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Sobre la relevancia de la educación…

Hace dos años, cuando estuve en Open Education 2009, tuve la oportunidad de reencontrarme con varias personas a quienes conocí durante mi estancia en el Ministerio de Educación de Colombia, así como de ‘desvirtualizar’ a muchas otras a quienes habia conocido en línea.  Tuve también la oportunidad de preguntar a varios de ellos acerca de la relevancia de la educación: ¿es importante? ¿por qué? ¿cómo hacerla más relevante?

Las personas a quienes entrevisté son parte de un grupo muy especial, del cual he aprendido muchísimo en los años anteriores y que en conjunto reflejan el tipo de práctica que he intentado emular desde lo que me gusta llamar “el gran cambio de 2006″.  De estas personas, entre otras, provienen muchas de las ideas, comprensiones y retos que he podido explorar en este tiempo, así como el ethos bajo el cual intento desarrollar mi trabajo. Estas personas son, de algún modo, parte integral de la comunidad de la cual me siento parte. :)

Por eso estas entrevistas fueron especiales. El asunto es que, como para variar, el tiempo fue pasando y, aunque las entrevistas fueron publicadas, nunca llegué a realizar la traducción correspondiente.

En días pasados, gracias a Verónica Perrone (via #ArTIC), volvió a mi atención Universal Subtitles (UnSub), un proyecto apoyado por la Fundación Mozilla, que plantea una lógica parecida a la de DotSub (transcribir y subtitular videos) pero con un giro interesante: Al contrario de DotSub, UnSub no incluye los videos en su propia plataforma sino que simplemente los referencia a través de un reproductor, el cual es complementdo con una sencilla interfaz de subtítulos basada en HTML5.  Nada mal.

El gran diferencial de UnSub? Su interfaz de transcripción/sincronización, que es MUY superior a la de DotSub (en términos de simplicidad).  Lo que era un proceso bastante dispendioso (obviametne, si uno quería que quedara bien) se simplifica enormemente.  Además, UnSub facilita la resincronización de traducciones, y no bloquea la transcripción original una vez ha sido terminada, lo que quiere decir que cualquier conjunto de subtítulos puede ser mejorado en cualquier momento.

Pensando en el momento en el que nos encontramos en la 3a cohorte de ArTIC (pensando en el “para qué”), decidí cacharrear un rato con UnSub, y terminé completando las traducciones de las entrevistas que hice en OpenEd en 2009. Lo bueno de ellas es que no pierden vigencia.  ¿Lo interesante? Que en conjunto muestran una perspectiva muy amplia frente a este tema, que pasa por los recursos usados, los problemas de la evaluación, la distinción entre “la” educación y “una” educación (sutil pero importante), su función cultural, la diferencia entre educación y aprendizaje y su papel en el mundo del trabajo.  Además, las entrevistas contienen algunas ideas sencillas pero poderosas respecto a elementos que ayudan a repensar la labor de la docencia.

Si pudiera volver en el tiempo, aprovecharía para incluir algunas entrevistas que no tuve oportunidad de hacer: Scott Leslie, Alec Couros, Alan Levine y Jim Groom, o a Nancy White, que no llegó a OpenEd por causa de un resfriado.  Por lo pronto, las que hice son igualmente valiosas:  Stephen Downes, David Wiley, D’Arcy Norman, Sylvia Currie, Gardner Campbell, Brian Lamb, Leigh Blackall y Tony Bates.  Un verdadero lujo. :)

Y bueno, ojalá sirvan para disparar ideas, comprensiones, curiosidad y discusiones. Para eso fueron realizadas.  Por cierto, no está de más decir que, como las grabaciones son de 2009, varias de estas personas ya no están en los cargos o instituciones que están en los videos (es el caso de David Wiley y Leigh Blackall). Con eso dicho, aquí están las entrevistas, usando la interfaz provista por Universal Subtitles, y organizadas alfabéticamente por apellido:

(Me temo que los códigos embed de Universal Subtitles aún no funcionan tan bien como esperaba -al menos en WordPress-, así que fue necesario poner enlaces en lugar de videos. Ni modo.)

