Category Archives: explorArTIC

#TRAL 2013: Tejiendo Redes de Aprendizaje en Línea – Inscripciones abiertas

En 2011, mientras avanzábamos con ArTIC-Uruguay, la Universidad del Valle (Univalle, Colombia) me invitó a realizar un taller en línea enfocado en temas similares a los que tratamos en el curso Grupos, Redes y Comunidades (GRYC), pero con un énfasis mucho más práctico y reflexivo.

El resultado de esa invitación fue un taller abierto de ocho semanas que llamamos TRAL, y que fue replicado por Univalle luego en dos ocasiones más. Fue la primera ocasión en la que todo el material que desarrollé para un curso abierto fue efectivamente reutilizado sin mi intervención directa, lo cual habla del interés de Univalle en apropiar este tipo de experiencias.

Para este año, Univalle tenía planeada una nueva oferta de TRAL para sus docentes pero, como todo está conectado :), una enorme inquietud que surgió a finales de año pasado en #explorArTIC se convirtió en una interesante oportunidad de hacer algo en conjunto con un fabuloso grupo de personas con quienes he tenido la oportunidad de aprender en los últimos años (Enith Castaño, Luz Pearson, Daniel Jimenez, Machi Alonso, Paola Dellepiane, Edgar Altamirano, Verónica Perrone) y otros a quienes conocí más recientemente (Francisco Morfin, Claudia Guerrero).

Con ellos hemos venido preparando una nueva edición de TRAL, que iniciará el 13 de Marzo y concluirá el 15 de Mayo.  TRAL se enfoca en la caracterización y exploración de posibilidades de enriquecimiento de las redes personales y profesionales, con un foco bastante práctico pero incluyendo materiales de consulta adicional que permiten a los interesados conocer un poco más del contexto de estas ideas.  Me gusta pensar que aquí están incluidas, en un entorno en línea, algunas de las cosas que desarrollamos en los talleres EduCamp y que han mostrado ser muy útiles a la hora de reflexionar sobre el propio aprendizaje.  Así que si usted estuvo en un EduCamp alguna vez y quiere entender mejor qué había detrás de la experiencia, esta puede ser una buena oportunidad.

Así que me complace invitar a los eventuales lectores a conocer un poco más acerca de TRAL y, en caso de estar interesados, inscribirse en el sitio web que servirá como hogar del taller en la red: http://reaprender.org/tral

Hay una cosa importante para mencionar acerca de TRAL, y es que convoca la participación voluntaria de un montón de personas. Aquí no hay lucro para nadie, sino una enorme generosidad y capacidad de aprovechar la situación en la que cada cual se encuentra para hacer posible una experiencia colectiva abierta de la que se podrán beneficiar (ojalá) muchas personas de toda la región. Si vamos a hablar de prácticas educativas abiertas y de disrupción, pienso que hay una enorme responsabilidad de explorar alternativas (que no sean otro curso más en Moodle) que aprovechen el potencial que ofrece la red (sin segmentos artificiales de exclusividad) para contribuir a nuestro aprendizaje.

Asi que los esperamos! 😀

Qué estoy/estamos haciendo mal? #explorArTIC

Hace ya algunos años, un líder en el tema de comunidades de práctica (no, no voy a decir quién) me decía que muchas actividades en línea atraían a personas poco ocupadas (se refería incluso a desempleados) que necesitaban fortalecer sus redes personales y que, en consecuencia, a veces no compensaban el esfuerzo que  se ponía en ellas.  Siempre me quedé pensando en la veracidad de esta afirmación.

Si pienso en mi propio caso, tengo que admitir que múltiples razones limitaron mi participación en CCK08 y luego en ds106, para poner dos ejemplos.  Lo poco que pude estar me permitió percibir cosas que me llevaron a poner en marcha mis propios experimentos pero, a medida que el tiempo ha ido pasando, parece que estoy cada vez más ocupado (o mejor, con menos tiempo disponible) y, por ende, mis oportunidades de contribuir a experiencias en línea (y aprender de ellas?) se han limitado. De hecho, mi propia presencia en línea se ha visto afectada, como es evidente cuando se observa la frecuencia de actualización de este blog.

