Durante los últimos años he tratado de registrar cuáles son las cosas que aprendí en el año que termina (o al menos, algunas de ellas). Pero después de un año lleno de mucha dispersión, trabajando en cosas muy diversas, reencontrándome con áreas que tenía más o menos olvidadas, y escribiendo muy poco (para completar) creo que tiene más sentido para mi detenerme no al final del año sino al inicio del siguiente, y complementar el ejercicio de “qué aprendí” con “qué necesito aprender” en el año que inicia. No se trata de propósitos, sino de intereses y áreas en donde veo la necesidad de mejorar.
Una lista inicial, sin ningún orden en particular (en progreso?):
- Estrategias/planes de contenidos: Este no es el aspecto técnico del tema (más enfocado en la producción o gestión), sino en relación con los aspectos estratégicos de lo que significa producir, activar, promocionar y movilizar contenido que genere valor para poblaciones específicas. Esta ha sido desde siempre una de las grandes carencias de la mayoría de repositorios educativos que conozco (y escuché varios relatos en esa línea a lo largo del año, de parte de algunos de los actores más importantes de la región), así que necesito aprender, de una vez por todas , qué funciona y qué no lo hace. De manera deliberada, me alejé de este tema hace varios años, pero parece uno de esos pendientes que se niegan a irse del todo.
- Estrategias/planes de dinamizacion: esto es esencial para seguir adelante. La consolidación de comunidades, en especial en lo educativo, sigue siendo un enorme desafío, más aún en comunidades poco conectadas. Pero lo que está en juego no es lo tecnológico, sino el tejido mismo de las comunidades locales. Poco hacemos con deslumbrantes proyectos de tecnología que no ayuden a fortalecer el deteriorado tejido social que rodea a muchas de nuestras instituciones educativas. Esta es otra área en la que es indispensable aprender qué funciona y qué no funciona con comunidades específicas (con el detalle de que puede que no sea posible transferir lecciones de un lado a otro). Es crucial porque estamos llenos de buenas ideas e intenciones, pero nos siguen faltando cómos que sean factibles , que respondan a necesidades locales y que en realidad generen (o representen) cambios tangibles. Quienes puedan hablar de experiencias concretas (y ojalá exitosas) tendrán una enorme ventaja en el mediano plazo. Necesitamos entrar en una etapa post-evangelizacion, digo yo.
- Psicología positiva: Luego de participar en el congreso organizado por el Tecnológico de Monterrey en Diciembre, se confirmó por completo mi intuición de la importancia de este tema en relación con lo educativo. Ya en 2012 empecé a coquetear con su aplicación práctica en los Educamp (en el marco de ArTIC), y en el Diplomado MAGOS21 también terminaron apareciendo algunos elementos, aunque de manera algo desorganizada. Pensar en educación positiva tiene claves esenciales para empezar a tejer tejido social, más allá de lo tecnológico. Este es un tema clave para el futuro, desde mi punto de vista.
- Experiencia de usuario: Este tema conecta con mis intereses de hace mucho tiempo en el área de HCI, pero con un marco mucho más amplio. En las poblaciones con las que estamos trabajando hay un potencial enorme de exploración respecto a cuáles son las experiencias de usuario más propicias, y cómo contribuyen al tejido de redes humanas. De nuevo, no se trata aquí sólo de lo tecnológico, sino del diseño de experiencias de aprendizaje pertinentes, memorables y efectivas. El mundo web es un punto de partida con mucho terreno recorrido en esta línea.
- Metodologías ágiles: 2014 fue para mi el año de descubrir (por total necesidad) a Scrum, a través de Luis Mulato. Necesito aprender más de esto y desarrollar montones de habilidades para facilitar estos procesos, así como para entender mejor cómo pueden ser llevados a experiencias de aprendizaje ( y si tiene sentido hacerlo). Hasta el momento, los vacilantes pasos que hemos dado en esta dirección han generado unos muy buenos resultados, así que hay que seguir aprendiendo al respecto.
- En relación con lo anterior, necesito aprender más acerca de liderazgo. Después de tantos años por mi cuenta, estoy en una situación en la que asumir un liderazgo positivo es clave. Lo bueno es que el tema del agilismo, entendido bien, tiene relación total con ese tipo de liderazgo. Autonomía, responsabilidad, expectativas altas, solidaridad: ¿cómo volverlos parte integral del día a día de la vida de un equipo, mientras se navega por un entorno lleno de incertidumbre y demandas de múltiples fuentes?
- También necesito discernir cual es el mejor escenario para poner en marcha nuevas cosas y dar continuidad a las ya existentes. Conviene hacer todo a través de una universidad? Es preferible operar desde una empresa? Una mezcla de todas las anteriores? Algo que empecé a entender el año pasado es que no todos los escenarios pueden ser atendidos de igual manera (en términos de velocidad de respuesta, demandas emergentes de tiempo, etc) desde un mismo entorno organizacional, así que es importante explorar formas ágiles y efectivas de operar. Tal vez la consultoría y la realización de actividades de formación y divulgación funcionan mejor desde una organización independiente, mientras que los temas de investigación son mas propicios dentro de una universidad… O no? necesito encontrar más claridad en este sentido a lo largo de este año.
