Estoy del cuello, pero hay cosas que vale la pena mencionar cuando ocurren... Con eso dicho...
El viernes pasado realicé en la Universidad EAFIT un taller dirigido a docentes de esa institución, como parte de un muy interesante proyecto llamado "Currículo Vivo". Vale la pena decir que desde hace unas semanas hago parte del equipo de la Línea de I+D en Informática Educativa de EAFIT, liderado por Claudia Zea, y que este taller fue diseñado como parte de una serie de talleres que buscan acompañar a los docentes de EAFIT en una reflexión sobre el aprendizaje (propio y de sus estudiantes, diría yo) y sobre las metodologías y tecnologías utilizadas en el aula.
No es mi primera aproximación a esto. Buena parte del tiempo que estuve en la Universidad de los Andes estuve dedicado a una interacción directa con docentes de todo nivel, jugando el papel de diseñador instruccional (y muchos otros), y luego en el Ministerio de Educación me acerqué al mismo problema, pero desde otra perspectiva. Parte de ese acercamiento se concretó en el diseño de algunas de las estrategias de formación docente que lideramos desde allí, el apoyo que presté a Alvaro Galvis en el diseño del curso de un curso llamado Dicovia, y por supuesto, en el diseño de los talleres EduCamp.
Diría que esa experiencia me ha dejado con algunas (grandes) inquietudes abiertas. Por ejemplo, el enfoque con el que usualmente me he acercado a la discusión de los temas de tecnología con docentes está anclado en lo pedagógico. Pero, ¡sorpresa!, lo pedagógico, para muchos docentes, es un tema completamente ajeno. Puedo estar siendo injusto pero en mi experiencia, el problema para muchos docentes es mucho más pragmático. Al menos en Educación Superior, los cursos son apenas una parte de otro montón de ocupaciones (algunas de ellas más apremiantes), tanto para profesores de planta como de cátedra.
Esto no desconoce que muchos docentes estén en un proceso de experimentación constante, buscando las mejores maneras de hacer sus cursos, pero esta búsqueda en pocos casos está orientada por alguna teoría o enfoque específico. Un observador informado puede reconocer rasgos conductistas, cognitivistas o constructivistas (incluso conectivistas) en muchas prácticas, pero la práctica en sí misma no suele estar determinada por tales enfoques.
Así que, ¿cómo acercarse a docentes que probablemente han escuchado una y otra vez que sus clases "deberían" ser de tal o cual forma, o que tienen que estar "al ritmo" de sus estudiantes, y para quienes lo pedagógico no es un problema apremiante? Pienso que la pregunta es válida porque, para bien o para mal, las justificaciones que solemos ofrecer para el uso de la tecnología suelen ser completamente amenazantes ("si no cambiamos, nos cambian", "en estos días, quedarse quieto es retroceder", "el futuro será de quienes tengan tales o cuales competencias", etc.). Y como John Medina indica, un cerebro estresado no puede aprender bien.
Con todo eso en mente, y aprovechando la reciente presentación que hice sobre el rol del tutor virtual, terminé definiendo poco a poco algunas líneas de trabajo para este taller. Para empezar, decidí utilizar como organizador general las ideas de Nancy White sobre lo individual, lo grupal y la red como parte de un continuo en el que estamos transitando todo el tiempo, y desarrollarlas como excusas para hacer un reconocimiento del entorno de cada participante, que a su vez sería un insumo para pensar en cómo utilizar la tecnología.
Con la ayuda de Patricia Toro, Mónica González y Alejandra Montoya, logré definir más o menos tres grandes momentos para este taller, que representa un nuevo experimento de acercamiento a la tecnología y que, creo, constituye un elemento que mejora notablemente la actividad realizada durante los EduCamp (a pesar de no ser aún parte integral de ellos).
¿Qué hice, entonces? Primera parte: el individuo como "unidad de estudio", usando como excusa el ejercicio que realicé en los primeros 12 minutos de mi reciente presentación sobre el rol del tutor virtual. Esa historia, que permite no sólo identificación de parte de los participantes sino incluso algo de humor, sirve como justificación para definir el concepto de Ambiente Personal de Aprendizaje (Personal Learning Environment - PLE-), e invitar a cada persona a caracterizarlo. Exactamente lo que hacemos en los EduCamp, pero con una justificación un poco más tangible. Luego, hay un ejercicio grupal de lectura e interpretación de los PLE de otras personas. Algo muy importante aquí es que la historia ayuda a ver que de lo que estamos hablando es de un cambio en el entorno del cual todos hacemos parte, y de oportunidades que podemos usar para encontrar nuevos campos de acción, en lugar de una amenaza que tenemos que tolerar a nuestro pesar.
Segunda parte: Los grupos y comunidades, hablando acerca de cómo el sistema educativo genera agrupaciones arbitrarias alrededor de temáticas específicas, y cómo estas agrupaciones son en realidad una intersección (o no) de los PLE de todos los involucrados. La idea aquí es intentar caracterizar la red más frecuente que se conforma en el salón de clase de cada participante. Para ello, usé como ejemplo cómo eran mis clases hasta 2005 (esencialmente magistrales, así hubiese ejercicios y un intento deliberado de mi parte por hacerlo más "participativo").