Lo cierto es que sigo viendo cada experiencia como una oportunidad de entender un poco mejor mis características y las del contexto, así como las limitaciones y debilidades de uno y otro.  Por eso quiero preguntarme en voz alta por qué #explorArTIC no está funcionando.

En primer lugar, tendría que analizar de dónde surge #explorArTIC.  A lo largo del último año y medio, a medida que completamos las primeras cohortes de ArTIC con el Plan Ceibal, apareció en algunas personas el interés por profundizar en los aspectos teóricos de lo que hicimos en ese curso. “Lo que hacemos en ArTIC está muy bien, pero qué bueno sería aprender más sobre estos temas del aprendizaje en red”, decían.

Pensando en ello, en conjunto con el Centro Ceibal nos lanzamos a crear una serie de grupos de estudio sobre aprendizaje en red, a la cual llamamos #explorArTIC.  La idea era (es) analizar a lo largo de varias semanas una serie de documentos relacionados con este tema, que ampliaran la perspectiva sobre diversos aspectos del aprendizaje en red.

…La idea era que fueran grupos con un bajo nivel de intensidad (máximo tres lecturas por grupo).

…La idea era que fueran grupos abiertos, en donde cualquier persona pudiera participar. Sin certificación , para disipar el fantasma de la evaluación y apelar al gusto por aprender de las personas.

…La idea era que los grupos nos permitieran seguir consolidando una comunidad de aprendices alrededor del tema.

Y ayer, estando en la mitad del tercer grupo de estudio, me encontré nuevamente solo en una sala de Elluminate, por tercera vez en este grupo, esperando con cada vez menos paciencia a que alguien se conectara. Francisco lo hizo a las 18:00CO. ¿Horarios cruzados por el cambio de hora en el sur? De pronto. Pero la situación terminó por animarme a escribir este post.

Si he de juzgar por lo ocurrido en las últimas semanas, tendría que decir que #explorArTIC no está funcionando.  O mejor, que no lo ha hecho de manera sostenida.  Del primer y segundo grupos quedaron discusiones y materiales muy interesantes.  Poco a poco hemos encontrado alguna tecnología que nos funciona mejor que otra para estar en contacto y participar.  Pero esto parece cada vez más un esfuerzo solitario… Y con tantas cosas que hay para hacer…

En todo caso, está abierta la duda de si podemos revertir esta situación.  Mejor (o peor?) aún, está abierta la duda de si vale la pena intentar revertirla.  Pero para hacer algo al respecto, es importante tratar de entender qué ha ocurrido.  Incluso si no hacemos nada al respecto, es importante tratar de entender.

Algunas especulaciones:

  • Aunque mi intención como facilitador ha sido que el asunto sea apropiado por otros y que otros se encarguen de moderar discusiones (por ejemplo), a este punto sólo ha habido una única sesión en la que Martina asumió el papel de moderadora.  De manera muy exitosa, por cierto.  Nadie más ha mostrado interés en asumir esta labor.  En consecuencia, seguimos dependiendo de un individuo (yo) para que el asunto avance.  Así que hay un problema de transferencia.
  • Pero no está de más decir que este individuo (yo) está contratado para liderar estos grupos, con lo cual hay una responsabilidad de proponer materiales, definir tiempos y mecánicas de discusión, moderar discusiones, etc. Pero también hay una intención de entregar control y construir comunidad. El lío es que esta situación ha generado una red centralizada.  Y todos sabemos lo que ocurre cuando el nodo central falla en una red de este tipo.
  • El nodo central (este individuo, yo) ha pasado por una suicida situación en estos meses: regresar del todo a Colombia después de cuatro años en Brasil (con todo lo que ello implica), tratando de sobrevivir en paralelo a diversos proyectos que están andando.  ¿Falla de juicio de este individuo? Probablemente.  Lo cierto es que esta situación, en especial a lo largo del último mes y medio, puede haber contribuido al proceso errático que hemos vivido en #explorArTIC.
  • La difusión no ha sido adecuada. Sin embargo, tenemos alrededor de 50 personas (una buena cantidad!) inscritas en el grupo. Pero la participación efectiva es marginal. Aquí juegan en contra las observaciones sobre participación en comunidades en línea (el 90/9/1). De 50 personas, 45 serían observadores (lurkers), apenas 5 estarían participando de manera más o menos activa y menos de uno (ja!) sería quién más contenido aporta.