- El año pasado aprendimos mucho acerca de WordPress como plataforma, y este año es indispensable aprender más. Desde asuntos arquitectónicos hasta la creación de plugins, articulando todo con el tema de experiencia de usuario. Es critico lograr el acceso a WordPress/Buddypress a través de dispositivos móviles, y poner a andar la plataforma según planes de contenidos y de dinamizacion pertinentes para las poblaciones beneficiarias.
- Para todo esto, también es importante seguir aprendiendo sobre las mejores maneras para comunicarle a todos los involucrados, en especial a los gestores, cuáles son los retos y el sentido de fondo de contar con espacios de interacción en línea. Hay que seguir cuestionando esa idea, todavía persistente, de que con la tecnología basta para que los cambios ocurran. Hemos visto una y otra es que no es así. Hay que ayudarle a otros a entenderlo a través de registro visual, mejores presentaciones y, ojalá, un equipo con capacidad cada vez mayor de plantear y sustentar sus posiciones.
- En esa línea de cosas para comunicar, también necesitamos aprender acerca de cómo medir retornos a la inversión en este tipo de escenarios y como hacerlos evidentes para los diversos actores. El tiempo sigue corriendo para mostrar que el potencial existente puede volverse real, y que no se trata solamente de drenajes de recursos y de esfuerzo. Hay mucho por hacer aquí.
- En otras áreas, quiero aprender más sobre fotografía. Ha sido un hobby interesante hasta ahora y, si bien parece que tengo un buen ojo, hay mucho de lo técnico sobre lo que tengo que aprender. Lo malo es que lo sigo aplazando…
- Recibí hace poco un Raspberry Pi, al cual veo no sólo como un regreso o otras épocas de cacharreo, sino como un escenario para obligarme a pensar de una manera diferente.
- Finalmente, necesito aprender a discernir de manera efectiva qué es clave/esencial/imprescindible y qué no para lo que quiero lograr. Con tal claridad, presumo que será más sencillo decir ‘no’ cuando sea el momento de hacerlo. 2014 fue un año en el que aparecieron a lo largo del año diversas posibilidades de proyectos, invitaciones y montones de cosas que, como el agua entre los dedos, se escaparon entre el montón de cosas por hacer. Lo que es peor, en varios casos empecé a incumplir, lo cual fue un motivo de angustia creciente a lo largo del año. No quiero seguir así. De allí la importancia de poder decir SI o NO con total convencimiento (y conciencia). Admito que hay un miedo latente de perder oportunidades claves, pero es algo con lo que tengo que vivir.
Mucho por aprender, como para variar. Demasiado, podría decirse. El punto clave aquí es que no puedo aprender yo solo todo esto, lo que me pone frente a otro tema clave: necesito seguirme rodeando de la mejor gente posible para hacer todo lo que hay para hacer. Esto, que parece sencillo, tiene un montón de bemoles: Es difícil atraer gente buena, y es más difícil aún conservarla, en especial en una ciudad algo endogámica y con altos niveles de ‘canibalización’ entre proyectos regionales. Toma tiempo (mucho) formar a personas muy jóvenes y con perspectivas que necesitan ampliarse para abordar los temas de fondo, más aún en un entorno de alta rotación como el de una institución educativa. Y, para completar, la barrera del idioma es un asunto presente, que limita a veces la velocidad de aprendizaje.
Lo bueno es que, durante 2014, cosas prometedoras empezaron a ocurrir en este sentido. Pude trabajar con estudiantes y profesionales jóvenes con enorme potencial, así como con gente con mucha experiencia que me permitió hacer cosas que no había hecho antes y de la que he aprendido montones. El reto que tenemos es conservarlos y seguir creciendo como equipo, a la mayor velocidad posible.
Pero crecer implica también involucrar a nuevas personas. Y aquí veo la importancia de pensar en posibilidades que no he experimentado antes. Por ejemplo, en Buenos Aires, al final de una conferencia se me acercó una estudiante de doctorado mexicana para decir que estaba interesada en venir a Medellín a hacer una pasantía con nosotros (con tanta cosa -nos estaban sacando del auditorio- no tomé sus datos, pero si está leyendo esto espero que me escriba!! ). Otro más: estoy buscando concretar el mecanismo para contar con el apoyo a distancia de personas sintonizadas con los temas que nos interesan, enriqueciendo así nuestra operación con talento de otras latitudes.
Así que, en realidad, hay algo de “mensaje en una botella” en esta entrada. Localmente necesitamos personas muy buenas, que no estén buscando ‘dónde escampar’ y que quieran apostarle a procesos de aprendizaje retadores, con impacto nacional. De primera mano, sé que hay muchas personas en diversos sitios que comparten muchas de nuestras preocupaciones, así que si la invitación queda abierta. Anímense a acompañarnos a aprender y reAprender.
Ahora, de vuelta a leer, luego de algunos días de desconexión. Hay mucho por aprender, aún más por hacer, y el año es corto!