Cosas que definitivamente le faltan a Universal Subtitles todavía: la posibilidad de hacer playlists, un reproductor menos temperamental e inclusión automática/sencilla (como en VopPod) de videos alojados en otros servicios.  Sin embargo, queda logrado un pendiente menos. :)

Ampliando la perspectiva

En los últimos años me he encontrado varios documentos (y otro tipo muy variado de insumos, por supuesto) que me han permitido percibir cosas que no había percibido antes. O que, en algunos casos, reflejaban bastante bien mis percepciones y en esa medida servían para dar un piso más sólido a las intuiciones que iba construyendo.

Eso me ocurrió, por ejemplo, con el texto de George Siemens sobre conectivismo, o con la charla de Stephen Downes sobre redes de aprendizaje o sus ideas sobre el futuro del aprendizaje en línea, o con el artículo de Michael Wesch titulado Anti-enseñanza. En todos los casos, el interés que estos documentos despertaron en mí me llevaron a traducirlos de manera voluntaria, como una forma de enriquecer mi comprensión de los temas que trataban (es mucho lo que se aprende durante estos procesos de traducción), pero también para habilitar el acceso a estas ideas a muchas otras personas.

Por razones de tiempo, en algunos casos en lugar de hacer una traducción completa compilé las ideas esenciales de esos documentos en presentaciones (como en este o este caso), pero también porque el contenido no parecía tan importante después de todo (o habían otras personas realizando traducciones).  Hacía rato no encontraba un documento que me inspirara a traducirlo.

Este cambió hace unos meses, cuando encontré (no recuerdo cómo) el trabajo de Mark Federman, un investigador de la Universidad de Toronto que en una charla de 2005 proponía unas ideas sobre el impacto de la tecnología en la sociedad que yo no había visto con claridad antes (a pesar de que resuena con el trabajo de Marshall McLuhan o Neil Postman).  Diría que su forma de exposición me llevó a ver cosas que no me había comprendido antes, y me ayudó a lograr una perspectiva más amplia, con más raíces históricas, que de alguna manera se ha integrado (de manera muy sutil) en ArTIC.

La lectura fue inquietante y tranquilizante a la vez, a pesar de algunos puntos de desacuerdo y de los años que ya pasaron desde que la charla fue realizada. Igual, el panorama que propone le permite seguir teniendo vigencia.

Tal vez la sección más importante del texto, para mí, es la siguiente (para que se anime a leerlo! :) ):

…a medida que el modo dominante de comunicación cambia, también lo hacen los modos dominantes de conocimiento y de autoridad, y también cambian el acceso al conocimiento y la autoridad.  Y es casi innecesario decir que debemos esperar que se produzca un período de disrupción máxima para la sociedad y la cultura en aproximadamente el punto medio del lapso de transición de 300 años. Aproximadamente en el punto donde Platón habló sobre la prohibición a los poetas y los sofistas, mientras denunciaba la desaparición de la sabiduría. Aproximadamente en el pico de las guerras religiosas en la Europa de finales del siglo XVI e inicios del XVII. Más o menos donde estamos ahora.

Buena parte de esto no era nuevo para mi, pues hace parte del discurso que vengo escuchando desde hace años.  No obstante, dos cosas resultan especialmente llamativas:  Primero, no es la primera vez que una disrupción de esta escala ocurre (y la sustentación que hace Federman es realmente interesante) y, segundo, lo que estamos viviendo ahora tiene sus orígenes hace más de 150 años atrás, así que no es un asunto de si los celulares  o los computadores aparecieron o si la web 2.0 genera no-sé-qué, o si los jóvenes de ahora son de tal o cual manera. Para bien o para mal, estamos en la mitad de un proceso cuyo origen parece muy distante, y cuya resolución resulta, simplemente, imprevisible.

Comprender esto tiene enormes implicaciones para cualquier persona que participe en procesos educativos de cualquier tipo, por lo que encontré muy valioso realizar una traducción de la charla.   Como digo, aunque en ella hay muchas ideas que uno se ha encontrado en muchos otros sitios, la mirada desde la que las aborda da una perspectiva histórica que, al menos para mi, resultó invaluable.

Por otro lado, mucho de lo que Federman menciona hace parte de mi práctica actual, por lo que no sólo resuena sino que me sugiere que mi intuición ha sido correcta hasta ahora, y que lo que estamos haciendo en cosas como ArTIC va por buen camino.  Al mismo tiempo, me mueve a intentar cosas más ambiciosas, que potencien lo que hemos visto ocurrir en los meses pasados.