Pero, un momento.  Si nos había ido razonablemente bien en los primeros dos grupos, ¿qué ocurrió en este? ¿Es sólo un problema de facilitación y transferencia?  Más especulación:

  • Tal vez la lectura que elegimos no fue la más adecuada para este nuevo grupo.  Sé de primera mano que Una introducción al conocimiento conectivo puede ser un documento pesado. Lo sé porque lo traduje, y porque sólo con la traducción logré empezar a entenderlo en detalle. Sin duda es mucho más pesado que un artículo de 4 hojas.  Para completar, ¡ni siquiera tiene agradables diagramas a color, como en el libro de George!
  • Tal vez la gente está demasiado ocupada en esta época del año. Verónica lo decía en Twitter de manera contundente. Lo que me devuelve al inicio de este post. ¿Será que las personas interesadas están excesivamente ocupadas en esta época?
  • Puede ser que la exploración del tema (o la misma exploración conceptual) no sea interesante para tantas personas.  ¿Será que nos hemos acostumbrado poco a poco, en este mundillo de la educación y la tecnología que se mueve a velocidad creciente, a dosis concentradas de aprendizaje/interacción/conocimiento (charlas TED de 20 minutos, conferencias en línea de 1 día, hangouts de 40 minutos, comunidades en donde sólo se compilan recursos, etc.)?  Tal vez varias semanas de estudio de un documento son demasiadas para nuestra capacidad/disponibilidad actual de atención.  ¿Tal vez bastaría con publicar un resumen en Slideshare?
  • Puede ser que la exploración conceptual no sea factible para muchas personas que podrían estar interesadas. Tal vez las condiciones reales de conectividad juegan en contra de este tipo de experiencias, en donde la presencia en una sala en línea parece tan determinante.
  • ¿O será un problema de flujo de información? Como lo vemos una y otra vez, la información fluye a una velocidad diferente en sociedades con alto nivel de conectividad.  Por una simple relación entre probabilidad de interés y cantidad de personas conectadas, es posible observar una respuesta mayor a este tipo de iniciativas en Norte América e Inglaterra, en especial.  Tal vez el grupo regional de personas interesadas en este tema todavía es muy pequeño, y la probabilidad de interés juega en contra.
  • Pero hay otro aspecto de este problema de flujo de información.  Uno es el acceso, el otro es el nivel de propagación de cierta información específica. Mi impresión es que este tema, como tantos otros, tiene un comportamiento similar al de una onda en el agua. Uno inicia en un punto, poco a poco se aleja de ese punto y se encuentra con otras ondas que generan interferencia (oportunidad de aprender, diríamos).  El asunto es que no todo el mundo parte del mismo punto, y que hay ondas que adquieren una prominencia altísima, incluso si representan algo más parecido al ruido.  Esto es visible con muchos temas del área de tecnología educativa, en donde el hype y los buzzwords terminan imponiéndose a otros asuntos.  Tal vez en la comunidad conectada hay otros temas más relevantes (o con más prominencia) en este momento. Tal vez #explorArTIC tendrá sentido (o no) en unos cuantos años…
  • En relación con lo anterior, no deja de ser llamativo que la mayoría de participantes sean personas que no son de Uruguay.  Tal vez el interés expresado por algunos pArTICipantes no era tan ‘fuerte’ (o factible en este momento).
  • Aunque el grupo que tenemos en Facebook funcionó bastante bien durante algún tiempo, tal vez algunas situaciones puntuales afectaron la interacción positiva que se venía produciendo. Considerando que lo que pasa en el grupo de Facebook también atrae (o repele) a otras personas, me pregunto si un grupo de este tipo tendría que tener reglas más focalizadas, que agreguen valor a los participantes…
  • Tal vez el formato de oferta de los grupos (abiertos, sin certificado) no ayuda en nuestro contexto. Una cosa es tener una masa crítica mínima garantizada por la zanahoria de un certificado, pues cuando se cuenta con ello los participantes en abierto tienen una dinámica a la cual unirse.  ¿Será que sin certificado es posible lograr una masa crítica? ¿Será suficiente la motivación, con el mundo tan ocupado en el que vivimos?

