Flock!

Después de varios meses de tener instalado Flock (que se autoproclama como "the social web browser", con justa razón) y de no haber comprendido su lógica cuando lo usé por primera vez, ayer en un momento de inspiración comprendí finalmente de qué se trata y quedé realmente entusiasmado (ahora, podría ser que sólo hasta ayer estuve preparado para comprender la lógica de Flock... en fin...).

En palabras sencillas, Flock facilita el proceso de bloguear (lo acelera y lo hace más sencillo), sobre todo el proceso de opinar respecto a páginas o información que se encuentra en la red (Permite seleccionar texto o imágenes y conservarlas en la ventana de navegación para recuperarlas luego o bloguear sobre ellas). También es muy útil para conservar anotaciones precisas de páginas web, lo cual es fantástico ante la avalancha de información que es necesario revisar día a día, y genera interesantes posibilidades si uno es un estudiante que está realizando algún tipo de investigación con la ayuda de la Web.

Para comprender Flock, no hay otra opción que tratar de usarlo. Construido sobre el motor de Mozilla, disfruta de las mismas ventajas de Firefox, pero con un gran valor agregado: Se enlaza directamente con los servicios en los cuales esté inscrito el usuario (diversos motores de blogs, del.icio.us y Flickr, por lo pronto) e incluye el agregador RSS de rigor.

Si me llega a quedar tiempo, de golpe hago una pequeña película mostrando qué es lo que permite hacer Flock. Pero no prometo nada...

Entonces, es MUY recomendado que descargue Flock. Si usted está en la onda de los blogs y el software social, vale la pena. Si no está en la onda, por favor haga el intento de crear su propio blog. También vale la pena.


Evaluación de aprendizaje y Medicina

Estoy en una reunión en Uniandes que tiene el carácter de "grupo de discusión/aprendizaje", para compartir conocimientos y aprendizajes frente al quehacer diario del CIFE, así como una oportunidad de obtener apoyo académico frente a los proyectos en los que cada cual está participando.

Hoy discutimos un artículo acerca de la evaluación de aprendizaje producido por IIME (del cual hablé en otro post), y de la experiencia que se ha tenido en la Facultad de Medicina de Uniandes (a la cual llamaré en adelante "Medicina", a secas) respecto a este tema en el contexto del desarrollo de competencias profesionales.

Este post es MUY significativo porque es la primera vez que estoy blogueando "en vivo" (UPDATE: Lo de bloguear en vivo es un decir, pues escribí todo esto durante la reunión, pero sólo tuve oportunidad de publicarlo en la noche. La intención es lo que vale).

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¿Por qué no escribo?

Después de estar ausente durante meses, no puedo evitar reflexionar acerca de cuáles son las razones reales por las cuales no escribo tanto como podría. Encuentro útil el ejercicio porque, por simple inducción, las razones que me detienen a mi podrían estar deteniendo a muchas otras personas, así que si hago consciente mi proceso, es posible que pueda encontrar estrategias para que otros empiecen a escribir.

Entonces, ¿por qué no escribo? Varias razones vienen a mi mente:

  1. No tengo tiempo: Esta es una excusa que uso no sólo para no escribir, sino para no hacer un montón de actividades que quisiera hacer. Ahora, en muchas ocasiones esta ha sido una limitación real, pero en muchas otras responde simplemente a una falta de disciplina. Definitivamente, no es la causa más importante.
  2. Me da "cosa" escribir: Este es un punto muy importante, a mi juicio. Es evidente que pertenezco a una generación que da mucho valor a la palabra escrita (lo kual eksplica pq no soy kapaz de eskribir cm eskriben muchos de nuestros jóvenes). Por eso el cuidado excesivo con la ortografía, por ejemplo. El lío es que eso tiene una consecuencia directa: Un texto que yo escriba (así sea un humilde post en un blog) debe tener un mínimo de características, una de las cuales es desarrollar ideas completas con un cierto nivel de profundidad.

    En términos prácticos, lo que esto significa es que me cuesta mucho trabajo escribir artículos sencillos, que simplemente presenten una idea sencilla. Incluso este post es un excelente ejemplo de ello. Ahora, a pesar de que estoy convencido de la importancia de escribir de esta manera, me inquieta que un lenguaje demasiado elaborado tenga como efecto alejar a muchos posibles lectores. Sin embargo, prima más el poder expresar bien lo que quiero expresar, y defender en alguna medida a nuestro maltratado idioma.
  3. No tengo nada que decir: A pesar de tener opiniones respecto a mil temas, me cuesta trabajo ponerlas por escrito. ¿Por qué? Siento que hay un problema cultural de fondo. Una parte de mi programación que no está acostumbrada a exponer en público opiniones que podrían resultar controversiales. Pareciera que lo que hay de fondo es algo de recelo frente a la confrontación y la controversia. Hmmmm....
  4. Escribir es una actividad no laboral: Continuamente me pregunto cómo hace alguien como Stephen Downes para mantener el nivel de presencia en línea que tiene. Esa fue una de las preguntas que le hice cuando estuvimos juntos en Bogotá, y me decía que mantener su blog, OLDaily y EduRSS no le tomaba más de media hora al día, mientras desayunaba. Pero poco a poco he ido descubriendo que para mi no es una posibilidad bloguear mientras estoy trabajando. Es como si bloguear fuera otra forma de entretenimiento y, como todos sabemos, mientras trabajamos se supone que no debemos entretenernos.
    Esta última idea me gusta mucho, pues siento que toca los verdaderos problemas de fondo...

Dejando por lo pronto esas cuatro razones, me decía hoy que posiblemente la lógica que hasta ahora estoy empezando a descubrir es que cuando yo blogueo, estoy haciendo en realidad algo relacionado con mi trabajo. Y es así. En la medida en que pueda poner por escrito las ideas que van surgiendo, se hace más sencillo compartirlas con otros y, por ende, recibir feedback acerca del trabajo que realizo.

