contenido") y "Your Code" (Su código"). "Your code" se entiende como:

any script, code, or other computer software uploaded by you to the Ning Platform.

lo cual excluye (si entiendo bien), a lo que según los TOS es el "Contenido":

(i) any work of authorship in a Social Network, including, comments, recommendations, forums, photos, videos, music, sounds, images, text, files, listings, logos, trademarks, postings, messages, tags and other content added to or submitted with any of the foregoing; or (ii) other materials posted on or transmitted through any Social Network or the Ning Platform.

Hay dos secciones distintas para cada uno de estos tipos de material, y al menos en la referente al código, la primera línea dice de manera clara:

You own Your Code. Ning does not claim any ownership rights in Your Code.

lo cual resulta. al menos, interesante. Ahora, si uno sigue leyendo, será que los TOS sí son consecuentes con estas primeras frases? Veamos:

If you upload any of Your Code to the Ning Platform, subject to the licenses granted by you herein, you continue to have the right to use and license Your Code in any way you choose (and you are responsible for protecting those rights as appropriate). You may only upload Your Code to the Ning Platform, for use on Your Social Network, provided that Your Code complies with the terms of this Agreement. At any point, you can take Your Code from Your Social Network and cancel your account and Ning shall not retain any license rights, except as provided below.

Bueno, esto significa (creo) que como desarrollador (y esto es MUY importante, porque estamos hablando de CODIGO), mantengo íntegros mis derechos sobre mi producción. Recuerden que los términos especificos para el Contenido (como es definido antes) son diferentes. Hm, pero Ning habla de que no conservan ningún derecho de licencia, excepto los mencionados abajo.... Leguleyada? Veamos:

You hereby grant Ning a non-exclusive, worldwide, perpetual, transferable, irrevocable, sublicenseable, royalty-free right and license to access, use, reproduce, store, modify, distribute, publicly display, publicly perform and create derivative works of Your Code (a) for the purpose of operating and making Your Social Network available on the Ning Platform and in all current and future media in which the Ning Platform may now or hereafter be distributed or transmitted; or (b) for our internal business purposes. Additionally, you hereby grant Ning a non-exclusive, world-wide, transferable, irrevocable, sublicenseable royalty-free right and license to continue using, reproducing, archiving, caching, creating derivative works, publicly displaying and performing in perpetuity, any of Your Code that is incorporated into the Ning Platform, provided that Ning shall not use or distribute Your Code on a stand alone basis. The foregoing license does not limit Ning's rights under any third party or open source license in which Your Code is licensed.

Quisiera resaltar aquí algunas cosas: Primero, el uso de la palabra "non-exclusive", que quiere decir que la publicación del código en Ning no es exclusiva, y que en esa medida puede ser licenciada en cualquier otro lugar o medio. Tal vez puede ser inquietante ver la palabra "perpetual", pero al menos para mi eso no es crucial (aunque para otros puede serlo). Las siguientes palabras parecen, a mi juicio, un esfuerzo deliberado por librarse de demandas, y apenas cubren las características mínimas que incluye una licencia CC (si entiendo bien, pues podría estar equivocado) de simple atribución. Puede resultar inquietante aquello de permitir "creating derivative works", por ejemplo, pero al menos para mi caso, eso hace parte de las licencias CC bajo las que publico mi contenido en la red, así que no me molesta. Al final el asunto se pone un poco turbio, pues también nos indican que tal licencia no limita los derechos de Ning bajo ninguna otra licencia bajo la cual "Your Code" esté licenciado.

Dado que Ning es una empresa privada, el fantasma que empieza a rondar aquí es "puede/debe una empresa tomar mis obras y eventualmente lucrarse de ellas sin que yo reciba un peso?", que es la pregunta que está detrás del fuerte debate sobre la claúsula NC de las licencias CC. No hay una respuesta sobre ello, sino apenas posiciones definidas, teniendo un lado a quienes no le ven inconveniente a tal cuestión, y quienes deciden restringir el uso comercial. Aquellos de nosotros que estemos de acuerdo con la segunda opción, definitivamente deberíamos abstenernos de crear o participar en cualquier red de Ning, sin duda.

En mi caso personal, tengo claro que lo que publico en Ning no hace parte crítica de mi producción en línea (para ello está mi blog, principalmente, en donde tengo control total), y que en cualquier caso, los TOS de Ning no indican que yo pierda mis derechos sobre mis contribuciones, lo cual también me deja tranquilo. Ojo, una vez más, recuerden que estamos discutiendo específicamente sobre CODIGO (pues fue el ejemplo que Offray nos trajo) y no sobre el CONTENIDO. Si a ello vamos, no puedo recordar la primera vez que haya publicado MI código en Ning, así que tampoco me afecta directamente esto, porque yo estoy publicando contenido, no código.