En general, hay dos áreas en las que se pueden identificar aspectos problemáticos: la facilitación y el contexto.  El alcance de la primera está definida por responsabilidades contractuales (y por buena voluntad e interés en que estos temas se desarrollen).  Sin embargo, el contexto juega un papel definitivo.  Si el contexto no está ‘listo’ (qué significa eso?), ninguna facilitación funcionará. Si el contexto está listo, el facilitador puede volverse prescindible (con el tiempo).

Es justo mencionar que a lo largo de explorArTIC hemos contado con el compromiso e interés de muchas personas (Martina Bailón, Verónica Perrone, Francisco Morfin, Edgar Altamirano, Machi Alonso, Luz Pearson, Paola Dellepiane, Vera Rex y Claudia Guerrero vienen a mi mente, entre otros).  También es importante señalar que aquí no hay un reclamo de ningún tipo, sino una reflexión en voz alta respecto a las razones por las cuales tenemos dificultades y las estrategias que podemos usar para superarlas.  Confío en que esta no es una inquietud solo mía, y que la reflexión puede ayudar a otros que enfrentan situaciones similares…

Comentarios y sugerencias, como de costumbre, son bienvenidos. ¿Qué hacemos para mejorar #explorArTIC?

UPDATE: Luz Pearson y Daniel Jimenez han escrito entradas que dan continuidad a este texto.  En conjunto con Paola Dellepiane, Francisco Morfin, Machi Alonso y Matías Toledo (via twitter) y Verónica Perrone, Rosana Cabrera y Flor María Solari (en los comentarios de esta entrada),  la discusión continúa.  El martes 13 de Noviembre llevaremos a cabo una sesión en línea para continuar conversando al respecto (y ojalá, para empezar a delinear conclusiones).

Conectivismo: un recuento personal (#explorArTIC)

El segundo grupo de estudio de #explorArTIC se encuentra dedicado a una exploración de algunas de las ideas del conectivismo, tema con el que me encontré en 2006, gracias al inesperado (pero sin duda no casual) encuentro con  Stephen.

Mucha agua ha corrido bajo el puente (mi puente?) desde entonces. Desde una creciente falta de certeza en muchos ámbitos acompañado por un (espero) creciente sentido crítico, hasta una mirada curiosa frente a cómo fluye la información (cierta información) en las redes externas y las cabezas de las personas (incluido yo, por supuesto).

Mi primer encuentro frontal con las ideas de George fue en el segundo semestre de 2006, cuando leí su artículo inicial. Llamó tanto mi atención que me llevó a hacer algo inédito para mi: en lugar de decirme “ojalá esto estuviera en español”, decidí lanzarme a hacer una traducción sin que nadie la solicitara. Fue tal vez una de las primeras ocasiones en que viví de primera mano esa posibilidad de creación derivada que las licencias abiertas facilitan. El ejercicio fue muy provechoso, aunque sólo fue culminado en Febrero de 2007.

Luego, la revisión de los diversos documentos de Stephen y George (y la traducción de algunos de ellos), así como la experiencia que empecé a obtener desde 2007 con los EduCamp, la participación parcial en CCK08 y la realización de mis propios cursos abiertos, me ayudaron a enfrentar el reto de compilar muchas de estas ideas en una presentación de una hora.  Mirando hacia atrás, me queda la duda del impacto que tal esfuerzo personal de síntesis tuvo (y tiene) en mi comprensión de estos temas. Me gusta pensar que es alta.