En este punto, cada participante intenta hacer visible en una hoja los elementos que hacen parte de esta "red de aprendizaje", señalando participantes y recursos (esto es, nodos) y las conexiones de interacción/comunicación que se generan entre ellos, mediante el dibujo de líneas en una hoja de papel.
¿Por qué las hojas? Porque pienso que es importante que el ejercicio sea muy concreto, y que le permita a los participantes obtener una nueva mirada sobre lo que viven día a día, en este caso mediante la representación de una red. Como en en caso anterior, luego del ejercicio de reconocimiento hay una discusión con los demás participantes.
Tercera parte: La red como medio para enriquecer los espacios reconocidos en los momentos anteriores. Aquí usé como historia lo que he venido haciendo en ELRN y GRYC. ¿Por qué? Porque a pesar de la infraestructura que respalda a estos cursos, al final tienen un uso limitado de herramientas web (lo cual resulta menos intimidante, de entrada), y dan predominancia a los blogs como medio de expresión (no es una feria de herramientas, sino que el aprendizaje de cada persona es lo más crítico). Lo que hice fue mostrar la intención detrás de estos cursos, y mostrar el grafo social de comentarios que se generó en GRYC.
Con eso, los participantes abordan dos formas de usar la red, o mejor, las herramientas que dan acceso a esos colectivos de personas (las mismas que exploramos en los EduCamp). Por un lado, las herramientas pueden ser usadas para ampliar el Ambiente Personal de Aprendizaje de cada persona, en función de sus intereses, y por otro lado, pueden ser usadas para mejorar las redes de aprendizaje que existen en cada aula. ¿Es indispensable hablar de conectivismo para introducir todas estas ideas? Pienso que no. Basta con ofrecer herramientas concretas cuya utilidad pueda ser reconocida rápidamente, y formas de hacer que puedan ser emuladas.
Los participantes dibujaban, entonces, aquellas cosas que podrían ampliar su PLE, así como las nuevas relaciones que les gustaría estimular en sus aulas. Esto, en color rojo, de manera que los cambios deseados fuesen muy evidentes. Luego, finalmente, era hora de pensar en la tecnología.
A partir de la hoja de herramientas original del EduCamp, elaboré un conjunto de tarjetas mucho más atractivas (digo yo), que sirven para que los participantes, trabajando en grupos, imaginen qué herramientas podrían ayudarles a volver realidad los sueños que expresaron tanto en su PLE como en su red de aula (en la línea de lo que se hace en el Social Media Game, pero sin que sea un juego en el sentido estricto de la palabra). Aquí también hay un reconocimiento de qué cosas no eran conocidas, que de hecho nos servirá para orientar la oferta de nuevos talleres.
Para pasar de un momento a otro en el taller, use "pausas comerciales", que a mi juicio ayudaban a hacer más amable el encuentro y nos ofrecían excusas para nuevas conversaciones. Durante las actividades individuales y grupales, usé como música de fondo a Kutiman, tal como lo hice durante el EduCafé del año anterior.
El taller tomó en total entre 2.5 y 3 horas. Si hubiésemos tenido más tiempo (y otra infraestructura), luego de la última actividad vendría el aprendizaje por pares del EduCamp. Este taller, de hecho, es un puente que hace más efectiva, más enfocada (y yo esperaría, menos abrumadora), la exploración que hacemos allí. El tiempo para estas actividades podría ser menor, de hecho, y eso ayudaría a que encajen mejor en toda la estructura del EduCamp.
Y ahora sí, aquí están los materiales que utilicé durante el taller. Los he adaptado para que sean más generales (y utilizables en el EduCamp), pero existen versiones "personalizadas" para los docentes de EAFIT, los primeros que nos ayudaron en este experimento.
Primero, la presentación de apoyo a toda la sesión:
Yo, Nosotros y la Red (Taller)
Segundo, las tarjetas de herramientas:
EduCamp - Tarjetas Herramientas
Algunas fotografías de las sesiones que tuvimos, y de las redes de aula que los participantes dibujaron:
Created with Admarket's flickrSLiDR.
Pienso que este fue un buen primer inicio para este proceso. Ya veremos si el cambio de enfoque en realidad sirve para empezar a generar cambios, así sea pequeños, en la experiencia de aula de los participantes. Después de todo este tiempo, creo que estoy aceptando finalmente que el proceso toma mucho más tiempo del que yo quisiera, y que nuestro contexto, por muchas razones, no es comparable con el existente en otros lugares.
El reto es seguir intentando generar nuevas formas de ver el mundo, que mejoren lo que hemos hecho en el pasado. Demostrar otras formas (concretas) de hacer, que vuelvan tangible el discurso. Sigo pensando que allí es donde puede haber una verdadera diferencia. Sin duda hay un montón de cosas por mejorar, pero creo que fue un buen comienzo.
No está de más decir, para terminar, que estoy inmensamente agradecido a Nancy White por sus ideas, pues al final fueron ellas las que me permitieron encontrar una narrativa adecuada para este taller.
La línea de informática educativa de la Universidad EAFIT publicó en su blog un relato de lo que ocurrió en este taller. Puede dar una mirada complementaria a lo descrito aquí