Así que aquí está la traducción:

Por qué Juanito y Juanita no pueden leer y por qué el Sr. y la Sra. Gómez no pueden enseñar

Mark Federman, 2005 (PDF original en inglés)

Traducción: Diego Leal, 2011 (PDF)

Como es habitual, comentarios y recomendaciones de mejora para la traducción son bienvenidos, al igual que cualquier oportunidad para conversar al respecto. :)

Si usted trabaja con Objetos de Aprendizaje…

Durante mi pasada visita a México, ocurrió algo curioso en una de las tantas conversaciones informales que tuve.  Estaba cenando con un pequeño grupo de personas de diversas instituciones de educación superior de México, y por alguna razón asomó la cabeza el tema de los Objetos de Aprendizaje, en el cual varios de ellos están trabajando:

Yo: ¿Ustedes sabían que los líderes de este tema ya no están trabajando en él?

… (Caras de despiste)

Yo: En serio, personas como David Wiley o Stephen Downes, que estaban en esto hace más de 10 años en este tema ya están enfocados en algo diferente.

¿David Wiley?

La conversación que siguió fue bien interesante.  Alguno de ellos, muy al tanto de diversos sistemas de tecnología educativa, mencionaba que otra evidencia de esto era que, aparte de EXElearning, no encontraba ninguna otra aplicación que estuviera siendo desarrollada específicamente para ‘Objetos de Aprendizaje’.  Su percepción era que el tema estaba detenido desde hacía algunos años, al menos en lo tecnológico (percepción correcta, por cierto).

Después de esa noche, me quedé pensando en que, después de todo este tiempo, nuevas personas siguen llegando a esta área, pero (tal vez) ignorando algunas cosas que, desde mi perspectiva, es indispensable considerar.  Puse en la lista de pendientes escribir algo respecto a lo que cualquier persona que esté trabajando (o quiera trabajar) en el tema de Objetos de Aprendizaje tendría que saber (desde mi perspectiva, por supuesto).

Entonces, si usted trabaja en el área de Objetos de Aprendizaje, es importante que esté enterado de quiénes fueron algunos de los líderes más visibles del área en su momento y qué están pensando ahora al respecto.  Es mucho más provechoso (e informativo) leer lo que dicen hoy en día que leer lo que decían hace 10 años a través de las voces (o documentos) de otras personas.  En estos días, en cualquier área existe la posibilidad de ir directamente a las fuentes primarias y conocer de primera mano qué piensan los teóricos y qué han encontrado los practicantes.  Vale la pena aprovecharla.

Con eso dicho, algunas cosas que fueron fundamentales para ampliar mi comprensión sobre el tema:

  • Las tres objeciones de Norm Friesen al respecto, que dan claridad respecto al origen del tema y algunas de sus implicaciones.
  • La paradoja de la reutilización, enunciada por David Wiley y que subyace a una muy interesante crítica a las áreas de e-Learning  y gestión de conocimiento realizada por Patrick Lambe.
  • La argumentación de David Wiley respecto al futuro de los objetos de aprendizaje, que acompaña de algún modo al post en el que indica las razones por las cuales decide desligarse del área.
  • El recuento de lo que ocurrió con CLOE (Collaborative Learning Object Exchange), uno de los proyectos emblemáticos del área de hace algunos años y que terminó por “una baja demanda de reutilización de Objetos de Aprendizaje” (una de las promesas del área) y “ninguna demanda por parte de los docentes de crear Objetos para sus cursos usando la metodología CLOE”.
  • Si usted está en Colombia, el libro publicado hace un par de años por la Pontificia Universidad Javeriana de Cali muestra un panorama muy interesante del desarrollo de las iniciativas de Objetos de Aprendizaje en varias instituciones con las que iniciamos este proceso desde el Ministerio de Educación en 2006.  Allí también hay un capítulo mío que aborda en mayor detalle la evolución del tema desde diversos aspectos.