Con el paso del tiempo mi exploración, que ha tenido un componente práctico muy deliberado, me llevó a documentar tanto mi experiencia (1,2,3) como mi posición respecto a otros temas que, si bien tienen un vínculo con el conectivismo, en realidad (lo veo ahora) corresponden a fragmentos de comprensión y de implicaciones de pensar el mundo desde una perspectiva de redes.  De allí surgieron presentaciones sobre Ambientes Personales de Aprendizaje (1,2), el rol del tutor virtual frente a los cambios en el entorno y otras que no llegaron a ser publicadas (aún).

A pesar de todo esto, al mirar hacia atrás percibo que sólo hasta el año anterior logré dar un paso importante en mi comprensión, que me permitió ampliar mi perspectiva y percibir patrones que no había visto antes. Más allá de la discusión sobre la validez del conectivismo, cómo se usa o si es válido usarlo, noté que el ejercicio en el que me encontraba era el de ver el mundo desde una perspectiva de red. Lo que estaba empezando a hacer era, justamente, pensar en red. Desde esta perspectiva, el conectivismo es simplemente una forma de referirse a lo que significa el pensamiento de red aplicado al aprendizaje. Como decía al compartir el primer artículo ‘formal’ que escribí sobre este tema, “la virtud de las ideas de George y Stephen está en la síntesis que hicieron de muy diversas perspectivas, unido a su capacidad de convocar personas alrededor de ellas”.

Todo esto refuerza una sensación: que, de algún modo, la discusión (no resuelta) respecto a si el conectivismo es o no una teoría de aprendizaje resulta algo estéril, pues lo que está en juego en realidad es el asunto ideológico  que subyace realmente a todas estas discusiones (como lo pondría Ken Robinson en Out of our minds).

Hace varios años reflexionaba sobre teorías de aprendizaje, y terminaba diciéndome que “una teoría es útil en la medida en que nos permita entender mejor el mundo. Y si estamos hablando de teorías de aprendizaje, estas deberían tener una relación directa con mi propia experiencia como aprendiz, y dar cuenta de esos procesos”.  Aunque es posible para un humano aprender según los postulados de cualquier teoría de aprendizaje, eso no quiere decir que una única teoría explique cómo aprenden todos los humanos.  Tal vez el cognitivismo llevaría algo de delantera allí, en especial con la base biológica que poco a poco va consolidando gracias a la neurociencia.

El asunto es que, con ese panorama, la decisión de fondo para suscribirse a una u otra teoría deja de ser ‘objetiva’ (algunos dirían ‘científica’) y pasa a tener un componente adicional.  ¿Cuáles son las razones que hacen que nos identifiquemos con una u otra teoría (bien podría ser que la respuesta para muchos fuese la presión social)?. La elección radicaría en una preferencia que refleja una visión particular respecto al mundo.  Radica en la ideología a la cual nos suscribimos, así sea de manera inconsciente, como lo pondría Ken Robinson.

Esto es importante porque empieza a llevar la discusión hacia un rumbo diferente, que involucra los fines que perseguimos como individuos y, desde allí, como sociedades. Por eso (al menos para mi) el aporte de Stephen es incluso más contundente que el de George.  Porque hace evidente de qué estamos hablando desde el punto de vista epistemológico, incluso si las consecuencias no son tan claras (esto ha ido cambiando con el paso del tiempo, por supuesto, pero lo cierto es que la aproximación de Stephen es mucho más política -digo yo- que la de George).