Para ser justos, tampoco es que los TOS sobre el contenido sean taaaaan distintos, pero sí tienen particularidades que decidí no abordar por ahora.

Ahora, segundo (Segundo? Cuándo se va a acabar esto?!?! :D). Hace unos días me encontré por casualidad (como de costumbre) con un post de Leigh Blackall de Junio de 2006, el cual pienso puede ser una forma interesante de considerar estos temas de participación/publicación en línea. Aquí van algunas notas:

Of course most would ask, but how can you be sure of those services? What is their quality of service like? how long will they be around for? what might they do with your content?

At first I thought these to be legitimate concerns, and potentially a real problem. But now I see it differently. Now I’m not at all precious about the persistency of the URLs for my various online markings. And just like the feeling I had when I at last decided to stop maintaining my own .com I feel free and unfazed....

Y más adelante:

So you see, I think it quite a different and liberating thing to think about in terms of web publishing - comparing web publishing to graffiti and pavement chalk poetics. Once we’re prepared to accept that time will wash even things digital, then we’ll realise that for our presence to persist, for our markings to remain, we must remain active in remixing, reformatting, recreating, and republishing our works so that they reappear and reappear again - copied and redistributed by others across the Net.

Ahora, Leigh tiene una postura bastante radical en muchos aspectos, podríamos decir, así que este discurso puede sonar completamente ajeno al inicio. Para mi caso personal, si no participar en una comunidad de Ning (o de Facebook) debido a sus TOS me lleva a perder la posibilidad de acceder a conversaciones importantes, tengo que poner las dos cosas en una balanza. Para mi caso personal, el beneficio de hacer parte de estos espacios "comerciales" (y acceder a la conversación) excede los eventuales riesgos que pueden desprenderse de los TOS (riesgos que están dejando de parecer tales, pues me siento poco a poco más cerca de la posición de Blackall).

Lo interesante es que detrás de estas cosas, hay posiciones políticas y, digamos, filosóficas, que empiezan a emerger cuando discutimos al respecto. Como me pregunto qué opinan otros miembros de la lista frente a este tema, los invito a contarnos a todos cómo se sienten frente a la perspectiva de "perder control" sobre sus obras intelectuales, pues eso es lo que está de fondo.

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Reconozco que, en lo personal, durante mucho tiempo me dije que era mejor guardar mis ideas hasta que estuvieran publicada en un journal o en una conferencia, porque si no me las podrían "robar", y yo podría dejar de "enriquecerme" con ellas. Ahora veo que aquello que me genera ingresos (mi trabajo formal) puede convivir con espacios como este blog, que por otro lado tienen como efecto una mayor visibilidad para lo que pienso y hago.

Igual, hay muchas cosas que dejo de escribir por un sentido de discreción profesional, pero lo importante es que poco a poco me he ido sintiendo más cómodo con la idea de compartir en donde sea. Pero ese es sólo mi caso personal, producto de mis propios convencimientos.

Como en tantas otras cosas, no hay una respuesta "correcta" ni "única" para estos temas. A cada uno de nosotros le toca descubrir la propia.

Creative Commons License: Attribution, Share-AlikeA excepción de que se indique lo contrario, este contenido está publicado bajo una licencia Creative Commons.

Traduciendo charlas TED

Como mencioné en algún otro post, TED lanzó durante la conferencia de este año su programa de traducción de videos, que busca subtitular (mediante crowdsourcing) todo el material que está disponible hasta el momento en la red. Para esto, van a usar dotSub, plataforma sobre la que también he hablado aquí en el pasado.

Como estoy completamente convencido de la importancia y relevancia de que estas charlas estén disponibles para un público más amplio, no me tomó ningún trabajo decidir colaborar en este proceso, que por cierto está abierto para cualquier persona que quiera colaborar. Obviamente, es indispensable (digo yo) tener un nivel razonable de inglés. Hay más información disponible aquí, para quienes estén interesados. También hay creado un grupo en Google, mediante el cual Pablo Villarrubia está tratando de coordinar el trabajo de traducción en español.

Por lo pronto, me asignaron tres charlas para traducir, de las cuales llevo dos listas, que comparto a continuación:

Primero, la charla de Johnny Lee en la que demuestra los variados usos que puede tener un control remoto de Wii.

Más información (y el software necesario) se encuentran en la página de Johnny Lee.

Segundo, una charla de Lawrence Lessig, en la cual argumenta la importancia de considerar alternativas legales para la reutilización y re-creación de contenidos culturales. Si bien cualquier persona que esté al tanto de su trabajo en Creative commons ya conoce estos argumentos, siempre resulta refrescante ver una presentación de Lessig. Ahora, su interés por "poner dentro de la ley" a nuestros jóvenes tiene todo que ver con este estudio, según el cual el 70% de los poco más de 3600 jóvenes entrevistados consideran que está bien infringir la ley. Pienso que el argumento de Lessig es valioso en muchos sentidos, y nos ayuda a recordar que las leyes están al servicio de las sociedades, no sólo de intereses comerciales.