En 2005, cuando tuve a mi cargo plantear la estrategia en este tema para Colombia, lo primero que hice fue tratar de identificar las críticas existentes y los puntos flacos del tema, para tratar de incluirlos en el diseño de lo que queríamos hacer.  Pero, a medida que pasaban los años, noté dos cosas: por un lado, se hizo evidente que de lo que estábamos hablando era de un proceso de cambio cultural, indispensable si esto iba hacia alguna parte; por otro lado, el protagonismo de lo tecnológico (en términos de estándares técnicos, metadatos, metodologías de desarrollo, etc.) ocultaba una discusión mucho más de fondo respecto a los supuestos epistemológicos y educativos desde los que se mueve el área.

Sobre todo, aprendí algo muy valioso para mi desarrollo personal y profesional: que líderes visibles de un tema se atrevían a decir “estaba equivocado” o “ya no quiero dedicarme a esto”, algo muy escaso (podria decir inexistente) a lo largo de mi formación inicial.  Con todos los retos que genera decir esto cuando se está en un organismo público, aprendí que era necesario para consolidar lo aprendido y seguir adelante en la búsqueda de caminos más efectivos para transformar nuestro entorno.

Mi necesidad de poner esto por escrito radica en la gran cantidad de recursos de todo tipo (en especial mentales) que se siguen dedicando a un área que, al menos desde mi perspectiva, está enfocada más en la enseñanza que en el aprendizaje.  Peor aún, ya he visto en repetidas ocasiones a desarrolladores y docentes hablando de Objetos de Aprendizaje y desestimando la discusión acerca de lo que significan (un profesor de un módulo sobre ese tema en una especialización decía “eso es un asunto de los académicos”. ¿Huh? ), o simplemente ignorando lo que hay detrás.

Y así, mientras seguimos publicando las metodologías de desarrollo o el estándar que todo el mundo debería usar, los asuntos de fondo siguen sin resolverse.  De veras pienso que tenemos una responsabilidad de no sentirnos cómodos en los nichos de trabajo que encontramos, sino de arriesgarnos a cuestionarlos y a seguir buscando nuevos caminos. Curiosamente, aunque mucho hablamos de innovación y cambio, la aversión a la pérdida (en este caso, pérdida de ideas) sigue estando muy tangible en todos los niveles.

Ahora, si lo que alguien quiere hacer es dedicarse al desarrollo o la evaluación de recursos educativos, o a recopilarlos en repositorios, perfecto.  Sin duda son cosas importantes (aunque a veces tengo mis dudas, en especial de lo último).  Todo lo que digo es que, en vista de los limitados recursos que tenemos, no ayuda en mucho el seguir formando docentes en la creación de “Objetos de Aprendizaje”, desconociendo la evolución y estado actual de esta área a nivel mundial, y generando la necesidad (artificial) de usar cierta terminología para referirse a algo cuya utilidad resulta, sigo pensando, marginal.  Insisto, si se trata de producir recursos educativos (ojalá abiertos), es prefirible decirlo así.  Y si se trata de catalogar, bueno, dejemos ese trabajo a las bibliotecas digitales.

Admitir estas cosas resulta difícil (lo sé de primera mano), pero es crucial para enfocarnos en lo verdaderamente importante, pues lo que está en juego es mucho más que una publicación, un cargo o el proyecto de investigación de turno.

Es crucial no perder eso de vista.

_____ personal de aprendizaje: ¿entorno o ambiente?

Aprovechando una invitación del Centro Ceibal a escribir un capítulo para un próximo libro, decidí poner en blanco y negro una inquietud semántica que me ronda desde hace tiempo.  Aunque desde que escuché por primera vez el término Personal Learning Environment lo tradujimos como Ambiente Personal de Aprendizaje (por allá a mediados de 2006, en un evento del Ministerio de Educación de Colombia en el que Stephen Downes estuvo como invitado), cuando el término empezó a hacerse más popular noté que se le traducía como “Entorno Personal de Aprendizaje”.

A pesar de que la diferencia parecería inexistente, es bastante importante para mi, pues estoy convencido de que el lenguaje que usamos enmarca los límites en los que nos movemos y, de manera inconsciente, termina imponiéndonos barreras que suelen pasar desapercibidas.