¿A qué viene esto? A que, a partir de mi experiencia, cuando nos acercamos a la lógica del conectivismo (con todas sus posibles carencias), lo que está en juego es lograr pensar en red. Y tal como lo veo en este momento, el lío de pensar en red (y hacerlo en serio) es que lleva a una reflexión un tanto inquietante acerca del futuro de nuestras sociedades y del papel que tenemos en él.  Lleva a una tarea que, al menos para mi, ha resultado difícil: cuestionar nuestra ideología de fondo y, a su vez, cuestionar la ideología subyacente al mundo en el que vivimos.   Difícil porque ser coherente con el cuestionamiento implica pensar no sólo la práctica sino la forma misma en la que se vive. Difícil porque es más sencillo no hacerlo.

explorArTIC provoca esta reflexión porque, al estar enfocados en la discusión acerca del conectivismo, los diversos perfiles de los participantes permiten evidenciar los muy distintos puntos de partida desde los que nos acercamos a la exploración. Las preguntas y las reflexiones públicas me resultan profundamente interesantes pues me permiten ver, por comparación, que el punto en el que me ubico es distinto.

Pero no sólo eso, sino que me provocaron curiosidad por entender las razones que hacen que sea distinto. No mejor ni peor, sino distinto.  Cuando miro hacia atrás en el registro de mi blog (lo cual sólo es posible porque escribo un blog, así suene obvio), veo que enfrenté muchas de las dudas que percibo en algunos blogs de explorArTIC (lo que no significa que las haya resuelto). Y creo que eso le da un sentido distinto a esta reflexión, pues este intento de mapear mi propio camino puede ser útil para otros pArTICipantes.

Al menos para mí, está siendo realmente provechoso. Aunque nunca lo sabremos, es posible que sin explorArTIC nunca hubiera llegado a una reflexión pública como la que compartí hace poco. Reflexión que deja abiertas muchas preguntas, que me permiten observar desde otra perspectiva caminos ya recorridos, pero que siempre tienen cosas nuevas para aprender.

Pensando en voz alta: redes, tecnología, educación y el futuro

La semana anterior estuve participando en el seminario “Inclusión social y modelo 1 a 1: emergentes y desafíos“, financiado por IDRC y el programa Conectar Igualdad (la iniciativa nacional 1:1 en nivel secundario de Argentina) y organizado por el equipo de ConectarLab, una espacio nuevo asociado a Conectar Igualdad que consiste en un laboratorio de experimentación sobre tecnología, educación y otros temas varios, liderado por Alejandro Piscitelli.

El evento (sobre el que ojalá tenga tiempo de escribir un poco más) fue muy interesante, pues convocó a practicantes de diversas áreas, casi todas relacionadas con iniciativas de computación uno a uno.  Esto es importante pues, como lo mencioné en Twitter, no se trataba sólo de teoría sino de escuchar lecciones (muchas de ellas muy enriquecedoras) sobre la práctica.  Un muy buen caldo de cultivo de ideas, incluyendo entre otros a Hugo Martínez, Gladys Ledwith, Mariana Maggio, Mauricio Vásquez (con quien conversé un montón), Carina Lion, Ana Laura Martínez, Gabriela Pandiello y Florencia Morado, y por supuesto al equipo de conectarLab (Lorena BettaHeloísa Primavera y Melina Masnatta, entre otros)

Fui invitado a realizar una charla a la que, inicialmente, habían puesto como título “Aprendizaje en red: una alternativa a la formación tradicional”.  Pero me costó trabajo sustentar que estemos hablando de una alternativa a la formación tradicional, pues en realidad siempre hemos aprendido en red.  El problema es que las limitaciones históricas de las que venimos nos llevan a modelar ciertos tipos de red (centralizadas) en lugar de otros que se hacen posibles con la tecnología actual.