Las dos son traducciones completas que hice, y que fueron revisadas por Gabriela Sellart y por Emma Gon. A ellas mis agradecimientos. Por cierto, este es un buen ejemplo de colaboración descentralizada (del que hablé en la charla que publiqué hace unos días). Gabriela está en Argentina y Emma en China.

Así que los invito a revisar qué otras charlas están traducidas ya, y a contarme si alguien desea la traducción de una charla en particular. Por lo pronto, seguiré adelante con aquellas que tienen relevancia personal directa.

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Puertas que se abren…

Sé que había dicho que pensaba no escribir en estas semanas, pero hay cosas que están ocurriendo sobre las cuales vale la pena dejar registro (y que no tienen que ver con la crisis regional que estamos viviendo..). Este será un post en varios actos. :D

(1)

El domingo en la noche apareció un twit (tal vez de courosa?), en donde se indicaba que Nine Inch Nails estaba haciendo las cosas de la manera adecuada. Como hacía tiempo no tenía noticias de TRent Reznor (desde Year Zero), fui al enlace correspondiente: ghosts.nin.com.

La página tardó una eternidad en cargar, y cuando finalmente pude ingresar (después de haber leído varias páginas en donde entendí qué estaba pasando), me encontré varias opciones para adquirir el nuevo álbum de Nine Inch Nails (llamado ghosts).

Una de ellas permite descargar 9 pistas (de un total de 36) completamente gratis. Otra permite pagar US$5 y descargar el álbum completo, incluyendo pistas sin pérdida de calidad (es decir, no sólo mp3). La versión más "extrema" del álbum es una caja de lujo de US$300, en una edición limitada de vinilos, numerada y firmada por Reznor.

Como la descarga era prácticamente imposible, me dirigí a mininova a ver si encontraba un torrent (pues como aficionado que soy a NIN, tenía mucha curiosidad por escuchar las nuevas pistas). Resultó (felizmente) que el torrent disponible fue publicado por NIN. El argumento aquí es que, considerando que es evidente que al final el álbum va a terminar en las redes P2P, deciden publicarlo ellos mismos, para de paso avisar que el resto del álbum estaría disponible próximamente.

¿Cuál es el punto de todo esto? Al contrario de Radiohead (cuya política en su último álbum fue descargue y pague lo que quiera), NIN está ofreciendo diversas alternativas y, sobre todo, VALOR AGREGADO en cada una de ellas. Sólo por eso, vale la pena pagar los US$5, así no se piense en descargar las pistas de alta fidelidad.

Otro punto adicional: Las nueve primeras pistas están publicadas con licencia Creative Commons (!!!). Y esto es un hecho de alta importancia. Reznor sería uno de los primeros artistas de talla mundial que pone la discusión acerca de este tema sobre la mesa. Cualquier usuario puede usar, remezclar, publicar y divulgar la música del primer volumen de Ghosts (los primeros nueve tracks). La licencia lo permite.

Parece ser que Reznor entiende cuál es el contexto en el cual se encuentra. En lugar de permitir a una disquera entablar demandas por piratería, ofrece varias opciones para disfrutar su trabajo, con características que justifican pagar un valor u otro (frente a la comprensión de Reznor del poder de los nuevos medios, basta ver el impresionante despliegue promocional y las piezas asociadas a la publicación de Year Zero).

Por supuesto, el panorama sería muy distinto si estuviéramos hablando de una banda nueva. En todo caso, pienso que la estrategia de Reznor puede ser mucho más fructífera que la de Radiohead, y tal vez pueda mostrar un modelo de negocio viable que entusiasme a otras agrupaciones, sobre todo ahora que algunos artistas están denunciando que el dinero obtenido por las disqueras en los acuerdos por demandas de propiedad intelectual, en realidad no les está llegando a ellos (vea el comentario de carobotero, o lea la nota original de The New York Post).

(2)

Por otro lado, en las semanas pasadas, via carobotero, me enteré de una consulta realizada por los profesores de la Escuela de Artes y Ciencias de Harvard, en la cual por mayoría (no estoy seguro de que haya sido unánime) se tomó una decisión que, en su justa medida, podría tener el impacto que en su momento tuvo la decisión de MIT que inició el movimiento de Open CourseWare:

In a move to disseminate faculty research and scholarship more broadly, the Harvard University Faculty of Arts and Sciences voted today [feb 12, 2008] to give the University a worldwide license to make each faculty member's scholarly articles available and to exercise the copyright in the articles, provided that the articles are not sold for a profit.