Como decía, el capítulo fue una excusa para abordar este asunto semántico.  Así que aquí está un adelanto de la sección que aborda esa discusión (proveniente de un primer borrador, sin corrección de estilo).  Ahora me digo que tal vez debí establecer esa claridad para mí mismo hace tiempo, pero es mejor tarde que nunca:


Dos aclaraciones

Como ha sido indicado, el concepto de Personal Learning Environment tiene sus orígenes en una crítica al concepto de Virtual Learning Environment, expresión que ha sido traducida al idioma español de dos formas diferentes: Ambiente Virtual de Aprendizaje y Entorno Virtual de Aprendizaje. Aquí se evidencia una ambigüedad en la traducción de la palabra environment que aparece también en la traducción del término Personal Learning Environment, y sobre la cual vale la pena realizar una aclaración.

Aunque con alguna frecuencia la palabra entorno es usada como sinónimo de ambiente, como lo señala la Real Academia de la Lengua Española (RAE), incluso en los definiciones más esenciales la primera hace referencia a lo que rodea a algo o alguien, mientras que la segunda tiene una connotación más rica.  Duarte lo plantea de manera bastante clara, cuando indica que el ambiente “se deriva de la interacción del hombre con el entorno natural que lo rodea. Se trata de una concepción activa que involucra al ser humano y, por tanto, involucra acciones pedagógicas en las que quienes aprenden están en condiciones de reflexionar sobre su propia acción y sobre las de otros” (Duarte, 2003, p. 98).

Desde esta perspectiva, el ambiente es mucho más que el entorno, distinción importante porque ayuda a enmarcar la discusión sobre el Personal Learning Environment.  Como hemos indicado antes, interesa no sólo identificar qué nos rodea (el entorno) sino cuáles son las interacciones que se producen allí, que generan aprendizaje.  Por eso se opta en este documento por la denominación Ambiente Personal de Aprendizaje, que resulta mucho más incluyente y rica desde el punto de vista del análisis.

Otro término que en ocasiones aparece en las traducciones de Personal Learning Environment es ‘personalizado’ (como en ‘Ambientes personalizados de aprendizaje’). Resulta importante hacer una segunda aclaración relacionada con las palabras personal y personalizado.  De nuevo, aunque la diferencia entre los dos términos suele ser pasada por alto y, de hecho, es todavía bastante incipiente en la literatura sobre este tema, es importante y vale la pena mencionarla.   Aunque personalizado no es un término aceptado aún por la RAE (proviene del inglés personalized), es utilizado con frecuencia para referirse a un proceso en el cual alguien adapta algo a la medida de alguien, lo que tiene algunas implicaciones importantes desde el punto de vista del aprendizaje, como lo señala Drexler (2010):

“El aprendizaje personalizado, aunque hecho a la medida para el estudiante, todavía es controlado por el sistema.  Un distrito, compañía y/o programa de computador provee el aprendizaje basado en una fórmula de lo que el niño “necesita”. [..] los ambientes personales de aprendizaje se diferencian de los ambientes personalizados de aprendizaje en que el aprendiz controla el proceso de aprendizaje.”  (cursiva en el original)

Tomando esto en consideración, de manera deliberada optamos en este documento por una mirada que entrega control efectivo al individuo sobre las herramientas y la intención con la cual son utilizadas. En esa medida, consideramos que hablar de ambientes personalizados de aprendizaje comunica (e incluso promueve) una visión limitada del rol del aprendiz en su propio proceso de aprendizaje.


Y los documentos citados:

  • Drexler, W. (2010). Personal vs Personalized Learning. Teach Web.
  • Duarte, J. (2003). Ambientes de aprendizaje: una aproximación conceptual. Estudios pedagógicos, 29, 97-113.

Como digo, aunque parece una sutileza, pienso que cuando nos hacemos conscientes de que estamos hablando de Ambiente  tenemos más presentes las implicaciones y posiblidades que el término conlleva.  Ajustar el lenguaje (y por ende nuestros marcos mentales) tiene un efecto más poderoso del que imaginamos.  Por eso una de las recomendaciones que suelo hacer en los EduCamp es poner el foco en el aprendizaje.  En lo personal, cuando dejé de pensar en enseñanza y empecé a pensar en aprendizaje (y lo hice parte de mi lenguaje), mis acciones empezaron a cambiar.  Así que el efecto es poderoso, digo yo.

El texto completo del capítulo, que habla sobre los Ambientes Personales de Aprendizaje en el desarrollo profesional docente, estará disponible una vez el libro esté listo (para aprovechar la necesaria corrección de estilo).  Por lo pronto, para los interesados, en Zotero está disponible la bibliografía completa usada en el documento.