En todo caso, la inminencia del inicio del proyecto 1:1 en el municipio de  Itagüí, en el que estoy participando, me llevó a tratar de poner en blanco y negro algunos de los retos más evidentes que observo luego de la experiencia que he tenido con ArTIC.  Pero al pensar en los retos fue inevitable considerar que, si bien en Itagüí estoy a cargo del tema de formación docente, lo que está en juego es mucho más, y el verdadero desafío es lograr una transformación que exceda las aulas y que se concrete en acciones de innovación social.  Eso me llevó a tratar de poner, en blanco y negro, algunas de mis percepciones respecto a la interacción entre los distintos actores y sectores involucrados en el sistema educativo.   Es un ejercicio que no había realizado antes pero que resultó provechoso y al mismo tiempo inquietante, pues me recordó mucho de lo que está en juego. No se trata sólo de ‘formación’ de personas , o de ‘innovación’ en el aula (o fuera de ella). Es el futuro lo que está en juego y nuestra capacidad de actuar en él. Una de las preguntas que quedan abiertas para mi es, justamente, cómo abordar un tema tan global, y cómo comunicar la dimensión real de lo que estamos haciendo y la responsabilidad que conlleva, superando la ingenuidad que con frecuencia puede acompañar estos procesos.

Aquí está la presentación que realicé en el seminario.  Como dice su título (y el de esta entrada) son ideas en borrador, un ejercicio de pensar en voz alta:

Luego de la presentación, descubrí que se me quedó una hoja completa de notas que no llegaron a la presentación. No se trataba de material adicional, sino de ideas que puntualizaban algunos segmentos y comunicaban algo más del punto en el que me encuentro (y de lo que me inquieta) actualmente en estos temas.  Igual, esta es la primera vez que hablo acerca de estas inquietudes, así que es un discurso en construcción, que tengo que aclarar mucho más.

Para empezar, el asunto de la construcción de sentido se quedó corto por el tiempo (como todo lo que queda al final).  La idea del sentido tiene que ver con la necesidad de nuevas narrativas macro de todo orden (especialmente económico y político) que orienten la labor de la educación (entendida en un sentido amplio). Personas como Neil Postman se han referido a esto en el pasado y son un muy buen punto de partida para esa reflexión.  El asunto es que, obviamente, esas narrativas no son únicas ni son precisamente populares. La intervención de Pepe Mujica (presidente de Uruguay) en la decepcionante cumbre Rio+20, en donde todo lo se decía eran lugares comunes, es un ejemplo bastante claro de esas nuevas narrativas que tanto trabajo nos cuestan:

¿Pero cómo avanzar hacia ellas? En un mundo basado en el broadcast (redes centralizadas), la primera idea es recurrir a mecanismos que permitan llevar “el mensaje” a “toda” la población.  Desde esta perspectiva, si hacemos suficientes campañas o si generamos las suficientes políticas, algo ocurriría. Pero el problema es que el mundo en el que vivimos ya no está basado exclusivamente en redes centralizadas (aunque estas siguen siendo las predominantes aún), sino que hay una distribución creciente de fuentes de información y, por ende, múltiples mecanismos que permiten movilizar todo tipo de intereses.  Lo cual representa una oportunidad, aprovechable sólo si logramos pensar de una manera diferente.  Si logramos pensar, comprender y aprovechar las redes (no sólo tecnológicas).

Por eso el proyecto de Itagüí es importante.  ArTIC en Uruguay fue una primera oportunidad de ver cómo funcionaba la articulación de una red humana dispersa en un territorio amplio, con docentes que participaban de manera voluntaria en el proceso.  El tejido de red va a ser diferente en Itagüí, y sus características hacen posible pensar en un proceso muy local, pero abierto al mundo. El reto es comunicar una mirada amplia del mundo en un período corto de tiempo, que deje instalado el interés por identificar y resolver con una nueva perspectiva problemas locales.  Como se indica (de manera sutil) en la presentación, la creación de nuevas conexiones y puentes entre los distintos actores puede apuntar a la generación de nuevos diálogos generacionales y culturales.  Si pudiéramos complementar esto con una actitud tolerante hacia la experimentación (hipótesis), tal vez tendríamos un caldo de cultivo no sólo e ideas sino de iniciativas que empoderen a una nueva generación y la lleven no sólo a cuestionar sino a transformar de manera constructiva su entorno.