En un movimiento para diseminar de manera más amplia la producción investigativa y académica de sus profesores, la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard votó hoy [feb 12, 2008] para darle a la Universidad una licencia mundial exclusiva para hacer públicos los artículos académicos de cada miembro de cuerpo docente y para ejercer los derechos de copia de los artículos, dado que los artículos no sean vendidos para obtener lucro.

En términos prácticos, esto significa que la producción de todos estos profesores estará disponible de manera abierta a través de un repositorio institucional, para cualquier usuario del planeta. (Carolina lo explica en mayor profundidad) Refiriéndose a las editoriales de publicaciones seriadas, el proponente de la decisión, Profesor Stuart Shieber, indica:

...the scholarly publishing system has become far more restrictive than it need be. Many publishers will not even allow scholars to use and distribute their own work. And, the cost of journals has risen to such astronomical levels that many institutions and individuals have cancelled subscriptions, further reducing the circulation of scholars' works

...el sistema de publicación académica se ha convertido mucho más restrictivo de lo que necesita ser. Muchos editores ni siquiera le permiten a los académicos usar y distribuir su propio trabajo. Y, el costo de las publicaciones seriadas ha alcanzado tales niveles astronómicos que muchas instituciones e individuos han cancelado sus suscripciones, reduciendo así la circulación de los trabajos de los académicos.

Lo cual es completamente cierto. Basta con mirar los costos de varias de las bases de datos científicas más tradicionales, para encontar que este tipo de distribución se volvió un negocio que puede estar fuera de control, y que al final afecta a las poblaciones de escasos recursos, que no pueden tener acceso a este tipo de información.

Los docentes de Harvard conservan el copyright de sus trabajos (ahora, no estoy completamente seguro si copyright es equivalente a nuestros derechos patrimoniales, necesito ayuda de un abogado -Carolina?- para aclararlo), sujeto a la licencia de la Universidad. Lo cual implica que si el docente quisiera publicar su trabajo en otro escenario, puede hacerlo, pero sin la posiblidad de renunciar a la licencia abierta otorgada a la institución.

Si comparamos esto con el caso de Nine Inch Nails, uno podría decirse que el futuro de este tipo de publicaciones puede estar ligado también al valor agregado que cada autor pueda ofrecer a sus lectores. Por ejemplo, si además de descargar el artículo, puedo pagar US$5 para tener una sesión en línea con el autor (en una sesión programada, con máximo 20 personas, digamos), es probable que muchas personas opten por pagar, y el asunto podría resultar rentable para el autor.

Habrá que ser creativos en identificar lo que significa valor agregado en este contexto (Aunque ya hay iniciativas en este sentido. Basta con ver el sistema de publicación que usa Lulu, por ejemplo). Al final, todo se reduce a un principio económico básico: Si se eliminan los intermediarios, el costo de los productos puede reducirse.

En mi del.icio.us, encontrarán los enlaces a algunas de las publicaciones que dan cuenta de este proceso de Harvard.

(3)

En relación con lo anterior, otra nota interesante de The New York Times: Algunas de las más grandes casas editoriales del mundo han decidido retirar el software anticopia de las descargas de sus audio libros.

Los audio libros no son una tendencia tan consolidada en Colombia, pero en Estados Unidos es muy fácil encontrar una versión en audio de la mayor parte de los títulos (novelas y bestsellers, no libros técnicos) que se publican.

¿Por qué es importante esto? Resulta que estas editoriales (Random House y Penguin, en particular) están reconociendo que no tiene mucho sentido todo el asunto del DRM, pues todas las restricciones son superadas y al final, los archivos igual terminan en Internet, disponibles para todo el público.

Las implicaciones de esto son económicas, por un lado, pues las editoriales ya no dependerán de uno u otro vendedor para poder distribuir los libros (lo cual puede redundar en un aumento en las ventas). Por otro lado, esto sugiere que las estrategias de control pueden estar dando paso a otro tipo de enfoques más creativos y constructivos.

De nuevo, vuelvo al caso inicial de Reznor. Al final se trata de valor agregado.

(Coda)

Ver estas noticias ocurrir en las últimas semanas me sugiere que puede haber en ciernes un cambio en las reglas de las descargas digitales y en el acceso a información académica y literaria. Tal vez estamos llegando al punto en donde las editoriales y las casas disqueras empiecen a ver que no todos los artistas y autores estamos dispuestos a seguir jugando bajo las reglas de un mundo impreso y con control sobre los medios de distribución de la información.

Si lo que hizo Harvard empieza a tener eco en otras instituciones, podríamos estar entrando en un ambiente en el cual no se discute el papel social que juega la libre difusión de la información. Felizmente, buena parte de nuestro país será uno de los grandes beneficiados con esta situación.

No obstante, tenemos un trabajo inmenso como sociedad, si esperamos que las personas hagan el mejor uso posible de estas posiblidades de potenciar el aprendizaje.