En esa medida, los documentos que leo o las reuniones a las que asisto, son fuentes potenciales de información para mis blogs. Obviamente, depende de mi el decidir qué es publicable y qué no, pero lo cierto es que encuentro que es importante que empecemos a ver la presencia en línea como otra forma de desarrollar nuestro trabajo. Si somos profesores, hablar acerca de lo que encontramos en la red y de lo que experimentamos en nuestra práctica puede enriquecer tanto a nuestros estudiantes como a otros profesores. Al escribir estamos abriendo camino. Escribir permanentemente debe ser un componente indispensable del trabajo que desarrollamos.

Me gusta esta explicación, en especial porque me está ayudando a escribir un poco más. Por supuesto, tendremos que ver cuánto dura el impulso. Lo cierto es que si logré identificar la razón adecuada, es posible que en mi interior ya haya hecho el "click" necesario para redefinir mi relación con mis blogs. Ya veremos...

Otra cosa que debo aprender es que no todo artículo requiere una elaboración taaaaaaaan extensa como la que acabo de hacer. :)) Debo tener eso en mente.


Evaluación de aprendizaje…

http://www.iime.org/documents/elo.htm

IIME es el Instituto Internacional para la Educación Médica (creado en 1999), y una de sus actividades es definir un conjunto mínimo de requerimientos esenciales que debería cumplir todo médico alrededor del planeta. El trabajo que han desarrollado ha servido como punto de referencia para la labor que ha adelantado la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes.

En medio de todo lo que hacen, han reflexionado acerca de lo que significa la evaluación del aprendizaje, y en un artículo corto escrito por el doctor Andrzej Wojtczak (quien es un doctor de verdad, no como muchos de nuestros funcionarios públicos...) sintetizaron algunas de sus ideas al respecto.

Algunas cosas que llamaron mi atención:

  • Frente a la idea de que "la evaluación dirige el aprendizaje", se propone un enfoque distinto, en donde "la evaluación [del aprendizaje] expande los horizontes profesionales". Me gusta esta idea porque ayuda a quitar de la evaluación algo de la satanización que ha sufrido por parte de profesores y estudiantes (y lo digo de primera mano. Una de mis actividades menos gratas como profesor era calificar las evaluaciones que solíamos hacer. Y ni se diga lo que significaba esto para los estudiantes…). Ahora, la satanización es inevitable si consideramos que los tipos de evaluación usados normalmente son la peor estrategia posible para evidenciar el aprendizaje. En esa medida, la culpa es de nosotros mismos…
  • El artículo habla también de los distintos tipos de evaluación:

    • formativa individual (feedback para cada aprendiz, identificando oportunidades de mejoramiento),
    • formativa de programa (información y sugerencias para mejorar un currículo y el rendimiento de un programa),
    • sumativa individual (certifica competencia o falta de ella en un área específica… ¿Se lograron o no los objetivos de desempeño específicos?),
    • sumativa de programa (éxito de un currículo en el logro de los objetivos de aprendizaje y de proceso).

    Así, formativa = a lo largo de. Sumativa = al final de.
    No hay nada nuevo aquí, sino recordarnos que es tan importante evaluar los programas (cosa que poco hacemos) como evaluar el aprendizaje de los estudiantes.

  • Otro más (en relación con algo que nos contaba Fernando el otro día): La validez y la confiabilidad de la evaluación. La validez se refiere a que una determinada prueba mida lo que debe medir (y esto aplica tanto en términos del contenido que se espera que sea aprendido como de las competencias que se espera desarrollar. La confiabilidad se refiere a la consistencia y precisión de una prueba. Un tercer aspecto importante aquí es la factibilidad (la llaman "qué tan practico resulta"… Se me escapa la palabra para expresar esa idea) de realizar la prueba, desde el punto de vista práctico.
    Esto último es un problema grande cuando se piensa en realizar evaluación de un currículo basado en competencias, pues los costos y la complejidad inherentes a la realización de la evaluación pueden hacer sencillamente imposible llevarla a cabo.
  • Y algo más: "Una competencia en sí misma, sólo tiene valor como prerrequisito para el desempeño en un ambiente clínico real". Me gustó mucho esa idea, pues me recuerda que el desarrollo de competencias puede no tener un valor intrínseco, sino que es valioso según el contexto futuro en el cual se pueda aplicar lo aprendido. Y lo que esto trae a mi mente es la necesidad imperiosa de que cada aprendiz pueda perfilar lo que en realidad le interesa en términos de aprendizaje. Nos hemos pasado la vida enseñando a nuestros estudiantes contenido "por si acaso" (just in case): "Aprenda a derivar por si acaso. - Pero si yo quiero estudiar filosofía!!! - No importa, igual tiene que aprender a derivar si quiere graduarse, así que no discuta". Y no puedo evitar preguntarme si no terminaremos enseñando millones de desempeños "por si acaso" (No estoy tan familiarizado con el tema para poner ejemplos, así que se aceptan sugerencias…).

En general, un artículo muy pertinente para el tema de la evaluación en general, y de la evaluación de aprendizaje en particular. Y no importa que esté enfocado en la medicina como disciplina, pues lo que sugiere es aplicable en muchísimos entornos.

La última duda que me queda es (para el caso de la Educación Superior, pues no conozco bien el proceso en Básica), ¿cuándo tendremos un sistema en el cual hayan unas competencias docentes mínimas que deban ser demostradas para ser profesor? Pareciera que vamos hacia allá, pero lo cierto es que es un camino que apenas empieza…


redescubriendo el mundo, una idea a la vez