Ante todo, de lo que no se trata esto es de evangelizar.  Bastante mal nos fue en el pasado con ese proceso, en donde un grupo evangelizador intentó ‘convencer’ a las buenas o a las malas a millones de personas de que estaban equivocadas y tenían que aceptar las buenas nuevas.  Así que nada de evangelización aquí, nada de convencer a otros de nada. Por el contrario, mucho de abrir la mente, explorar y experimentar de primera mano y construir las propias conclusiones a partir de las necesidades individuales. Más de reflexionar y cuestionarse permanentemente, y de modelar/demostrar prácticas de todo tipo.  Más de abrir la puerta a la incertidumbre y a estar equivocado. En todos y cada uno de los actores del proceso.

De lo que se trata este desafío es de pensar en cambio sistémico desde una perspectiva distribuida. Se trata de pensar en cómo lograr nodos fuertes, conexiones ricas y señales relevantes, orientadas por una narrativa emergente que redefina el sentido del aprendizaje.  Ese es el verdadero reto, diría yo.

Y resulta exigente porque no permite pensar sólo en indicadores medibles ni en cortos plazos, sino de una forma muy distinta. Resulta exigente porque implica que los implicados pensemos de manera cada vez más integral, en lugar de especializada. Implica poner en juego muchas de las ideas (a veces un tanto ocultas) que aparecían en las presentaciones del seminario de Conectar Igualdad.  Implica, sobre todo, ser conscientes de cuál futuro político estamos estimulando con nuestras acciones.

Por eso el post de David Eaves (de hecho, no el post sino esa línea de pensamiento) es importante.  Porque pensar en currículos o lineamientos nacionales, por ejemplo, es apostar por un escenario en donde el estado-nación, como lo conocemos, persiste.  Pensar en red, por su parte, corresponde al segundo escenario, en donde Internet genera una reconfiguración que puede ser o no pacífica (si hemos de creerle a la historia, es probable que no lo sea). De allí la importancia del trabajo focalizado en lo regional. Comunidades locales fuertes, con una mirada global, pueden estar en mejores condiciones de transitar por un período de transición en el que haya una ausencia de los sistemas centralizados de los que dependemos actualmente.  Es por eso que la discusión sobre generación propia de energía, hardware abierto, agricultura urbana o monedas alternativas (entre otras cosas) es importante.  No es sólo un asunto de tecnología o de interesecciones entre áreas, sino del impacto que lo que hacemos hoy, aquí, tiene en un futuro lleno de incertidumbre.

Es indudable que la lógica de los laboratorios de experimentación se vuelve importante en este panorama. Sin embargo, después del encuentro en Argentina pienso que hay un desafío enorme para estos laboratorios: que no terminen tan deslumbrados por lo tecnológico, tan entretenidos por las posibilidades expresivas y artísticas, tan fascinados por el aspecto artesanal de la experimentación como para olvidar cuál es el sentido de su existencia.  Está bien tratar de emular la lógica de lo que ha ocurrido en el MediaLab de MIT, pero cabe preguntarse hasta qué punto ese laboratorio, con todo lo que ha generado, en realidad ha permitido cuestionar el status quo y, en consecuencia, hasta qué punto ha ayudado a resolver las inequidades que tanto sentimos en el sur.  Qué bueno que estas iniciativas se pregunten (muy en serio) para qué hacen lo que hacen, que estén alimentadas por una reflexión multidisciplinar que no deje por fuera las preguntas económicas y políticas, que entiendan la dimensión de lo que está en juego.  El mundo en el que vivimos nos obliga (digo yo) a encontrar respuestas que vayan más allá de lo laboral, más allá de lo ‘chévere’.

Por supuesto, todo esto se desprende de mi perspectiva actual respecto a estos problemas. Aunque dejo abierta la posibilidad de estar equivocado, los patrones que percibo actualmente me sugieren que estos temas son esenciales, y que promover esta discusión tiene todo el sentido del mundo.  No es fácil pensar en ello (o mejor, no lo ha sido para mi), pero pienso que es algo que no podemos evadir.

La pregunta latente, por supuesto, es qué hacemos al respecto.

Gracias a ConectarLab por la invitación y por permitirme plantear estas inquietudes.